Sofía.
Han pasado cuatro días en los que me e hecho cargo de Rosa dándole papillas y té para desinflamar su garganta pero por estarla cuidado no e dormido nada pero me alegra que mis cuidado tengan resultados favorables Rosa tiene más fuerzas y la inflamación de su garganta a disminuido, las pecas rojas en su cuerpo han comanda a desaparecer pero creo que le ase falta un poco de sol para que su cuerpo se caliente un poco más. -señorita Lamber no desea tomar un poco de té en el balcón. -¿ eso me ayudara a mejorar ? -si, el sol es muy beneficioso para el cuerpo pero no en exceso. -Magda por favor que preparen todo y ayúdame a cambiarme. Me sorprende que a pesar de que Rosa se siente débil aun desea que la vean bien vestida las demás damas pero cuando ya tengo preparado el té miro que Magda le está colocando el corset, no sé por que las damas sacrifican movilidad, comodidad y salud solo por verse bien, solo para estar a la moda, le daré mi opinión pero sin ser muy insistente. -disculpe señorita Lamber le sugiero que por lo pronto no se coloque el corset, su cuerpo está débil y necesita toda la capacidad respiratoria para que su cuerpo se sienta mejor. -gracias Sofía, Magda homitiremos esto asta que mejore. -si señorita. Le colocan un vestido de color azul cielo ligero pero bonito y adornaron su cabello con flores blancas dejándolo suelto, son margaritas, luce muy bonita a pesar de seguir débil, pasa al balcón donde se sienta y la sirvienta le sirve té de jengibre. -por favor siéntense y acompañen me. Miro a la sirvienta y ella se sienta con tranquilidad, supongo que no es la primera ves que toman el té juntas, tomo asiento al otro lado de la mesa donde tomo el té con calma. -señorita Sofía no tomo clases de etiqueta verdad. -no, mis padres consideraron que esas clases le serian más útiles a mi hermana menor. -me parece algo injusto deberían de haberlo hecho con las dos, como usted me esta ayudando a mejorar la ayudaré a convertirla una dama, en primero debe de sentarse derecha y procurará que cuando deje la taza no hacer ningún ruido. Hago lo que Rosa me dice y comenzamos una conversación sencilla, me doy cuenta que Rosa es una mujer sencilla y amable, después del té le pudo su comida que por fin hoy le daré algo sólido pero suave a la vez, su salud esta mejorando y eso me alegra pero desearía poder dormir un poco, me siento en un sillón al lado de la cama para estar al pendiente por si necesita algo, esto debería de estar a siéndolo alguna de las sirvientas pero no confío en esas mujeres tan irresponsables pero mi cansancio es tanto que me quedo dormida. William. Han pasado los días y me han informado que la salud de Rosa a mejorado bastante, al tomar el té con mi hermano y Anastasia me parece un buen momento para decirle las buenas noticias además me encantaría ver la cara de molestia de Anastasia. -hermano le tengo una noticia que tal ves le interese, la señorita Lamber a mejorado. Como lo esperaba la sonrisa en el rostro de Anastasia desaparece y frunce el ceño, se nota que no esta nada feliz con esas noticias. -el médico por fin encontró la causa de su enfermedad. -en verdad fue gracias a la nueva doctora que a hecho algunos cambios en su tratamiento. -así me dijiste que es una mujer. -pero que escandaloso que una mujer tenga el puesto de un hombre, se ve que no sabe su lugar en la sociedad. -señorita Wolfor no veo nada de malo que una mujer deseé superarse en la vida, salir de los estereotipo. -pero así jamás logrará casarse, a que hombre le gustara que su esposa este mirando a otros hombres. -eso es parte del oficio pero me sentiría orgulloso que mi esposa ganara su propio dinero. -eso sería más escandaloso un noble con una simple plebeyo sería una deshonra para la familia y una bofetada para toda la sociedad. -Anastasia ya guarda silencio y por favor retirarte. Anastasia mira a mi hermano asiendo un puchero para levantarse molesta de la silla e irse, me gusta que mi hermano tenga bien controladas a sus amantes eso es lo único que ase bien. -William quita esa sonrisa de tu rostro y dime más sobre el estado de Rosa. Coloco las manos sobre la mesa y entrelazo los dedos para verlo con una sonrisa un poco cínica. -me han dicho que ya tiene más fuerza y mejor apetito sin contar que las marcas en su piel han disminuido. -deseo verla