Capítulo 28
Sonia no recordaba cómo se había quedado dormida. Al día siguiente, la despertó el sonido de su teléfono.

—¿Estás en Villa Azulejo? —la voz de Fabiola mantenía su habitual serenidad.

Sonia se despabiló instantáneamente. —Sí.

—Voy para allá. La abuela está enferma, vendrás conmigo al hospital.

Sonia quería negarse. Por las redes sociales de Ana, sabía que Andrés y ella habían ido al hospital la noche anterior. El hecho de que él no la hubiera avisado era suficiente mensaje: su presencia no era necesaria. ¿Por qué debería presentarse voluntariamente hoy? Sin embargo, ante Fabiola, las palabras de rechazo no salieron de su boca. Tras una pausa, solo respondió: —Entiendo.

Fabiola, con un carácter casi idéntico al de Andrés, había llamado simplemente para informar. Apenas Sonia respondió, colgó. Diez minutos después, el auto llegaba a Villa Azulejo.

Fabiola examinó la ropa de Sonia con un leve ceño fruncido, pero no comentó nada. Le entregó un recipiente. —Es una sopa de pescado que mandé p
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