Mason no supo cómo reaccionar de momento, en definitiva, sí que lo había tomado con la guardia baja. Pero sentir la presión suave y cálida de sus labios, su aliento fresco mezclarse con el suyo y la invitación clara a devorar su boca como tanto lo deseaba, detonó en su ser una intensa explosión de sentires. —Lo siento, yo… —se excusó ella, alejándose de él ante su pasmo.Pero Mason no le permitió alejarse más de él. La tomó de la nuca y la acercó con una fuerza poderosa y alucinante a sus labios, apoderándose de ellos con gran urgencia y necesidad.Se abrió paso entre los labios de la chica con su lengua, acariciando con suavidad y gusto su boca, antes de dejar toda su pasión en un beso cargado de ganas y humedad.A Nancy se le agotaba el aire con cada roce frenético de labios, pero envuelta entre la calidez y humedad de su boca, se dejó llevar por todas las sensaciones que estaban explotando en su interior sin parar.Sentía que la piel le ardía, que su corazón latía con poca normal
—Todo indica que eres de lento aprendizaje en asuntos del amor —Carla se burlaba de su amiga, mientras esta hundía el rostro en la almohada—. Es más que obvio que ese hombre te quiere en todas sus letras y no solo para jugar a las manitas sudadas.Nancy no sabía qué pensar. La había pasado tan bien hacia unos días con Mason, pero ahora nada nublaba su cabeza y no sabía si aquella relación, si es que le podía llamar así, terminaría bien para ella en un futuro.—No me quiero enamorar y luego sufrir su ausencia. Sabes bien que él se va a marchar muy pronto.—Enamorarse y sufrir es inevitable, pero al menos haz que valga la pena. Disfruta lo que más puedas el tiempo que tenga que durar. Cuando todo haya acabado, me convertiré en tu paño de lágrimas.—Oh, eso no me da ni un poquito de moral.Carla soltó una risita y se tiró en la cama junto a su amiga. Nancy la miró y un silencio cómodo las rodeó mientras pensaban en sus situaciones.—Quisiera que las cosas fuesen diferentes, pero ese fue
Las dos parejas salieron en un auto alquilado hacia el bar. Los cuatro estaban emocionados, después de todo, disfrutar y salir de la rutina era lo que más ansiaban.Nancy no sabía lo que sucedía entre Carla y Roque, ya que muy poco su amiga le había hablado de ellos, pero veía el interés en el hombre y que ella no le era para nada indiferente. Desde su lugar vio cómo se daban miradas y como las sonrisas iban y venían.Llegaron al bar karaoke y Carla se llevó a su amiga del brazo por delante, dejando a los dos hombres con las ganas de tomar a su respectiva pareja ya fuera del brazo o la cintura.—Esta noche es la noche, Nan. Y por favor, no me vayas a salir con tu moralidad barata porque dejas de ser mi mejor amiga. Tú solo disfruta de ese papacito.—¿De qué hablas?—Ay, amiga mía, no te hagas porque no te creo es pero nada.Nancy hizo silencio, dándole una mirada disimulada a Mason.—No sé qué hacer y lo sabes. Yo no tengo experiencia de ese tipo, menos con alguien que sabe lo que hac
Estar cerca de Nancy, besarla, abrazarla y brindarle caricias cuando el deseo lo nublaba, estaba resultando una labor titánica para Mason.Después de la salida al bar karaoke la vergüenza los había gobernado, por lo que no se atrevieron a tocar el tema, pero de manera indirecta, cada vez que se besaban y se perdían en su pasión desaforada y sus deseos contenidos, pensaban en qué pasaría si permitieran dejarse ir por todo lo que sus cuerpos y mentes anhelaban. No sabían cómo reaccionaría el otro, aunque también querían un momento único y especial.Nancy quería que todo fuese perfecto, romántico y bajo la confesión de su amor. Pensaba que Mason era el hombre indicado y no le importaba si faltaban pocos días para que se marchara. Ella se quería entregar en cuerpo y alma, así como ya había entregado su corazón.Para Mason era todavía más difícil, porque no se había dado cuenta en qué momento esa mujer preciosa de piel canela y mirada pura se había adentrado tanto entre su piel y su alma.
