Estar cerca de Nancy, besarla, abrazarla y brindarle caricias cuando el deseo lo nublaba, estaba resultando una labor titánica para Mason.Después de la salida al bar karaoke la vergüenza los había gobernado, por lo que no se atrevieron a tocar el tema, pero de manera indirecta, cada vez que se besaban y se perdían en su pasión desaforada y sus deseos contenidos, pensaban en qué pasaría si permitieran dejarse ir por todo lo que sus cuerpos y mentes anhelaban. No sabían cómo reaccionaría el otro, aunque también querían un momento único y especial.Nancy quería que todo fuese perfecto, romántico y bajo la confesión de su amor. Pensaba que Mason era el hombre indicado y no le importaba si faltaban pocos días para que se marchara. Ella se quería entregar en cuerpo y alma, así como ya había entregado su corazón.Para Mason era todavía más difícil, porque no se había dado cuenta en qué momento esa mujer preciosa de piel canela y mirada pura se había adentrado tanto entre su piel y su alma.
—Estaba muy preocupada por ti —se separó de sus labios y lo miró a los ojos.—Perdóname por no llamarte antes —sonrió, acariciando su mejilla—, pero tenía bastante trabajo acumulado y atrasado y debía hacerlo.—¿Qué tipo de trabajo era? ¿Necesitas ayuda?—Papeleo aburrido, pero importante, según mi superior.—Oh...Mason sonrió, entrelazó sus manos y la adentró a la habitación con el corazón latiendo con gran fuerza.Nancy se apresuró a servir la cena para que los dos comieran de lo que había traído. Se sentaron en la cama y hablaron de todo lo que había sucedido en esos tres días que no se vieron. Cenaron uno junto al otro y sus corazones se sintieron en calma al estar así de cerca.Ahora que se necesitaban tanto, no sabían cómo hacer cuando todo llegara a su fin...—Gracias por traerme la cena, estuvo deliciosa. No debiste molestarte.—No es molestia, créeme —sonrió tímida—. Además, quería estar contigo.Mason la tomó del rostro con suavidad y besó sus labios una vez más, perdiéndos
Mason acarició su hendidura de arriba abajo, causando temblores y finos gemidos en Nancy que no dejaba de mirarlo a los ojos y morderse los labios en un intento infructuoso de acallar su voz. Pero es que esa vaga caricia era más de lo que había imaginado.En el afán de conocer su cuerpo, se había tocado en el pasado, pero nada se podía comparar al toque de un hombre. Sus dedos no se sentían igual a los de él, que parecían emitir fuego y electricidad de otro mundo.La humedad y el calor se intensificaron a medida que los dedos de él se deslizaban con suavidad por su intimidad sin llegar a penetrarla. Lo hacía con la malicia viva de enloquecerla, algo que estaba logrando, ya que Nancy gemía y movía la cadera en una clara señal de que quería un contacto más profundo.Mason se apoyó de su brazo y la tocó a conciencia, observando las expresiones de su rostro y esa forma en la que poco a poco se iba deshaciendo en su toque. Quiso grabar en sus pensamientos la forma en que separaba los labio
Mason despertó y una sonrisa apareció en sus labios al sentirla a su lado, aferrada a su cuerpo en un abrazo que los enredaba.La contempló mientras dormía y se le hizo que era más linda todavía. Su cabello revuelto, sus labios entreabiertos tomando aire lo tentaban y su cuello y hombro desnudo eran una exquisitez que deseaba volver a probar.La sábana que cubría su desnudez estaba enrollada en el medio de sus piernas, por lo que la poca luz que entraba por las ventanas golpeaba en su piel desnuda y sus ojos parecía una ninfa. Era una preciosidad de pies a cabeza. Tan solo con verla, volvió a sentir el fuego correr en su interior.Dejó un beso en su mejilla y se levantó a la fuerza de la cama. Quería seguir allí, abrazado a su piel, besarla por completo y fundirse en su ser. Estaba de nuevo teniendo una erección y no la quería importunar sabiendo que anoche había tenido su primera experiencia.Se dio un baño rápido y se puso una vestimenta casual, antes de salir e ir a comprar café y
