Ya había pasado una semana, toda una semana en la que Elisa había perdido horas de trabajo por estar pendiente de el pequeño aparato que Alexei les había dejado, y había comprobado en más de una ocasión que el señor Boris Ludeo era un pervertido asqueroso que llevaba mujeres a su oficina para morbosearlas y proponerles cuanta cosa pasaba por su cabeza, pero el maldito hombre era muy cuidadoso a la hora de hablar con sus trabajadores.
En una ocasión a Elisa casi se le sale el alma al escuchar la voz del hombre calvo con el tatuaje hasta la oreja, eso hacía su teoría mucho más sólida, pero en esa ocasión los hombres hablaban sobre como meter al país un contrabando de telas sin que la aduana se enterara. La pequeña empresa de transportes de insumos no era más que la fachada para enviar drogas
La mañana siguiente habían llegado a la oficina bien temprano, Elisa tenía mucho que hacer con Noel y Emanuel tenía que desatrasarse de todo lo que no había hecho el día anterior.Cuando llegaron a la empresa Noel ya los estaba esperando sentado en los muebles y cuando los vio los señaló desde lo lejos.—¿Qué son estas horas? —les preguntó y Emanuel miró su reloj.—Apenas son las siete y media —Noel le lanzó un periódico que tenía en la mano y tomó a Elisa arrastrándola de la muñeca y llevándosela.—Hay mucho que hacer —le dijo en cuanto subieron al auto —hay que escoger la modelo, buscar el lugar d
Había sido complicado explicar a la policía de donde se habían obtenido las grabaciones; Al final optaron por contar desde la llamada anónima, la casa abandonada y las grabaciones de ciusta que los llevaron hasta Boris Ludeo.Elisa y Emanuel estaban sentados en las bancas del comedor junto a la barra americana y el detective del caso paseaba frente a ellos con la cara roja y moviendo con fuerza las manos.—Invasión en propiedad privada, derecho a la intimidad, los podría hacer meter a la cárcel por obstrucción a la justicia —los regañaba y Elisa comenzaba a sentirse realmente incómoda y frustrada. Ya no eran unos niños, sabían exactamente a qué se enfrentaban cuando comenzaron todo, y no iba a permitir que un hombre la tratara mal por haber hecho el trabajo qu
La mañana había comenzado ajetreada para Elisa y Noel. Habían llegado temprano al sitio de grabación, que era una bodega con buena iluminación y lo suficientemente amplia, pero cuando entraron por la puerta Noel casi deja caer todos los papeles que llevaba encima al comprobar que el set aún no estaba montado, y pasaron gran parte de la mañana organizando el lugar, poniendo cada luz en su lugar y llenando los estantes de los diferentes productos falsos y haciendo que todo pareciera lo suficientemente real, y para cuando todo estaba listo para grabar ya había pasado el mediodía.—¿Cómo va todo? —le preguntó Elisa mientras terminaban de comer el refrigerio que Noel había mandado traer para el equipo de trabajo.—Bien —dijo como única respuesta
Emanuel se rascó la cabeza, las cosas no estaban saliendo como él pensaba y los números no daban , ¿de dónde había salido ese dinero? Llevaba más de una hora revisando cada ingreso y tal cantidad de dinero no aparecía en los registros, sólo estaba y ya.La solución más lógica sería preguntarle a su padre si sabía algo al respecto, ya que era la primera vez que Emanuel entraba a revisar directamente los ingresos de la organización, ya que Eduardo era el encargado y muy celoso administrador de aquella información, y aunque Emanuel tenía total acceso nunca lo había necesitado hasta ese momento, ya que necesitaba ver los ingresos para hacer unas proyecciones para su proyecto, pero no le apetecía tener que caminar por toda la empresa hasta la oficina de su padre y darle la cara de
Elisa despertó y un fuerte dolor de cabeza la cometió en el instante en que abrió los ojos. No pudo ver más allá de su nariz porque una capucha de tela oscura le impedía la visión, pero el tejido tenía separaciones y logró ver un lugar oscuro iluminado únicamente por una tenue luz amarilla, no logró ver más allá.En el fondo oía voces, lejanas, como el murmullo del agua de una quebrada, y poco a poco se fueron aclarando como una radio mal sintonizada hasta que pudo entender lo que decían, pero no las comprendía.—No —decía un hombre —si salimos por ahí podríamos alertar a las autoridades de Ecuador, yo opino que vayamos por las trochas hacia Venezuela y de ahí a Brasil, allá hay varios compradores q
La noticia había explotado como una bomba nuclear por todos los noticieros y las redes, y tanto había sido el furor de los acontecimientos que el mismo detective Pérez había tenido que dar el informe público del caso.Elisa estaba recostada en el pecho de Emanuel viendo la televisión, estaban arrumados en el sofá envueltos con la cobija gruesa y el hombre la tenía abrazada con fuerza.—Los acontecimientos han sido bastante complejos y devastadores para ambas familias —decía el detective —han sido unos meses de incertidumbre y zozobra que no serán fáciles de olvidar; Pero por suerte ninguna de las víctimas de esta historia ha perdido la vida y todos pueden contar con que la policía nacional de Colombia garantizará la seguridad de cada habitante de este país con la misma eficiencia que en esta ocasión. Boris Ludeo, sindicado de trafico de estu
El mes de plazo había acabado y Emanuel había dejado hasta el último instante para dejar el departamento. Varias personas se asomaron por los balcones para ver como el camión de la mudanza se llevaba las pocas pertenencias que tenía la pareja en el lugar. A Elisa le pareció que era un camión muy grande para las pocas cosas que tenía el hombre, tanto, que más de la mitad del espacio lo ocupaba el sofá y las cosas del gimnasio.Elisa empacó sus cosas en dos cajas, en una toda la ropa que le había regalado Emanuel y en la otra el resto de sus pertenencias, que no era mucho en realidad.Estaba de pie tras el camión comprobando que el trabajador ajustara bien las cosas para evitar daños cuando Emanuel la abrazó por la espalda y le besó el cuello.—Será un nuevo comienzo —le dijo y Elisa asintió, las últimas semanas se hab&ia
Noel había estado evitando el problema desde hacía varias semanas, creyó que él sólo podría combatir contra el nudo, pero Elisa tenía razón, no solo no podría solo, no tendría que hacerlo.La noche de su primera terapia Boris había secuestrado a Elisa y todo se había ido a la borda después de eso, así que salió corriendo cuando ya estaba frente a las puertas del lugar y no había tenido el valor para volver a agendar la cita hasta que la misma doctora fue quien lo llamó para preguntar si seguía interesado y se obligó a si mismo a decir que sí, y ahora estaba ahí parado junto a la puerta con los pies como dos plomos contra el suelo.Empujó la puerta despacio y entro al salón, que resultó ser una oficina de, como diría Elisa, colores cálidos y acogedora. Había un enorme sillón c&