Capítulo 394
Sonia seguía en la puerta de la habitación sin haberse marchado.

Cuando Andrés salió y la vio, se sorprendió por un momento.

Luego, frunció el ceño.

—¿Todavía estás aquí?

Sonia no respondió a su pregunta, solo miró hacia el interior de la habitación.

—Está dormida —dijo Andrés rápidamente, entendiendo su preocupación.

—¿Está todo bien? —preguntó Sonia—. ¿De qué hablaron?

Andrés esbozó una ligera sonrisa y tomó su mano para avanzar por el pasillo.

Sonia frunció el ceño.

—Dime algo.

—Estoy muy cansado, solo quiero descansar —respondió Andrés—. Te lo contaré cuando despierte.

Andrés estaba decidido a mantener el suspenso. No importaba cuánto insistiera Sonia, se negaba a hablar.

Al final, Sonia dejó de preguntar.

Andrés había dicho que quería descansar, así que la llevó de vuelta para recuperar el sueño perdido.

Sonia tenía muchas cosas en mente y pensaba que no podría dormir.

Pero cuando llegaron a Villa Azulejo y ambos se cambiaron de ropa y se acostaron, sorprendentemente, se quedó dor
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