Capítulo 78
En realidad, Sonia no quería llorar. Desde muy pequeña había aprendido que las lágrimas solo funcionaban con quienes la amaban, y Andrés claramente no entraba en esa categoría. Sus lágrimas ahora solo provocarían su desprecio.

Rápidamente se limpió las lágrimas mientras Andrés la observaba con el ceño levemente fruncido.

Sin notar su expresión, Sonia continuó: —¿Dónde estabas la noche que me pasó aquello?

—¿Qué?

—La noche que perdí al bebé, ¿dónde estabas?

Andrés guardó silencio.

—Ana me dijo que estabas en una subasta, comprándole un regalo de cumpleaños, ¿es cierto? —su voz se volvió casi un susurro.

—Ella ya me había pedido ese regalo antes. Lo tuyo... fue un accidente —explicó Andrés, si es que eso podía considerarse una explicación.

Sonia no pudo evitar reír como si hubiera escuchado el chiste más absurdo del mundo. Su cuerpo temblaba mientras reía, sus ojos se enrojecieron aún más, pero no derramó ni una lágrima más.

—Andrés, no fue un accidente —le dijo—. Ana me empujó por las e
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