En la noche cundo la luz de la escotilla de mi celda dejaba entra la luz de luna a pocas horas de que amaneciera y el espectáculo empezara. Por fin acabaría esta tortura de alguna manera u otra, el destino que tomara sería el final de mis días, o el comienzo de una oportunidad. Tome el celular, me senté en el suelo y marque a la única persona por la que aun mis días tenían sentido. El tono sonó y con rapidez alguien contesto sin responder.
—No tienes que hablar si no quieres… solo quiero que estuches antes de que tal vez ya no pueda hablar más contigo —Lucia, o quien estuviera en la línea, guardo silencio y eso fue un si para mí.
—Mañana será el juicio… y no es el destino que me deparara, lo único que quiero decirte es… —no… esas palabras tan importantes jamás se las diría sin poder verla a los ojos cara a cara, si la vida me regalara otra oportunidad, solo en ese momento se lo diría sin medida.
—Solo quería decirte… que jamás se me paso por la cabeza hacer a
—Señor Akerman, jura decir la verdad y nada más que la verdad —soltó el asistente del juez. —Lo juro… —Puede sentarse y declarar como testigo —el chico camino hasta el atril y se sentó, el fiscal le echo una mirada dispuesta a acribillarlo a preguntas, me acerqué un poco a Elías que se encontraba a mi lado e inquirí. —¿Estará bien? Ese tipo está dispuesto a acabarlo. —Dije en susurro leve, Elías sonrió levemente y dijo. —No se preocupe, le pagamos muy bien… además tampoco estará mintiendo en algo que es real. —Pues como siempre la vida me daba la razón, el dinero mueve las bocas más calladas y esta vez este tipo hablaría. —¿Sabe usted los movimientos que se realizaron en ese entonces bajo la comandancia del, señor García? —dijo el fiscal con una mirada amenazadora, debería ser hasta ilegal ser tan gilipollas. —Sí, el superintendente García, no solo recibía sobornos de algunas mafias contando la del Sr, si no que decidía a quien dejar p
—¿Tiene algún testigo de esa noche, Señor Piscali? —acepto seguro y dijo mirándome esta vez. —Mi segundo y último testigo es el señor Nikolay Volkova, mi cliente. Él fue aquel niño que vio a su madre ser violada y asesinada por unos delincuentes que se obsesionaron con ella, pero la policía lo archivo como una pelea entre prostitutas. El estado de california, el país en sí mismo, la policía… Todos le dieron la espalda a un niño que no tenía los suficientes recursos para hacer justicia por su madre. Enfrentándose a una división corrupta y putrefacta, mientras el Señor García llenaba sus bolsillos con casos que jamás investigo. La pregunta es, su señoría y jurado presente. ¿Quién es el verdadero verdugo? Aquel que blande su arma buscando la justicia que su país no le dio, o el hombre que utiliza su poder como policía en contra de la ciudadanía. ¿La gente de verdad quiere ser protegida por un cuerpo tan corrupto y vil? Esta es la verdadera cara del honorifico cuerpo de policía
Las mentiras tienen patas cortas La vida misma no era tan sencilla como en los cuentos infantiles de Jacob Grimm, había vivido tantas cosas en tan poco tiempo, y visto tanta podredumbre que ningún ser humano podría vivir consigo mismo. De joven aprendí que el peor cáncer del mundo éramos nosotros mismo, nos guiábamos por los sentimientos más oscuros y perversos, llegando a ser egoístas por naturaleza. Y en el peor de los casos, nos dejábamos llevar por el narcisismo absurdo… más allá de cualquier porquería, existía la bondad y tenía prueba de ello, Lucia… mi Lucia era la mismísima prueba de que en el charco más sucio de lodo, podía crecer la flor de loto más pura e inocente. No sabía el porqué, pero por un momento recordé aquel ínstate en que me encontré con aquellos ojos de
—No hubiera pedido un mejor abogado —Ares saco una cajetilla de cigarros ofreciéndome uno en el proceso que no rechace, hacía semanas que no fumaba un buen pitillo de nicotina mata pulmones. Encendió el cigarro y cale tan fuerte dejando que el humo resolviera mis ideas revueltas, cuando lo saque por mi boca termine de soltar. —Sin usted yo estaría preso, así que gracias Piscali—él sonrió de medio lado cuando oí el chillido de Mikeila, la voltea a ver y en segundo nos tenían rodeados hombres de negro que hablaban por pinganillo, el único que reconocí fue a Demian que parecía igual de sorprendido que nosotros, así de viejo me estaba haciendo, que ya que ni siquiera había notado su presencia. Terminé de fumarme mi cigarrillo con calma cuando un auto negro con vidrios polarizados se detuvo a unas pocas cuadras, la puerta se abrió y de ella salió la misma mujer en traje y tacones de punta, camino hacia nosotros, pero solo se detuvo frente a mí con seguridad.
