Todo comenzó con la explosión. Papá traía entre manos crear un nuevo planeta, poblarlo con alguna especie rara y ver si el enésimo intento le salía bien. Le salió. ¿El secreto? Diseñar seres lo más parecido a nosotros.
Hizo replicas exactas de Mamá Luz y mi hermana Lucifer. Así nació la mujer. Mas no fue la primera creación, tampoco la segunda. La primera fue una mezcla entre mi hermano Jesús y yo. Tenía su fisionomía y mi condena, su nobleza y el aíre supremo de lo que fui. La segunda fueron las bestias peludas.
El pueblo creció, Papá volvió a fallar. Cometió el mismo error que le ha costado no tener un mundo coherente y correcto como el de sus hermanos, por eso va tan enojado. Yo, a diferencia de la familia, no pierdo el sueño cuando
No recuerdo si éramos cuatro o treinta amigos, si bebíamos cerveza o escocés. Los detalles me son irrelevantes, como irrelevante fue aquella noche, antes de que el menos amigo de los amigos cometiera el sacrilegio de abrirse frente a un escritor en decadencia.Primero narró una experiencia que no llamó mucho mi atención. Era sobre una chica que le tocó parir en una agencia de autos, con la sutil novedad de que no sabía que estaba embarazada. Me sonó a mentira, pero los detalles fueron tan naturales que le di el beneficio de la duda.La segunda fue sobre algo relacionado con el juego. La tercera sobre chicas. La cuarta sobre música. Para la quinta ya todos estábamos en nuestros temas, ignorando a ese tipo que no sabíamos muy bien qué hacía entre nosotros.-Soy un artista sin ta
Todo comenzó en un lugar donde debía comenzar nada. El protagonista de la pieza se permitió ser feliz en la oficina, evidentemente las cosas no saldrían bien. ¿O sí?Mi nombres es el del autor de este libro, pero he de confesarles que no somos uno mismo. Él se divierte mintiendo, incluso lucra con ello. Yo soy más del corte reservado. Hablo poco, pero lo que hablo realmente pasó. Yo me involucro nada con la gente, y si de mujer se trata tengo una señal preparada para cualquier emergencia. Él parece disfrutar meterse en líos con los críos de Lucifer. Y de uno de esos críos -a quien seguramente el cornudo botó de su paraíso- es de quien quiero hablarles.¿Se imaginan lo bonito que ha de ser tener la destrucción de tu enemigo al alcance de tu mano? La oportunidad de s&oacu
LUCÍAOdio las mañanas. Holocausto en el que sueños mueren y la realidad acababa viva. Si es que a eso se le puede llamar vida…Son las 7:57. En tres minutos el infeliz corbata cara y bolsillo pesado de mi jefe comenzará con sus rutinarios chistes. Siempre iguales, tan faltos de gracia como de trama. Sin embargo, la risa es obligada, porque claro, es el jefe.Lo que faltaba. El elevador se queda detenido en el cuarto piso, a uno del quinto, donde me esperan las tareas que prometí acabar hace semanas. Mauricio no lo entenderá. Su espíritu de conspiración le hará creer que provoqué la falla para no cumplir con mis deberes. Que tarado. Si fuera capaz de algo así, desde hace tiempo lo hubiese intentado.No voy solo. Una chica de sonri
Cuenta la leyenda que hace muchos años, en un rectángulo verde dueño de pasiones propias y ajenas, dos locos se enamoraron como difícilmente alguien más lo hará. Él se llamaba Román, y ella, Pecosa.…todos quieren a esa niña, mas pocos la respetan y tratan como él…Ambos iban siempre caritas sucias, y sin embargo, sacaban brillo cuando se encontraban. La elegancia no les escurría mientras andaban por el mundo común y corriente, tampoco se les notaba en el habla. Pero cuando ella le abrazaba, o mejor dicho, cuando Román la sacaba a bailar frente a cientos, miles y millones de pretendientes, la elegancia se romanizaba, pues él era más impactante que cualquier traje o smoking.Una casita azul con amarillo fue testigo del pr
Hay muchas formas de querer, y unas cuantas de amar. Las mujeres son como casete de doble hoja. Algunas quieren que las quieras y más nada, otras anhelan tu amor con todo y falto de cariño, y hay algunas como ella, que se conforman con las migajas de amores mal hechos.Soy un anciano en cuerpo de adulto joven, si es que ese mal juego de palabras existe en alguna vida. Mi nombre es Jorge Santome, pero bien podría llamarme Juanito Pérez, Cuauhtémoc Blanco, Lionel Messi, Diego Armando Maradona o Jaime Garza. El nombre no es más que el título de una obra; portada de una película de la que esperas mucho, poco o nada.De mí no esperes demasiado. Tengo 24 años, un libro más caro que atractivo en las librerías, y una enorme admiración por el sexo femenino. No te confundas. No soy el macho alfa que huele virginidad en cualquier avenida o calle mal pavimentada.
En los juegos del amor yo siempre me creí un ganador. Pero no de esos antipáticos que viven de la competencia, sino de los otros. Hombres que hallan gloria como no buscándola, como no queriéndola, y una vez en sus manos, la arrogancia los posee.¿Cómo pasó? ¿En qué momento sucumbí ante las caderas irresistibles de esa flaca sudamericana? ¿Por qué? ¿Por qué no puedo arrepentirme?Mi nombre es Joaquín Villamonte Cardone. Vivo en un cuarto más pequeño que la habitación de mi madre en la Colonia del Valle, pero con la libertad que en San Pedro nunca adquirí. Mi hermano nos visita cada tercer semana, y en verdad es complicado hablar de todo sin poder mencionarla. Cuanta ironía, que hablando de todo no puedo contarle de mi todo. Tengo que callarlo. Por ella. Por
…hablan de riquezas y miserias con una frescura que espanta a cualquiera…Mi nombre es Gabriel. Soy hijo del rey Diego y de la reina Lionela. Vivo en paredes doradas que dan calor en invierno y congelan en verano. Acá las nubes son mis aliadas, y el sol besa con una ternura que asciende y desciende según el antojo.Hace varias lunas atacaron el fuerte. Sé que muchos dieron la vida por la patria que papá defiende, y no puedo sentir más que envidia por esos sujetos.Tengo 25 años, aunque entiendo poco eso del tiempo. Seguido escucho que mamá discute con papá por temas parecidos, y yo comprendo nada. ¿Qué más da hacerlo ya o esperar? Papá seguido le responde, y yo concuerdo con él. ¿Quién no concuerda con su padre?Mi confusión aumenta cuando descubro a los trabajadores
Mi nombre es Jesús. Formo parte de esa Santísima Trinidad de la que conoces menos de lo que piensas. ¿Aún no me ubicas? Quizás deba decirte el nombre de mi Padre, a quien le temes más de lo que le amas. Le dices Dios, pero se llama Yavé, y a Él le debes todos tus miedos e ilusiones, todas tus esperanzas y también tus frustraciones.Seguro me has visto en infinitos cuadros de la casa de tu abuela o de tu madre. Probablemente me lleves cerca de tu pecho o en algún tatuaje. Voy en oro, plata o falso material. Estoy en todos tus actos, incluso en aquellos que se hacen a mi deshonra. Podrás creer en mí o no, pero hasta en el sexo me mencionas. O mencionas a Papá, y como somos la misma persona, acabas por llamarme.Dejaste de saber de mí cuando de niño mamá me encontró predicando la palabra de Papá. Nos reencontramos diecio