CAPÍTULO 9 SKY KING. —Hasta los sesenta y nueve no seré tuya—le recuerdo intentando hacer un gran esfuerzo para que no se me note la voz temblorosa. No me atrevo a darme vuelta para verlo directamente cara a cara, prefiero observar sus movimientos a través del reflejo del espejo mientras juguetea con aquella baraja de cartas. Sus movimientos, como sus dedos las tocan, me vuelven inquieta e incluso me frusta su seguridad de tenerme bajo control. —Pasé a visitarte—una sonrisa se asoma debajo de su sombrero negro—, y la verdad es que tu vida sí ha dado un giro inesperado. Felicitaciones por conseguir lo que querias, mi Sky King. —Soy mia hasta los sesenta y nueve—elevo la voz un poco más, deseando que realmente lo entienda. Vuelve a sonreír de oreja a oreja como si se estuviera burlando de mi existencia. Estoy entre la espada y la pared. Me gusta mi vida ahora, no es muy desagradable que digamos, ya no tengo que decidir si debo pagar los textos de mi universidad o comer en el día. P
"Vivir no es existir, es amar y ser amado, por eso más que vida lo que padezco es una muerte en pausa mientras no llega el amor".Llegamos al sitio y tengo ante mí un precioso edificio de estructura casi romántica, en donde la melancolía puede verse reflejado por su época. Nunca supe que un sitio como aquel estuviera en New York, incluso supe que iríamos lejos tras darme cuenta que estuvimos como una hora de viaje en donde decidí quedarme dormida en vez de platicar con Kim.Mi yo del pasado me hubiese dado un puñetazo por ignorar a su estrella favorita estando en un espacio reducido.Me quede tan golpeada por la aparición de aquel demonio que no podía pensar en otra cosa que no fuese eso.Estábamos ante un rascacielos tan alto que me daba vértigo tan solo verlo.—¿Por qué me traes a mí? Yo no sé actuar—frunzo el ceño, tras cruzarme de brazos y observando que han cortado la calle porque él está aquí.Hay personas que pertenecen a seguridad que están por todos lados.—El papel que te co
CAPÍTULO 10.KIM SEON HO.La ve tomar aquel taxi sin darle tiempo a explicarle que lo que piensa es algo completamente equivocado. Se siente un inútil. Es un inútil.Lo último que quiere es que ella se enoje con él por no sentir lo que espera, por no ser abierto y se odia así mismo por no poder darle lo que quiere. Por supuesto que Kim desea algo más con Sky, pero no se siente preparado para que le rompan el corazón de nuevo.—No sabía que andabas saliendo con alguien—aparece Suzy a su lado con aire despreocupado mientras ven marchar al taxi de Sky—. Creí que el solitario Kim Seon Ho seguía solo…y no detrás de una chica neoryorkina.—No estoy para esto hoy, Suzy—se vuelve a colocar los lentes de sol como si aquello le tapara el disgusto de verla partir.—No respondiste a mi pregunta.—Nunca me hiciste una.—Te pregunté si estabas saliendo con ella, no te hagas el tonto.No le interesa si está saliendo con alguien más o no, lo que le importa saber si él ha perdido el interés en estar t
CAPÍTULO 11 SKY KING. Subirme a autos de extraños, es mi pasión. Y lo digo porque ya he estado en el auto de Kim, en el auto de Gabriel (cuando nos conocimos por primera vez) y ahora en el coche de mi profesor de Frances. Estudiar idiomas y especializarte en una de ellas es algo que la gente suele admirar. Podría idolatrar a mi profesor de Frances por ser guapo, joven e inteligente. Incluso, no era la primera chica que fantaseaba con él cuando lo veía en clases. Es decir, la manera en la que se desenvolvía con cada explicación o simplemente lo apasionado que se veía por su profesión, era tal que era imposible no amar su materia. El profesor tenía un clásico escarabajo rojo precioso. No como el monstruoso coche negro que tenia Kim. Quiero darme un puñetazo por no parar de compararlos. —Gracias por llevarme a casa, profesor James—le agradezco y es como mágico ver como después de mis palabras suena un sonoro trueno que ilumina todo el cielo y por segundos parece de día. Ya estoy en