La razón antes que la lógica—¿Le han dicho que es un hombre con suerte, Señor Volkova? —declaro Gabriela mirándome con una sonrisa ladina llena de malintencionadas promesas, era de esas mujeres que tenías que tener cuidado. Pose mi mirada en ella que se encontraba sentada enfrente de mí, se cruzó de piernas con elegancia sin dejar de perderme entre sus ojos color esmeralda afilados, a mi lado derecha se encontraba uno de los seguratas y a en el izquierdo se encontraba el idiota de Demian.—Si lo dice por el hecho de tenerla como mi compañía en el trayecto a donde nos llevan, entonces si, tal vez sea el más suertudo —sonrió sibilina y dij
—Suturaremos, necesito que se calmen pronto se establecerá —las chicas me escucharon y con rapidez sacan las reservas de sangre para administrarla vía intravenosa. La otra me dio la aguja semicircular atraumática y con rapidez empecé a poner los puntos mientras veía como la maquina se volvía a restablecer, cuando terminé corte y solté con firmeza. —Llévenla a la unidad de cuidados intensivos —las chicas estaban en shock mirando la maquina embobadas cuando grite. —¡MUEVANSE YA! —corrieron raudas de la sala con la paciente, suspire cansada y sin más salí de la sala, tire mis guantes gorro y traje quirúrgico en el basurero. Rodrigo apareció con su clásica sonrisa brillante y dijo. —Lo hizo genial, señorita Lucia —le devolví la sonrisa lavando mis manos y dije —Gracias, Rodrigo, pero si no hubiera sido por ti estaría perdida —pose una mano en su hombro dándole mi ánimo. Cuando salí al pasillo enf
¶ —Un… Yate, vivo ahora en un yate como si fuera un mujeriego de clase baja. No podías conseguirte algo más sencillo —dije mirándolo como si su cara se hubiera trasformado en una masa deforme, Ares sonrió y luego dijo. —Joder Nikolay, es la mejor casa de soltero que te puedes pillar, serás un dandi de la pasión —Eros soltó una carcajada y dijo. —Es lo más cutre que has dicho, después de tus camisas hawaianas de m****a —dijo Eros con burla, Ares lo miro con recelo y dijo. —Ninguno de ustedes tendría una mejor idea que esta —suspire sin más y dije. —Tal vez sea lo mejor para iniciar —entramos en el Yate y extrañamen
COMO LA PRIMERA VEZ Cuando acepto aquella invitación de una manera tan decidida y segura, dudé de sus verdaderas intenciones. Comencé a pensar que los objetivos de aquel hombre tan misterioso con el que había decido enredarme me empezaban a llamar la atención. ¿quién era realmente? ¿que buscaba? Y porque llamaba su interés aquella reunión tan aburrida de una familia que no conocía, lo poco que me había percatado de él, es que era un hombre sombrío con muy mala leche y una mirada que podía poner al mismísimo Lucifer de rodillas, a veces me intimidaba de una manera que dudaba si mirarlo a la cara. En fin, tampoco es