Tuve que cambiarme. Me deje unos pantalones cortos de jeans y una blusa. Por debajo, me había puesto el bikini porque la temperatura estaba altísima. El día soleado era un contraste con mi humor.No había podido dormir en toda la noche después de lo que le grité a Gabriel. Soy una idiota. Él solo quería protegerme, pero no le importó que mi corazón se viera destrozado cuando decidió enviar a Salem al infierno.No le importó que mi corazón se detuviera al ver como el otro Kim hacia de las suyas y yo creyendo que le importaba porque pensaba que era mi chico.Sin embargo, él estuvo para mí en las buenas y en las malas.Incluso el valor que él tenia como persona o arcángel, iba mucho más allá de mi resentimiento. Así que intenté hacer las paces, yendo a su habitación con el desayuno preparado.Al principio tardó en abrir, pero una vez abierta la puerta, Elizabeth me miró, somnolienta y con el rostro hinchado porque recién se despertaba.Tenia un pijama de seda que consistía en un short y
Capítulo 12Fue agradable ver cómo el señor Carlos le daba la bienvenida a todos iniciando su discurso golpeando delicadamente una copa con una pequeña cucharita que luego dejó en la bandeja de algún camarero que pasaba por allí.—¡Bienvenidos todos a la fiesta que cambiará la calidad de vida en el hospital Morgan!—les sonrío a todos y estos aplaudieron complacidos.Después lo que dijo fue algo difuso para mí porque no paraba de ver a mi madre brillante a su lado con su vestido dorado ajustado al cuerpo con aquel cabello rubio despampanante.No la reconocía, ni mucho menos con su actitud de chica fatal que no esconde secretos y es siempre transparente. Por supuesto que estaba enojada con ella por ocultarme la identidad de mi padre, quien resultó ser un hijo de puta comparado con otros.—¿Se puede saber qué te pasa?—me preguntó Gabriel en un susurro a la altura del oído mientras todos estaban en silencio oyendo las palabras de mi padrastro.—Mamá me lo confesó. Mi apellido con es King.
***—Tuve que salir porque ni yo lo aguanto—dijo Gabriel, despectivo.—No se por que preferiste que Kim volviera a su cuerpo y mandaste a Salam al infierno. Admite que Salam es mejor que Kim—insisto.—Porque era su cuerpo y no era su momento de morir. Dios quita la vida, no un simple demonio con ganas de joder en la vida del resto.—Si un demonio no debe matar ¿por qué puede hacerlo de todas formas?Gabriel se queda callado, sin decir nada y es porque conseguí dejarlo sin palabras. Miro a Kim a través de la ventana y mi ánimo toca de nuevo el suelo.> pensé, al verlo tan guapo e impecable con aquel traje negro con corbata del mismo todo y sus ojitos, simpáticos, que se achicaban a un más cuando sonreía mientras hablaba con los invitados de mi madre y mi padrastro. Como aun así, no dejaba de abrazar por la cintura a Eun-ji, quien lucia preciosa con su vestido clásico de tono blanco con aretes largos que hacían juego con sus zapatos de plata.Estábamos todos
CAPÍTULO 13SKY KING.Una melodía poco inusual pero que hacia que el baile fuera fluido, casi inocente pero no para ambos. Sus manos sujetaban las mías deseando que me guiara, estaba seguro de si mismo.Sus ojos azules estaban puestos en mí. Eran diferentes a otros ojos que vi, eran destacables y fuertes. Penetrantes, al borde de que tenia que desviar mi atención a otras partes del salón por lo intimidantes que eran. No sabia si los estaba utilizando a su favor.Era un hombre de unos veintisiete años, de traje negro a la medida y cabello rubio corto. Mandíbula cuadrada, cejas pobladas y una energía masculina tan fuerte que varias señoras de allí ya le estaban echando el ojo.—No vi en la necesidad de salvarla de aquel chico que parecía estar incomodándola—me habla por primera vez, sosteniendo aún sus hombros rectos y sujetándome fuertemente de la cintura con una de sus manos.—Es mi hermanastro—le cuento—. Es algo amoroso.—Esos son los peores—escruta.—Disculpe ¿lo conozco? —frunzo e
