CAPÍTULO 6

Sky King volvió a sentir esa misma incomodidad que tuvo cuando vio la inmensa mansión de su padrastro por primera vez.

Los enormes portones negros intimidantes que tenían la inicial de su nombre y apellido en dorado se abrieron a la par como dos alas que intentan abrigarte y protegerte.

El auto de Gabriel avanzó con lentitud mientras Sky miraba el verde césped, los altos árboles y la cantidad de flores que empezaban a darle la bienvenida al verano.

Los rayos de sol les pegaba en el rostro mientras las ruedas del coche se deslizaban por la calle de la entrada.

Hasta que finalmente, después de tanta vegetación, se ve ante ellos, la mansión de paredes blancas y altas ventanas antiguas. Tenia palmeras alrededor y una fuente en donde ángeles escupían agua por la boca.

—Madre de Dios—suspiró Gabriel, fascinado—. Tu padrastro es narcotraficante a mí no me engañas.

—Si lo es, no deseo enterarme.

Una vez que estaciona el auto, ambos bajan con sus respectivas maletas una vez que las