mañana. -hermano no creo que sea buena idea, todavía es demasiado pronto. -en estos momentos no te estoy pidiendo opinión, deseó ver a Rosa. Siempre tan obstinado y sediento a sus caprichos pero debo de admitir que sabe conseguir amantes que lo benefician mucho y si pierde a Rosa perdería los contratos de minería que han sido muy beneficioso para el reino. -le informaré de su visita. Me levanto de la mesa y hago una reverencia antes de retirarme, decido caminar un poco por el jardín para despejar de mi mente, no sé por que mi padre dejo a mi hermano a cargo no tiene mucha paciencia y su inteligencia es limitada si no fuera por mis consejos este imperio ya se hubiera hundido en el caos.William.Termino por fin algunos pendientes que tenía en mi oficina cuando me percato de la hora, ya es bastante tarde y no hice el encargo de mi hermano, doy un suspiro con cansancio y me levanto para ir al palacio de Rosa para informarle de su visita de mañana en la mañana solo espero que tengan tiempo suficiente para arreglar algo decente si no es así mi hermano se enojará conmigo tal vez deba de ayudar un poco además tendré la oportunidad de ver cómo va mi pequeño experimento con esa dama, al llegar al palacio soy recibido por una sirvienta.-mi señor ¿ en que le podemos ayudar ?-debo de informarles a las trabajadoras que mañana el emperador vendrá a visitar a Rosa así que le sugiero que organicen y limpie todo el lugar y le informen al cocinero que prepare algo decente.-sí señor.Decido ir a la habitación de Rosa para ver su estado ya que si no fuera por mi intervención ella no estuviera aquí fui yo quién le sugirió a mi hermano que hacer una alianza con su familia sería benef
Sofía. Al despertarme esta mañana me doy cuenta de que algo a pasado las sirvientas son más activa y no solo ella si no que Rosa se ve con más ánimos tomo un largo bajo de rosas y leche de burra en la mañana, a mi ver se me ase un desperdicio de leche hay demasiados niños que pasan mucha hambre y aquí desperdician algo tan nutritivo, me acerco a una de las sirvientas para pedir el desayuno de Rosa. -disculpe le podría pedir el cocinero que prepare una sopa de lentejas y un puré de manzana. -disculpe señorita Roos el cocinero ya tiene el menú para desayunar. La sirvienta mira a su alrededor y se me acerca mucho para mi gusto. -no sabe que hoy vendrá el emperador a ver a Rosa y a desayunar. El emperador aquí eso no es bueno para mi tendré que esconderme en la oficina del medico que e organizado. -gracias por avisarme. La sirvienta ase una leve reverencia para seguir en lo suyo, tomo mis libros y me dirijo a la salida de la habitación. -señorita Roos podría esperar un poco. Me
Sofía. Pasamos al comedor donde los invitados toman asiento y espero a que Rosa me señale una silla con la mirada y para mí desgracia mira la silla al lado de William con el pesar de mi alma tomo asiento, pienso ignorarlo en todo el desayuno, al ver el desayuno me percató de que es un poco pesado para Rosa no creo que su garganta lo soporte, la miro con discreción y me percató de que apenas pone comida en el tenedor, supongo que si come de esa manera no inflamara su garganta. -¿ como a estado señorita Roos ? Medito un poco en si responderle o no pero sería de mal educación además mi vida esta en sus manos, lo miro con una linda sonrisa. -estado muy bien gracias por preguntar. -que formal. -debo de serlo ya que usted es de la realeza y yo soy una simple plebeya. William se me acerca y me mira con una sonrisa que me produce una incomodidad. -una plebeya que tiene tanto valor como para engañar a mi hermano. Este maldito me esta amenazando, mi abuela tenia razón el diablo se vis
William. Me quedo parado en el jardín muy sorprendido y un poco desorientado, que acaba de pasar, mi pulso esta acelerado y no dejo de pensar en lo hermosos de sus ojos, por lo general soy yo quien deja así a las mujeres no al revés, como se atrevió a esto, a semejante falta de respeto, doy un suspiro lleno de frustración para acomodar un poco mi ropa y caminar de nuevo al palacio, espero a mi hermano en uno de los salones pero no dejo de pensar en Sofía, en su mirada y lo suave de su voz, en lo bella que se miraba con ese vestido azul y no sabía que tenía el cabello tan largo. -¿ desea tomar té o algún bocadillo señor ? La voz de una sirvienta me saca de mis pensamientos, al mirarla me percató de que sus mejillas están ruborizadas, me mira con admiracion y esperanza, esa es la misma mirada de todas, todas esperan algo de mi ya sea mi atención, dinero o estatus siempre interesadas en lo que pueden obtener jamás me miran a mi en realidad es por eso que juego con ellas, le doy una
