¿Nuevo look?
El día anterior se había quedado con Brenda hasta tarde pensando en las posibilidades de que la persona que le escribía las notas apareciera. Nina no era amiga de muchas personas en su salón de clases, en realidad, casi no hablaba con ellos, por eso se le hacía un poco difícil pensar que alguno de los chicos (o chicas), se tomase el tiempo de escribirle algo y dejárselo al frente de su casa.
Podía ser alguien tímido que no se atrevía a confesar cómo se sentía.
Y si era así, dudaba que pudiese encontrarla tan rápido. Normalmente as personas tímidas tendían a pasar desapercibidas y ella de por sí no le prestaba mucha atención a lo que sucedía a su alrededor.
Cuando llegó a su casa, corrió hasta la puerta para tomar la nota verde que sobresaltaba, pero quedó confundida con ella.
«Te ves muy bien con ese nuevo look»
¿Nuevo look? ¿Cuál nuevo look? ¿Acaso el chico hablaba de su pelo recogido?
Corrió hacia la casa de su mejor amigo y tocó varias veces el timbre hasta que él salió.
—Oye ¿por qué tanto escándalo? Nos acabamos de ver—habló el moreno, ella sólo le entregó la nota, Bruno la leyó y alzó una ceja mirándola—. Nina, tengo novia por favor. —dijo riendo, ella sólo rodó los ojos.
—No es para ti, idiota—respondió—. Hay una persona escribiéndome notas y las deja en la puerta de mi casa. Esta es la tercera nota que me manda y se me hace algo lindo—sonrió tímida—. Aunque es extraño, no me hice nada nuevo.
—Te recogiste el pelo, eso es nuevo—señaló, Nina asintió, normalmente no se recogía el cabello, siempre lo llevaba suelto. Como tenía el cabello corto, no podía (o no sabía) hacerse muchos peinados.
—Estaba pensando en pedirle a Stuart que nos averiguara quién las manda—opinó.
—A Stuart le caemos mal.
—No es cierto—dijo ella.
—Nunca te he visto hablando con él.
—Pero eso no significa que me caiga mal o yo a él—se cruzó de brazos—. Como sea, si no es Stuart, podríamos decirle a Alan, ¿qué dices?
Bruno lo pensó un momento, a diferencia de Stuart, Alan no sabía nada de tecnología ni buscar personas como si fuesen sospechosos, incluso perdía siempre en los juegos de adivina el culpable. Sólo sabía dar consejos relacionados al amor, pero eso no ayudaría mucho.
— ¿En qué nos puede ayudar Alan? —preguntó Bruno—. ¿Cómo podría saber él quien escribe?
— ¿No se llama así mismo cupido? Que averigüe quien las manda, debe tener contactos.
—No creo que sea una buena idea—murmuró. Nina suspiró sin saber qué más podría hacer.
Quedarse a esperar que la persona se presentase sola no era una opción, pero tampoco podía preguntarle a cada persona de su Instituto si era ella quién las enviaba.
Tendría que pensar un poco más, o quizás ir recolectando alguna pista.
Por ejemplo, sabía cómo escribía.
Ayúdanos CupidoBruno y Nina se encontraban en la sala de Alan esa tarde, la morena le entregó la nota que le habían dejado ese día a Alan y este la tomó para leerla.«Me gustan mucho tus ojos, el verde siempre ha sido mi color favorito»El chico hizo una mueca, le parecía un mensaje bastante cursi pero podía entender a la persona, si te enamorabas, no medías los cursi que podías llegar a ser.—Diría que es alguien cursi pero al mismo
Tan sólo una posibilidadEsa tarde llegó cansada a su casa, había estado corriendo por la cancha de fútbol más vueltas de lo normal porque el Entrenador creyó conveniente amonestar a toda la clase por algo que dos compañeros habían hecho.Sin embargo cuando vio la nota pegada en su puerta sonrió emocionada esperando que lo que dijera, le alegrara su tarde.«Te veo en mis sueños besando chicos que no son yo y es molesto porque nunca puedo hacer nada para impedirlo»
¿Te gusto?Durante el camino hacia el Instituto, Nina pensó en las posibilidades que tenía quién escribía las notas. Para poder llegar a su casa antes que ella y dejarle la nota, tenía que ser mucho más rápido, eso podía significar tres cosas: tenía auto, su amigo tenía auto, lo llevaban sus padres. Cosas que eran bastante generales pero podían descartar a quienes no tuviesen vehículo.También tenía que pensar en la cantidad de post its que la persona gastaba en ella, ¿sería alguien con el dinero suficiente como para gastar en eso? Alguien que le gustase también los colores verde, azul y blanco, ya que eran los que se repetían. Más
¿Quién es él?Nina caminaba por los pasillos de su Instituto buscando a Alan, pero se encontraba tan metida en sus pensamientos que no miró al frente y chocó con el bebedero (y el charco de agua que había), cayendo al suelo.Un chico apareció frente a ella y le tendió la mano para que pudiera levantarse. Ella lo miró y no lo reconoció, aunque parecía haberlo visto antes; tomó su mano y se levantó.—Gracias—dijo avergonzada, el chico se mordió el labio intentando no reírse de más.— ¿Te encuentras bien? —le preguntó, ella
¿Quieres salir conmigo?Se detuvo a unos pasos, Mike tenía la atención en su celular. Se congeló por un momento sin saber qué decirle, lo tenía frente a ella y no podía encontrar una forma de llamar su atención. Volteó a ver a Bianca y ella le hizo señas para que le hablara.— ¿Sucede algo, Nina? —preguntó el chico al notar su presencia y ella volteó rápido a verlo.—Eh...no, digo sí—se apresuró a decir—soltó un poco de aire y lo miró—. ¿Cómo me conoces?El chico frunció el ceño an
Mike es el chico«Me gustaría que cuando me veas, me miraras de la misma forma en la que lo miras a él»Nina le entregó la nota a Bianca cuando llegó a Sunny Ice esa tarde, Bruno y Alan también se encontraban con ella.—Creo que piensa que salgo con alguien—dijo ella—, el problema es que no sé a quién se refiere.Alan tomó la nota y la leyó.—No, él piensa que te gusta alguien—mencionó—. ¿Algún cr
Mike es gay«Albert Einstein decía que la estupidez humana era infinita, así que te amo hasta donde mi estupidez llegue»—Por dios, que cursi—dijo Bruno leyendo la nota que Nina le acababa de enseñar—. Ni Bianca ha sido tan cursi conmigo, y estamos hablando de algo grande—Bianca lo golpeó—. Tus golpes no duelen, cariño—le lanzó un beso.—No es cursi—dijo Nina quitándole la nota—. Es lindo.—Debe ser uno de esos nerds que se la pasan citando frases de científi
Clases de Química«No puedo mirarte sin querer besarte»—«Sólo bésame»—susurró la morena, Alan, quién se encontraba a su lado, la miró confuso.— ¿Qué? —Nina parpadeó regresando a la realidad, miró al chico y luego bajó la cabeza nerviosa.—No, no quise decirte eso—le mostró la nota en sus manos—. Sólo respondía indirectamente al chico de las notas.Alan ri&