CAPÍTULO 14Me doy cuenta de que he tomado más de una copa y la fiesta se ha vuelto interesante, supongo. Mi madre está charlando animadamente con unas amigas, mientras que Carlos, se entretiene hablando con sus hijos sobre sus viajes y contando anécdotas.El resto de los invitados bailan, beben, comen y yo estoy con la espalda apoyada en una de las paredes, como si esta se fuese a caer, con una copa en la mano mientras veo como todo pasa a mi alrededor, ajenos a mi realidad.¿Un ángel bebe? ¿Un ángel camina entre los vivos? Yo recuerdo mi fecha de nacimiento, recuerdo mi humilde niñes, de mi forzosa adolescencia y ahora, mi presente, bendecido por el gran señor Carlos, quien no se ha a acercado a hablarme en ningún momento, pero el que paga mi residencia, mi comida en la universidad.Soy agradecida, pero siempre me dio la sensación de que me ha querido mantener lejos de su perfecta familia.Estoy enloqueciendo, pero a veces, los pensamientos negativos cobran sentido.Estoy atrasada c
—Concédame otra pieza—insiste luego de soltarme semejante locura.Con su mano tendida, el rechazo aparece de mi parte. En sus ojos veo como aquel brillo se apaga.—No, lo siento—susurró, yéndome de su vista con mis manos levantando el vestido.¿Qué le sucede a aquel loco? ¿Esta es la nueva forma de coquetear y no la conozco? Salgo al patio trasero de la casa y para mi mala suerte, encuentro a Eun-ji, mirando el parque de mi madre apoyada sobre uno de los barandales de mármol blanco. Sus codos están encima de él y está dejando descansar su barbilla entre sus manos entrelazadas.Freno de golpe, pero ya es tarde, ha notado mi presencia. Se incorpora al verme.—No esperaba verte aquí—me dice, nerviosa y poniéndose pálida.—¿Kim no te avisó que es la fiesta de mi padrastro?—¿Carlos es tu padrastro? —pega el grito en el cielo.—¿Por qué te sorprende?—El mundo es tan pequeño—susurro, indiferente—. Mira Eun-ji, no quiero que la cosa se ponga más incómoda, pero no esperaba que me refregaras
CAPÍTULO 15—¿Puedo saber qué estás haciendo aquí, tocando mis cosas? —entro a la habitación, alterada por su presencia.El sujeto no parece inquieto por mi presencia ni mucho menos se levanta de la cama.—Cierra la puerta, Sky—me pide, autoritario y serio, sin mirarme ya que tiene los ojos puestos en el cuadro en donde estoy yo sola, con una sonrisa de oreja a oreja.—Por supuesto que no ¡largo! —le grito, señalando la puerta con el dedo y deseando que alguien escuche aquel pedido para no estar sola con un extraño.Pero la música de la planta baja es tan alta que dudo que eso ocurra. De pronto, escucho que Dacing Queen está sonando en la fiesta y me arrepiento de haber subido.Al menos me hubiese gustado bailar eso con Gabriel. Ya lo he escuchado cantando en la ducha ese tema.—No voy a hacerte daño. Cierra la puerta—vuelve a pedirme, con poca paciencia.—No.Levanta sus ojos hacia mí, observándome sin expresión en ellos, pero puedo ver que no va a largarse de aquí hasta que lo haga.
CAPÍTULO 16.SKY KING.Me levanta en el aire sujetando mi cuerpo con su brazo entero. Con su mano libre me toma por la nuca, con fuerza y me mira, como si estuviera a punto de comerme. Sus ojos, intensos, me observan bajo la luz de la luna que nos pega a ambos en la cara. El silencio se ve opacado por nuestra respiración agitada. Esto es el amor…el encuentro entre dos amantes que se olvidan del mundo.Como cuando un demonio tocó lo prohibido, un ángel lo quiso besar.El ángel, de cabello castaño que caía como manto sobre su espalda, tomó entre sus manos el mentón del demonio y este cerró los ojos, disfrutando del tacto que el destino quiere asesinar.El demonio la contempla como si se tratara de la belleza más inalcanzable del mundo, el ángel quiere ser observado y amado, por lo que su ego se eleva hasta grandes alturas con una sola mirada.—Quisieron alejarme de ti, pero no pudieron, amor—susurró Salam, con aquella voz grave que parecía penetrar en mi pecho cada vez que hablaba. Podr