Sofía. Despues de que el emperador se fue fui a ver el estado de ella pensé que la encontraría en el dormitorio pero estaba en una de las salas, se mira preocupada mirando por la ventana pensé que estaría feliz de que el emperador la visitará pero me doy cuenta de que no le gustó su visita, si le desagrada el emperador por que es su amante aunque no creo que pueda negarse, miro su rostro iluminado por la luz de la ventana los puntos rojos le dejaron leves marcas en la piel tal vez debería de hacerle algo para desaparecer esas marcas. -¿ que piensa señorita Sofía ? La voz de Rosa me saca de mis pensamientos y le presto atención, a ocultado su tristeza con una sonrisa dulce. -le gustaría desaparecer las marcas de él salpullido. -claro, que mujer no desearía quitar esta horrible textura de la piel. -le prepare algo y se lo entregaré mañana. -muchas gracias. Rosa me da una sonrisa genuina antes de levantarse y retirarse a sus aposentos, le pido a su sirvienta personal que la cuid
Sofía. Me despierto de mi siesta al sentir que alguien me toma el hombro, miro de quien se trata y es la sirvienta principal de Rosa. -¿ esta bien la señorita ? -si ella esta bien solo que ya es hora de cenar. -ya voy. Por dios cuanto tiempo dormir pensé que solo serian unos minutos pero veo que fueron varias horas, me levanto de la silla para seguir a la sirvienta y me sorprendo de ver a Rosa sentada a la mesa, hago una leve reverencia como saludo. -discúlpeme por hacerla esperar. -por favor tome asiento. Hago lo que me pide y me alegra ver que la comida de hoy es más sustanciosa y que ella se ve mucho mejor, que bueno que logre mi cometido antes de que el médico regresara espero que cuando regrese solo me despidan y poder desaparecer de aquí, estado ahorrando cada centavo que me dan para poder independizarme de mis padres solo me falta pensar en alguna forma de seguir manteniendo me tal ves podría abrir una botica de hiervas, en el imperio no necesitas permiso para abrir un
William. Pasan los días y no dejo de pensar en Sofía además que he estado esperando que me mande por lo menos una carta dándome las gracias por los vestidos que le he regalado ya que no me salieron nada baratos sin contar que mi hermano vino a pedir una explicación de por qué había gastado tanto dinero en vestidos tuve que inventarle que Sofía no tenía dinero para tener vestidos de acorde al sitio donde trabaja además lo convencí también diciéndole que un simple uniforme de enfermera no iba con una persona que tendría que estar cerca de Rosa durante todo tiempo lo bueno que es fácil de convencer de ciertas cosas además ambos sabemos que si por algún motivo dejo de ayudarlo o dejo de trabajar para él ya sea por salud, por mujeres, política o siempre sencillamente no me da la gana el reino poco a poco se irá hacia abajo, no es estúpido sabe que ambos necesitamos yo para rodearme de lujos y el para mantener la corona en su cabeza pero al no tener la mente tan libre me cuesta enfocarme
William. Me sorprendió mucho ver la reacción del doctor Alex sabía que tenía su carácter y se molestaría pero no al punto de agredir a una mujer no lo creí caer tan bajo además tampoco me creí capaz de golpear a otro hombre para defender a una dama ya había defendido antes a una dama pero con palabras jamás llegué a la golpes pero al ver cómo la iba a golpear mi cuerpo se movió por sí solo y debo admitir que me duele la mano pero al ver el estado de Sofía mi dolor pasa a segundo plano, su agarre en mi brazo tiembla y a pesar de que su rostro se ve calmado sus ojos se miran llenos de miedo, al salir de la habitación veo que ya tenemos público y sé muy bien que esto se sabrá para mañana en todas las partes del palacio, me percato de que tiene la vista perdida supongo que ha de esta todavía impresionada por lo que acaba de pasar. -con su permiso señorita Lamber llevaré a la señorita Roos a una de las salas para que calme sus nervios. -adelante duque, pediré que le lleven un poco de t