Los días empezaron a pasar con velocidad para Nancy y Mason, que solo deseaban que fueran lentos para poder disfrutarse sin reservas. Pero sabían que el día para que él se marchara estaba cerca, por lo que no perdieron el tiempo, y en cada segundo que tuvieron libre, profesaron su amor sin mascara ni vergüenzas.Las elecciones por fin llegaron para tormento de dos corazones enamorados. El día estuvo ajetreado para Mason, que debía proteger al candidato más odiado y querido de la población.Debía irse al siguiente día, cuando todo acabara y ya no tuvieran a quién custodiar. pero él no quería irse todavía y convenció a su superior para que le diera un día más, de esa manera podía despedirse de Nancy.La cabeza de Mason estaba hecha un lío, no sabía qué decisión tomar, si tomar el riesgo con la mujer que su corazón había elegido o volver a su vida olvidándose de lo que había sucedido con ella. De momento debía regresar a casa, estar con su familia y pensar con calma lo que quería para su
Los primeros días que estuvieron lejos no dolió tanto como creían, quizás porque hablaban la mayor parte del tiempo o se hacían videollamadas que duraban horas, pero cuando las semanas empezaron a pasar y Mason retomó sus entrenamientos en la base, la comunicación escaseó considerablemente y allí fue donde la extrañeza comenzó a ser notoria. Nancy también tenía poco tiempo, ya que Liam no pudo seguir ayudándolas en el restaurante o corría el riesgo de perder su trabajo.Se hizo cargo con su abuela y su hermana menor, pero el tiempo la estaba volviendo presa en dos mundos paralelos. Por un lado, estaban sus estudios, no podía dejarlos abandonados por más que se sintiera agotada. Y tampoco podía darle la espalda a su abuela, ella la necesitaba aún.Y su corazón estaba en medio, sintiendo vacío, extrañeza y algo de tristeza por no poder amar como tanto lo anhelaba.Sus sueños era que su abuela descansara, se lo merecía después de tanto sacrificio, pero aun no podían cerrar el restaurante
Nancy empezó a preocuparse de más cuando los días pasaron y no había noticias de Mason. Pensaba en lo peor, pero se sujetaba a la fe de que todo estaba bien con él y que solo era parte de su miedo y paranoia que le jugaba en contra.Si no se había comunicado era porque debía estar ocupado e incomunicado, de lo contrario, ya le hubiese enviado un mensaje, aunque sea. El mismo se lo había dicho antes, que posiblemente le darían una misión en un lugar desértico en el cual no había buena señal.Pasaba sus días entre el restaurante y la universidad, llenándose de trabajo y más cansancio para no pensar en nada malo. Su corazón le decía que Mason estaba bien y que pronto volvería, pero su mente le jugaba sucio y le daba escenarios terroríficos que la mantenía en un limbo y una constante zozobra.Carla solía animarla, al igual que su familia y Trevor, pero ella necesitaba verlo, escuchar su voz, asegurarse de que estaba sano y salvo. Necesitaba de sus brazos y de su fuerte agarre, más en ese
—Nancy.La chica soltó un largo suspiro antes de limpiar las lágrimas que habían caído de sus ojos y se giró al escuchar el llamado del hombre.Roque la miró sin saber cómo empezar a hablar, por lo que solo extendió el sobre que tenía en sus manos y era para ella.—¿Está bien? —inquirió, viendo del hombre al sobre en sus manos—. Al menos quiero saber si lo está.—Lo está —insistió y ella recibió el sobre con el corazón latiendo con mucha fuerza—. Ahí te explica por qué no ha podido llamarte. No creas que no ha tenido intención alguna de hacerlo, pero en el lugar que está no hay buena comunicación.—Gracias —fue lo único que ella dijo, dándole un abrazo a Roque y salió de la cocina.Se despidió de su amiga y le dijo que disfrutara mucho de los días que iba a compartir con Roque, asegurándole a la rubia que estaba bien luego de que la increpara al verla tan afligida y con el rastro del llanto en sus mejillas.De camino a casa no dejó de pensar en las palabras que el militar le había dic