Solo que el transporte que se había implementado era el menos esperado por todos, un camión Fiat de agua, los soldados daban tumbos dentro de la tolva sosteniéndose como podían mientras que las chicas viajaban con Darién, arrollando cuanto se le atravesaba. ─ ¡Definitivamente está loco! ─. Opinó uno de los soldados resollando ante aquel ajetreo. ─ ¡Dijiste que serías discreto! ─. Reprende Youlin fulminándolo con la mirada, las tres se sostenían con todas sus fuerzas para no salir disparadas de aquel camión, la manera de conducir del Nefilim se podría decir que era algo… temeraria, para no decir que estaba frenético y loco por demás. ─ ¡Si, lo dije, pero para que los soldados pasaran y ellos…¡ ─. Señaló con la barbilla a los poseídos y aberraciones que volaban por los aires vueltos trizas. ─ ¡..se fijaran en mi mientras les abro camino¡ ─ ¡Los matarán! ─. Replica Rosa. ─ ¡De todos modos ya están muertos, el asunto es que aun no lo saben! ─ ¡Ya decía yo, tanta amabilidad de tu
Una voz la llamaba, una voz muy familiar y querida por ella, ¿Quién era?, todo se escuchaba lejano y ajeno a ella, ¿Darién?, ¿Rosa?, ¿Harley?, ¿Quién era?, el mundo se le volvió negro otra vez, para cuando recobró la conciencia ya todo había pasado, ¿Cuánto tiempo pasó?, Youlin le daba de chateaditas para reanimarla, Rosa también había perdido la conciencia, un circulo de caras difusas pudo notar a su alrededor alumbradas por una linterna. ─ ¿Qué pasó? ─. Preguntó Renata con voz ronca, sujetándose la cabeza sintió algo húmedo y caliente empapando su cabello, no era solo agua, era algo más, miró su mano, ¡sangre!, se había roto la cabeza, ¡Rosa!, aturdida con el mundo dándole vueltas Renata se para a ver a su hermana, una punzada de dolor en el tobillo le sacudió el cuerpo impidiéndole levantarse, arrastrándose como pudo llegó hasta Rosa, por suerte, hasta donde pudo ver, solo tenía magulladuras, muchos cardenales en la cara, brazos, costillas y los labios partidos. ─ Creo qu
José se mezcló con la gente, Sofía, Wyatt, Darlen junto a una cierta cantidad de guardias, se encontraban delante de lo que sería el estrado donde se pararía Lenaya a dar su mensaje, Lenaya se para en dicho lugar, la gente aplaude y grita salves a la Reina, Flora se encontraba en la parte baja con sus muchachas, muy quietas, vestidas con las túnicas blancas y negras. ─ Insisto, te ves gorda con esa túnica, Jessica, y los tacones no combinan, ¿No tuviste otra idea mejor? ─. Opinó Ana en un susurro con una sonrisa traviesa con su capucha tapando parte de su rostro, Adara y Carla suspiran dejando la mirada en blanco, Jessica frunce el ceño y le saca la lengua. ─ ¡A callar! ─. Reprendió Flora en voz baja, las chicas se tensan, Adara y Carla reprimen un risa burlona con todas sus fuerzas, en cambio Flora, como estaba delante de sus chicas, y para dar ejemplo, no dio la cara, ella también estaba reprimiendo una sonrisa, reconociendo que sus chicas en conducta eran una causa perdid
En aquel momento Mónica estaba siendo coronada, ella se postra delante de Lenaya, la Reina concede su bendición con unas palabras en el antiguo idioma, cuando la corona se posa en la cabeza de Mónica, en su mente estallan mil imágenes. Un cinto dorado en su frente, una elección, una guerra con un propósito, otra pulsación por parte de Mónica, algo andaba mal, Lenaya lo sintió teniendo que bruscamente cortar la conexión con su pueblo, todos caen aturdidos. Esta oscuridad no era normal, Mónica sudaba a chorros, ¿Qué le ocurría? ─ ¡Es una trampa! ─. Gritó Cerbero en el segundo que se percató de que no estaban en trance. Tarde, los ojos de Mónica brillaron en oro, sacó su cuchillo y tomó a Lenaya como rehén posando el filo en su garganta. ─ ¿Qué me hiciste perra?, ¿Por qué no recuerdo nada? ─ ¡Mónica, soy yo! ─ ¡Se quién eres, perra!, ¡por tu culpa me destronaron!, (risa demencial), pero si te llevo conmigo me regresarán mi título ─ ¡¿De qué hablas?! ─ ¡No te hagas la estúpida!,
