Esa mañana fue diferente. Se sentía en paz. Por fin después de tanto tiempo su familia estaba bajo su techo, aunque no de la forma que hubiera deseado.
Oliver se levantó de la cama de un salto y se fue directo a la ducha. Una vez se alistó, bajo siguiendo el dulce olor de un desayuno y en la mesa de la cocina estaban ellas. Las mujeres de su vida.
Brianda y Milagros desayunaban silenciosamente, aunque la primera estaba pendiente de cada detalle de la última.
Una media hora más tarde, Brianda estaba terminando de recoger los útiles escolares de la niña y salieron juntos por la puerta.
Milagros miró a Oliver y éste la sonrió dulcemente.
-Madre, ¿por qué no vamos con mi padre en el coche?, ¿por qué vamos por separado?. -Preguntó la pequeña mientras tiraba del brazo a Brianda.
-Eso Brianda, ¿por qué no vamos juntos? Explícanos. -Oliver miraba divertido la situación, mientras su mujer le
Al rededor de las dos de la madrugada fue cuando Brianda se quedó profundamente dormida. Oliver por el contrario no fue capaz de pegar ojo.Se levantó a las cinco, cansado de dar vueltas en la cama. Se vistió y salió a correr.Cuando se disponía a salir de su casa, de frente se topó con Daniel. No recordaba cuánto tiempo hacía que ambos no salían a correr juntos, algo que antes era parte de su rutina.Cuando hubo pasado un pequeño rato, ambos comenzaron a hablar y a contarse todo lo que pensaban sobre los últimos acontecimientos.-Oliver, sabes que tarde o temprano Violeta va a joderte si no haces algo pronto... No me malinterpretes, pero si estás decidido a conquistar a Brianda primero deberías eliminar ese dolor de cabeza de tu vida. -Comentó el joven.-Sé que tienes razón, pero no sé cómo librarme de ella, ya le dejé muy clara mi postura y aún así se ha atrevido a aparecer en mi vida ocho meses d
Cuando llegó a la habitación, Brianda se encerró en el baño.Sonreía al tiempo que con la yema de sus dedos acariciaba sus labios y sonreía al pensar en la sensación que aún tenía. Ese beso, le había hecho entender que sus sentimientos por Oliver eran muy fuertes.Pero se negaba a admitir que estaba enamorándose de él. No podía hacerlo, no sin recordarle en absoluto.Pero, ¿estaría bien enamorarse de alguien que una vez fue parte de su vida? Ni siquiera sabía que tan cierto era eso de que habían sido pareja o si simplemente fue un matrimonio de conveniencia que estaban tan de moda en ese mundo que ellos se movían.Se desnudó y se metió en la ducha una vez puso el seguro a la puerta. Lo último que quería era que Oliver pudiera entrar.Dejó el agua caer sobre su cuerpo, pero no conseguía quitarse el fuego que Oliver había encendido en ella.Se maldecía a si misma por ello.Quince minutos después sal
Brianda estuvo toda la cena mirándolos mientras intercambiaba algunas palabras con la señora Petra.Ésta última se percató de que desde la cocina Shara asomaba la cabeza de vez en cuando y miraba de forma maliciosa a Brianda, cosa que le desagradó bastante, ella adoraba a su nuera y no iba a permitir que pasara otro "incidente" como cuando Brianda desapareció y a Oliver se le cayó la vida. Se dijo para sí misma que iba a vigilar a la empleada desde ese día, puesto que se había despertado la desconfianza en ella.Acabada la cena, por primera vez, Oliver y Brianda alistaron a Milagros, la llevaron a la cama y le contaron un cuento juntos.El primer cuento con sus padres. La pequeña estaba feliz.Se quedó dormida a los pocos minutos, esa noche era muy especial para ella.Oliver cerró la puerta y cuando llegó a la puerta de su habitación vio que Brianda estaba buscando su ropa en el armario. Sonrió, ell
