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Estoy tan decidida a tomarlo, a besarlo y tocarlo que no me reconozco. No es que estoy respondiendo a nada, simplemente estoy tomando la delantera, estoy tomando acción, liderando si se quiere, no reaccionando, y eso solo…. esa sola decisión se diferencia a todas las que he tomado antes. Yo jamás fui así.Brandon respondía con igual anhelo y desespero mientras siento que me movía del balcón a la sala, acariciándome por encima de la ropa con sus manos grandes, apretando en mi cuerpo y yo suspiro de placer en sus labios. De un momento a otro se separa y me toma la mano, llevándome a su cuarto. No tengo ni tiempo de ver cómo es, qué tiene ni que no en su cuarto, cuando él empieza a quitarse la camisa con desespero. No esperaba nada de lo que ha sucedido esta noche, ni cena, ni tanto detalles, menos tanto… romanticismo. Ha sido una cosa maravillosa detrás de otro. Mis pies se mueven inmediatamente a él, mis manos lo buscan y lo escucho suspirar, su voz es maravillosa y ahora si lo veo p
—¿Te sientes bien? —me pregunta él suavemente y siento su aliento en mi frente y su mano jugando con mi cabello. Quería decirle que —bien— es quedarse corta.—Ehh si, bien, muy bien— le respondo de forma tibia. Él se gira un poco para verme y yo levanto mi cabeza para observarlo, tiene una sonrisa de felicidad y su cara sigue sonrojada. —Princesa...— susurra mientras besa mi frente tiernamente y me derrite. — ¿Qué tal si pasas este fin de semana aquí conmigo? — me dice y casi siento que se me debe haber caído la quijada como en los dibujos animados. —Ehhhh… pensé que… esto era algo más de acostarnos y luego… pues irme— le digo honestamente y veo una expresión de desagrado en su cara, por lo que acabo de decir.—Ady…dijimos que podíamos estar juntos siempre que el otro quisiera. Tú sabes, hablar, compartir o hacer otras cosas…— dice de forma tentadora, mordiéndose el labio. Cuando vine aquí a su departamento creí que íbamos a charlar un poco y luego, bueno… un más o menos… directam
Después de ese fin de semana maravilloso, me levanto para una nueva semana, más agotada que de costumbre. Me divertí mucho y la pasé muy bien, pero el domingo en la tarde tuve que hacer todo lo que no había hecho, que no era poco. Como todos los lunes, eran pesados y es como si el cerebro aún estuviera intentando despertarse. Seguíamos con el proyecto de Aspen al cual yo intentaba dedicarme lo más posible. Mi jefe me buscó durante toda la mañana y estuvimos ocupados viendo muchas cosas, así que dejé mi celular desatendido y solo escuchaba que sonaba varias veces con notificaciones y mensajes, y cuando me acerqué a revisar eran de Brandon. Un mensaje, dos, tres. Me preguntaba si había tenido un buen fin de semana, si había podido adelantar algo en mi casa, si había descansado y dormido bien y comentaba lo bien que lo pasó y me daba detalles que me hacían reír como por ejemplo lo mucho que le gustaba que me haya ido con su ropa. Pero luego, agrega. Brandon : Entiendo, no hay probl
—Guaaaooo por fin tienes algo medianamente decente Adelaida, ya yo estaba por hablar con Clark que esperaba mucho más de la gente que contrata. Las fotos no son lo que parecen, tus elecciones no tienen sentido, esto no estuvo listo cuando lo pedí… francamente no sé qué vamos a hacer contigo querida— me dice Katie de forma amarga con toda la intención de subestimarme. —Mejor dicho, ya que estás aquí, ¿por qué no adelantamos el trabajo que tenías que haber hecho? ¡Dios! ¿Es que tengo que hacer todo yo sola? No puedo estar detrás de ustedes todo el tiempo. ¿Lo saben? ¿Verdad? Que tengo mil trabajos que hacer, no puedo ser su niñera y estar revisando que todo esté como tiene que ser— dice mientras golpea la mesa de la sala de reuniones desparramando papeles que vuelan por el piso. —En realidad el trabajo está todo terminado, hemos trabajado mucho en esto, necesitamos seguramente algunas correcciones e inclusive ya Mike le dio el visto bueno, hicimos los arreglos que exactamente él pid
