"No estoy enferma, Robert", murmuró Avery con incomodidad. "Pero, por favor, no te enfades conmigo, ya que yo estuve buscando la forma de curar a tu padre".

"Bueno... Solo me enfadaré un poco".

"¡Sí! ¡Eres un buen chico!". Avery lo cargó en brazos y le plantó un beso en la mejilla.

La guardería de Robert estaba situada en la zona empresarial de las afueras de su casa, a apenas cinco minutos en coche.

Después de enviarlo a la guardería, Avery le dijo al chófer que la llevara al hospital.

El médico de Elliot le había dicho que le informaría en cuanto Elliot recobrara el conocimiento, y ella había estado esperando con impaciencia a que sonara el teléfono.

...

En las afueras, en el segundo piso de una casa de campo, había unos cuantos frascos de melatonina sobre una mesita de noche.

Natalie no había dormido nada la noche anterior, y la melatonina ya no era eficaz.

Se apoyó en la ventana con un cigarrillo entre los dedos. Las cenizas cayeron al suelo y también sobre su bata de dorm