Brianda se despertó sintiéndose plena.Recordaba perfectamente lo que había pasado la noche anterior. Y sonreía como una boba.Sabía que podía estar mal, pero ella se sentía feliz.Miró a su lado y ahí estaba él, durmiendo plácidamente.Acarició suavemente su rostro, era completamente hermoso. No había otra palabra para describirlo.Su piel blanca parecía brillar con el sol mientras la estaba alumbrando.Su barba perfectamente recortada, su precioso cabello... Todo en él parecía como dibujado.Miró el despertador. Las 7.¡¡¡¡¡LAS 7!!!!!Trató de levantarse sin hacer ruido, pero Oliver la sintió nada más puso un pie en el suelo y tiró de su brazo, haciéndola caer en la cama y comenzó a hacerle cosquillas.Ella rió a carcajada mientras trataba de devolvérselas, enredándose así en una pelea de cosquillas y olvidándose de la hora.Cuando Oliver cayó encima
Como siempre todo lo bueno se acaba. En su caso fue bastante breve su felicidad.Estaba frustrado, furioso. Su madre no le hablaba, Brianda se había mudado esa mañana con la niña y la noche anterior se había negado a oír sus explicaciones.Es cierto, sí. Estaba con Violeta aquella tarde, pero fue como un favor.La tarde anterior."Estaba sentado en su despacho, planificando la sorpresa que estaba preparando con ilusión para las dos mujeres de su vida.Miriam, la nueva de recepción, subió y abrió la puerta sin llamar. Estaba pálida.-Señor Anderson, abajo hay una señora llamada Violeta que se cayó al suelo y no despierta. -dijo asustada.Simplemente asintió y bajó a toda prisa, no fuera a ser algo grave que después no tuviera solución.Trató de reanimarla varias veces, pero fue sin éxito. Optó entonces por llamar al servicio de emergencia y tras vari
Aquella noche Brianda soñó con Oliver. No podía decir muy bien en qué lugar se encontraban, puesto que no le sonaba de nada. Pero, ¿a quién no le gusta estar en medio de la naturaleza?, y más si es con el amor de su vida.Oliver había preparado un picnic. Era un lugar precioso, rodeado de verdes árboles. Había unas amapolas rojas, que por alguna razón le encantaban. Delante suya, en el suelo, había la típica manta en el suelo, con la cesta y unas flores. Una sonrisa se dibujó en sus labios. Era perfecto.Oliver la abrazó desde atrás, besó su nuca y respiró su aroma. Le encantaba que hiciera eso, pues la hacía sentirse única y especial.Se sentaron unos minutos más tardes y Oliver sacó varios tuppers con comida, unas latas de refrescos y fruta. Comieron mientras charlaban animadamente.-Quiero que se llame Patricia. -dijo Oliver al tiempo que mordía un pedazo de fresa.-¿QUÉ? ¡NI LO SUEÑES!. -gritó m
-En mi defensa diré que jamás has creído en mi. -Oliver era determinante. -Y en la mía diré que no sé qué puñetas haces aquí, Oliver. -Brianda estaba más que molesta- En ningún momento pedí que se te avisara de nada... Y no creo en ti porque desde que te conozco me has estado mintiendo, y no me refiero al pasado que no recuerdo, sino al presente. -la ira dominaba en ese momento a la joven. Media hora antes... Un año había transcurrido desde aquel día en que se marchó de la casa de Oliver, al cual no había vuelto a ver. Se había estado comunicando con Rosi durante todo ese tiempo por mensajería instantánea y Milagros pasaba varias tardes con Oliver y algún que otro fin de semana. Se encargaba de que hubiera siempre un intermediario que le entregase la niña a Oliver y luego la recogiera. Brianda estaba llegando en el taxi. Había pasado el fin de semana con Milagros en Disney y llegaba totalmente agotada. Pero si la veía así de feliz todo merecía la pena. Su felicidad era lo
Ese martes fue diferente.La semana comenzó como solía hacerlo para Brianda.Trabajo, atender a la pequeña y sus necesidades, atender su casa y pasar algo de tiempo consigo misma, meditando qué hacer con Oliver y con todo lo que sentía por él.Sobre las ocho de la mañana, Daniel, amigo íntimo de Oliver y también de ella, la llamó para quedar durante la mañana a tomar un café. Brianda aceptó sin dudarlo.Pero, durante el periodo que estuvieron en la cafetería, Oliver llegó acompañado de la misma mujer que le estaba besando aquella noche.Para Brianda supuso una espina removerse en su corazón.Pronto Oliver se acercó a la mesa que Daniel y ella compartían, aparentemente furioso.- ¿Sé conocen?—La voz de Oliver rompió el silencio que se había instalado una vez los vieron entrar.—Desde luego que se conocen, ¿tu no ves que están aquí para que Daniel la