—Así que me estás evitando de nuevo. Pensé que ya habíamos superado esa etapa… Adelaida— me dice Brandon. Estoy de nuevo en mi lugar seguro, en el depósito, alejada de todos y de todo lo que me pueda molestar o interrumpir en mi trabajo.—No estoy evitando a nadie… solo necesito estar sola, tengo…— sigo y él no me deja ni terminar.—Mucho trabajo lo sé… me lo puedo imaginar— completa él, acercándose. —Pero casualmente vienes aquí para esconderte. Y me lo tomo personal… no me gusta — dice a modo de reclamo. Obvio que es personal. —¿Estás molesta conmigo?— pregunta y yo sigo de espaldas a él, pero tiene ese tono… como que trama algo. Es increíble como ya lo conozco.—¿Por qué habría de estarlo?——Definitivamente, estás molesta— confirma y escucho un chasquido de su lengua y suspira de nuevo. Otra vez el silencio nos inunda. —Lamento no haber estado contigo esta semana, tenía que viajar… para ver un tema— dice y de repente se escucha nervioso ¿Por qué estará nervioso? — Sé que tuvist
—Lizzie él ya me vio en toda esta ropa. Me veo gorda…— le digo derrotada. Seguro me lleva a un restaurante exclusivo de esos que tiene comidas extrañas y que seguro ni me gustarán y yo ahí… viéndome como una tonta. No no no. ¿Para que acepté salir con él? Ahora estoy frente al armario viendo que demonios ponerme.—¡Nada de eso! Tienes que darte la oportunidad a ver qué pasa. Si él te está invitando a salir es porque quiere pasar tiempo contigo ¿no crees? Y algo me dice que le gustas muuuucho. Sabe exactamente tus cualidades y lo que intentas esconder… y si me permites decir, yo creo que es el típico hombre que debe estar prendado de tus curvas… ¡Si esas! Esas maravillosas curvas de las que tanto reniegas— dice y cuando yo volteo los ojos ella vuelve insistente.—Si si no me des esa cara ¿crees que a todos los hombres le gustan las mujeres flacas? ¿Altas? ¿Rubias? ¿Bronceadas? A nosotras las mujeres tampoco nos gustan los mismos hombres, y en la humanidad hay de todo— ella insiste. Es
Sentía que hiperventilaba mientras iba caminando con desesperación de vuelta al estacionamiento. Debí haberme traído mi auto.Por más que intentaba enfocarme no podía, todos los benditos autos me parecían iguales, no recordaba cómo era el de Brandon, ¿era azul, negro o gris oscuro? Solo recordaba los momentos más oscuros de mi vida. Me había esforzado muchísimo en superarlos, y por momentos… creía que lo había logrado. Pero luego venían momentos como este… que me recordaban que algunas cosas… se quedan marcadas en nosotros.Cada día en el colegio era un infierno. Venía a mi mente los gritos, los nombres, los abusos. Lo peor era el constante miedo, no saber qué pasará al día siguiente. Levantarme en la mañana y llorar. Pensar ¿qué sucederá hoy? Pero el peor momento era a la hora de comida y a la salida. Era usual que me empujaran y terminara yo en el piso con mi comida perdida y regada y donde toda la escuela se reía de mí. Si por alguna razón mi comida sobrevivía, entonces igual m
No lo puedo creer. No puede ser que sea tan buen actor ¿Con qué fin? Burlarse de mí… dios, ¿Sería capaz? No, realmente no lo considero. Él verdaderamente no tiene idea… no la tiene, es verdad. Lo miro abriendo mis ojos como loca y él se sorprende ante mi expresión, mi respuesta a este momento tan cercano que teníamos, lo veo titubear y estar perdido ante mi cambio súbito. Puedo ver claramente que él no tiene la más mínima idea de lo que sucede. Empiezo a moverme para alejarme de él. Respirando fuerte me voy hacia la puerta y llevo la mano para abrir la puerta y lucho, temblando, sin saber qué hacer, sin poder abrirla, no sé si es que está cerrada con seguro o simplemente estoy muy nerviosa. Solo pienso en salir como una desesperada.—Ady… ¿A dónde vas? — dice llamándome la atención. —Me quiero ir… déjame irme— digo angustiada y él me sujeta del brazo.—Está bien, claro que si… ¿Quieres que vayamos a otro lado o… o mi casa, puedo darte algo de tomar, un poco de agua y ahí estarás tra