Las personas trataron de buscar refugio entre sus casas, tierra y polvo caían desde lo más alto, las columnas se fueron agrietando conforme temblaba, el temblor se hizo más fuerte, la gente comenzó a correr despavorida, el caos reinó en las calles nuevamente, las puertas hacia la superficie cerradas a cal y canto. Ella no quería… Adara corrió en busca de su amiga Steffany, gritando su nombre por todas partes, sus ojos abiertos de par en par, ella las pondría en un lugar seguro, pero, ¿Dónde era seguro si vivían bajo tierra?, La Reina los sepultaría a todos, Lenaya no quería… Una onda explosiva volcó la silla destrozándola y golpeando a Mónica contra la pared quedando inconsciente, sacó su daga debajo de su muñeca y ésta brillaba intensamente como el hierro refulgente, ella no quería, pero debía hacerlo, Mónica debía morir y más atrás ella, pero… ¿ella no estaba esperando la llegada de alguien?, ¿Quién era?, tanto dolor no la dejaban pensar. Adara corrió d
Jessica se acerca para dejar su ropa a un lado de su cama, en el instante en que se agacha sintió una palmada en su trasero, se levanta rápidamente para ver quien fue, la habitación se encontraba en un silencio absoluto y solo era Cerbero y ella, miró a su alrededor y volvió a contemplar el hermoso rostro de Cerbero que aun dormía, se volvió para acomodar la ropa del demonio, volvió a sentir una palmada en el trasero, Jessica se volvió rápidamente para mirar, ¿estaba alucinando?, las alucinaciones no dan palmadas en el trasero, reflexionó, no había nadie más en la habitación, a menos… detalló la mano de Cerbero, miró hacia todas direcciones enarcando una ceja, dejó la ropa como estaba y se dio la vuelta para salir de la habitación cuando… otra palmada, y cuando vio la mano de Cerbero estaba en otra posición. Ana escucha toda una rebelión de gritos y algarabía, trastos volaban de aquí para allá, y protestas de disculpas ahogados por los gritos histéricos de Jessica llenando d
De nuevo en la carretera, ¡bienvenida China!, el grupo aventureros no paraban de hablar de lo asombroso que fue esa misión con los soldados del general D`Agostino, no tenían palabras para definirlo, y por primera vez, Youlin estaba de acuerdo con ellas, simplemente fue alucinante, nunca habían luchado de esa manera, tan centradas en combate, tan sincronizadas, inclusive, la arqueóloga puso de su parte en el combate con algunas estrategias, sin contar el momento de haber robado aquella tienda de armas antes de realizar la incursión al canal de televisión, fue como en las películas, silenciadores para las armas, uno protestó porque reduciría la cadencia de disparo. ─ Procura entonces que cada bala cuente ─. Había dicho Darién al soldado tomando más suministros y municiones, habían luchado con un buen número de poseídos que aparecieron de la nada por un callejón, quedándose cortos de municiones, lo bueno fue que no tuvieron bajas, luego agrega escrutando al grupo como un buen tenien
Darién desaparece, las chicas se ocultaron como pudieron de las raíces que salían de las puertas de aquel salón, parecían buscar cualquier indicio de vida, del resto todo el piso estaba sumido en un silencio total. El edificio comenzó a estremecerse cada vez más fuerte, como impactos de explosiones desde lo más bajo, iban subiendo, subiendo, subiendo. Como pudieron, las chicas levantaron a Rosa y se la llevaron lejos de aquel lugar, todo se podría venir abajo en cualquier momento, era hora de escapar. Por otra parte, Darién aparece otra vez en el salón de transmisiones, un gran agujero formándose en el suelo detrás de la reportera, la mujer estaba tirada sobre el escritorio como dormida, levanta el rostro a duras penas y solo mostraba una cadavérica faz. ─ Gracias ─. Fue lo único que dijo con voz áspera y seca, como una anciana, Darién saca su arma apuntándole a la cara, la mujer sonríe llena de paz, el Nefilim dispara, la mujer pudo morir tranquila, por fin sus almas e