—Estaba muy preocupada por ti —se separó de sus labios y lo miró a los ojos.—Perdóname por no llamarte antes —sonrió, acariciando su mejilla—, pero tenía bastante trabajo acumulado y atrasado y debía hacerlo.—¿Qué tipo de trabajo era? ¿Necesitas ayuda?—Papeleo aburrido, pero importante, según mi superior.—Oh...Mason sonrió, entrelazó sus manos y la adentró a la habitación con el corazón latiendo con gran fuerza.Nancy se apresuró a servir la cena para que los dos comieran de lo que había traído. Se sentaron en la cama y hablaron de todo lo que había sucedido en esos tres días que no se vieron. Cenaron uno junto al otro y sus corazones se sintieron en calma al estar así de cerca.Ahora que se necesitaban tanto, no sabían cómo hacer cuando todo llegara a su fin...—Gracias por traerme la cena, estuvo deliciosa. No debiste molestarte.—No es molestia, créeme —sonrió tímida—. Además, quería estar contigo.Mason la tomó del rostro con suavidad y besó sus labios una vez más, perdiéndos
Mason acarició su hendidura de arriba abajo, causando temblores y finos gemidos en Nancy que no dejaba de mirarlo a los ojos y morderse los labios en un intento infructuoso de acallar su voz. Pero es que esa vaga caricia era más de lo que había imaginado.En el afán de conocer su cuerpo, se había tocado en el pasado, pero nada se podía comparar al toque de un hombre. Sus dedos no se sentían igual a los de él, que parecían emitir fuego y electricidad de otro mundo.La humedad y el calor se intensificaron a medida que los dedos de él se deslizaban con suavidad por su intimidad sin llegar a penetrarla. Lo hacía con la malicia viva de enloquecerla, algo que estaba logrando, ya que Nancy gemía y movía la cadera en una clara señal de que quería un contacto más profundo.Mason se apoyó de su brazo y la tocó a conciencia, observando las expresiones de su rostro y esa forma en la que poco a poco se iba deshaciendo en su toque. Quiso grabar en sus pensamientos la forma en que separaba los labio
Mason despertó y una sonrisa apareció en sus labios al sentirla a su lado, aferrada a su cuerpo en un abrazo que los enredaba.La contempló mientras dormía y se le hizo que era más linda todavía. Su cabello revuelto, sus labios entreabiertos tomando aire lo tentaban y su cuello y hombro desnudo eran una exquisitez que deseaba volver a probar.La sábana que cubría su desnudez estaba enrollada en el medio de sus piernas, por lo que la poca luz que entraba por las ventanas golpeaba en su piel desnuda y sus ojos parecía una ninfa. Era una preciosidad de pies a cabeza. Tan solo con verla, volvió a sentir el fuego correr en su interior.Dejó un beso en su mejilla y se levantó a la fuerza de la cama. Quería seguir allí, abrazado a su piel, besarla por completo y fundirse en su ser. Estaba de nuevo teniendo una erección y no la quería importunar sabiendo que anoche había tenido su primera experiencia.Se dio un baño rápido y se puso una vestimenta casual, antes de salir e ir a comprar café y
Los días empezaron a pasar con velocidad para Nancy y Mason, que solo deseaban que fueran lentos para poder disfrutarse sin reservas. Pero sabían que el día para que él se marchara estaba cerca, por lo que no perdieron el tiempo, y en cada segundo que tuvieron libre, profesaron su amor sin mascara ni vergüenzas.Las elecciones por fin llegaron para tormento de dos corazones enamorados. El día estuvo ajetreado para Mason, que debía proteger al candidato más odiado y querido de la población.Debía irse al siguiente día, cuando todo acabara y ya no tuvieran a quién custodiar. pero él no quería irse todavía y convenció a su superior para que le diera un día más, de esa manera podía despedirse de Nancy.La cabeza de Mason estaba hecha un lío, no sabía qué decisión tomar, si tomar el riesgo con la mujer que su corazón había elegido o volver a su vida olvidándose de lo que había sucedido con ella. De momento debía regresar a casa, estar con su familia y pensar con calma lo que quería para su