No te olvides de Angélica El cielo azul se iba opacando por las intensas nubes grises que se acercaban a lo lejos. Él sabía por qué eso sucedía, y últimamente estaba pasando demasiado seguido. No podía apartar la mirada del cielo, intentando descifrar si realmente llovería aquella tarde. Suspiró, algo cansado por tener que controlar y ver todo aquello. No sabía que pasaría, pero por algo los arcángeles estaban llegando desde sus nubes, prometiendo algo grave que pasaría sobre la tierra. Las contaminaciones en todos lados, ese era el motivo de su llegada...o eso creía él. Cada vez que llovía o el cielo se nublaba, significaba que ellos estaban vigilando la tierra. Si el cielo estaba completamente despejado, eso significaba que hoy no se haría vigilancia. Era sencillo de explicar, claro, si le explicabas eso a un ángel. Pero, la mayoria de los seres humanos, no creían en eso. Pobre de los ateos que no creían ni siquiera en los milagros. Quizá su motivo de falta de creencia podría
Eran las ocho de la mañana cuando pude cerrar nuevamente los ojos. Pero las pesadillas estaban intactas en mi cabeza, torturándome de una forma horrible. Mi peor enemigo, era mi subconsciente. Aunque costara asimilarlo, yo lo había visto y escuchado. Soñé con sus ojos sin vida que no parpadeaban, soñé con sus lágrimas que pueden serpenteando por sus mejillas, soñé con su cabello cobrizo despeinado, soñé con su diminuta camisa blanca, soñé con sus manos y pies pequeños. Simplemente soñé con algo que no tenía explicación alguna, y que buscaba con desesperación a su madre. Jamás, en mis diecisiete años, había presenciado algo similar, algo que estremecía con tan solo pensarlo. Nunca creí que esto me sucedería a mí. ¿Por qué solo yo podría verlo? No era alguien que presenciaba a los muertos, no era alguien que tenía demonios o algo parecidos a estos, ¿pero por qué ahora? Estaba aterrada, y más si mis padres no me creían. Olivia se revolvió en la cama y abrió con pereza los ojos, t
CAPÍTULO 14 —…He leído el libro de No te olvides de Angélica, habla muchísimo sobre ángeles caídos y he dejado de creer que las nubes en el cielo son sencillos copos de nieve grises y blancos—le cuento a mi profesor de Frances, el cual, para mi sorpresa, tiene cierta fascinación por los seres sobrenaturales relacionados con el cielo y el infierno—. Y de verdad que es algo emocionante leer algo así porque te hace pensar muchísimas cosas. —Te veo muy interesada sobre esos temas ¿eres religiosa? —me pregunta con una sonrisa interesante en los labios mientras conduce y va llegando a mi edificio. —No pero me gusta pensar que hay algo más que nosotros—me encojo de hombros. Es que lo hay, sino no hubiera hecho aquel trato con aquel demonio. —Si me veo muy interesada en la historia que te conté de Angélica es porque usted empezó el tema—agrego para hacerle acordar que yo no salí con el tema de conversación de la nada. —No me he quejado para nada—me echa una mirada fugaz con una sonrisa c
—Es mi jefe. Soy asistente de Kim Seon Ho—le cuento. Lo miro directo a los ojos—. Gracias por traerme a casa, profes…—enarca una ceja, desaprobando como pretendo llamarlo—, James—me autocorrijo y eso le arrebata otra sonrisa. —Un placer, Sky. Nos vemos en clases—me saluda cortésmente antes de que yo baje del auto. La lluvia me empapa por completo en cuestión de minutos tras cerrar la puerta y correr a la entrada principal de la torre. —¡Que tenga buenas noches, señor Seon Ho! —le grito al pasar corriendo porque no pienso detenerme a tener una plática bonita con él. Ni siquiera sé qué hace allí. Me ha estado esperando, eso es obvio, pero ¿por qué me siento enfadada y frustrada en vez de sentirme halagada? ¿Qué rumbo está tomando este deseo de que sea mío? ¿El pacto con el demonio quería que esto sea diferente? Tras entrar a la recepción, la joven recepcionista que está detrás del escritorio hecho de material levanta la vista hacia mí, ceñuda. Yo la saludo con la mano con una débil