Mia RedfordCasa Redford Los HamptonsEl arranque que había tenido Michael me dejó sorprendida, la lámpara estaba hecha añicos en el suelo, la mesa se había quebrado, levanté la mirada hacia a él. — ¿Este eres tú? ¿Un hombre explosivo que tiene arranques cuando algo no le gusta?—el pecho de Michael subió y bajó inestablemente debido a su agitada respiración, cerró los ojos y negó.—No es por algo que no me gusta, por primera vez, —abrió sus ojos—Es por miedo a que me dejes. —sus palabras fueron un balde de agua fría que me cubrió de pies a cabeza. —He dicho que tu pasado es tuyo, pero al parecer sigue siendo tu presente. —Ella es mi pasado. —Remarcó con dureza—Ella no ocupa un lugar en mi vida desde antes de conocerte. —dijo Michael.— ¿Entonces esos mensajes que significan? Ponte en mi lugar, por favor. Solo dame respuestas, es lo único que pido, si no, no podré seguir a tu lado, no puedo estar en medio de algo que al parecer no has terminado. —mi labio inferior tembló de nuevo, l
Michael RedfordCasa de Los HamptonsDespués de aquella noche en que confesé mi lado oscuro de mi pasado, la unión que tenía con Mia, era impresionante. Me sentía tan tranquilo, ella me daba esa paz. Y aunque no quería depender de su presencia para estar de esa manera día a día, había entendido que tenía que empezar terapias. El solo pensar en ellas, me inquietaba. Apenas podía ser un poco más abierto con Mia, no me podía imaginar con el terapeuta. Era viernes por la noche y ambos estábamos recostados en los camastros frente a la alberca y a lo lejos, la playa. Escuchábamos las olas estrellarse, la brisa nos envolvía y la tranquilidad nos llenó como hace mucho a mí no me pasaba. —Tenemos que prepararnos. —dijo Mia soñolienta cubierta con una frazada. —No tarda en llegar toda tu familia, —murmuró con los ojos cerrados, sé qué estaba cansada, habíamos nadado, fuimos a caminar por el área, luego hemos trotado por la playa durante las mañanas desde que estábamos en la casa, nos habíamos
Mia RedfordCasa de Los Hamptons — ¡Me encanta la vista! —dijo Daryl, el padre de Michael, tenía la vista desde la tercera planta y mirando la vista nocturna de las casas a lo lejos. —No puedo esperar cuando llegue mañana, —me miró, había subido con él y con Chelsea, la madre de Michael.— ¿Y cómo te ha sentado el matrimonio, hija? —preguntó ella y entrelazó su brazo con el mío para guiarnos a la segunda planta, estaba dándoles un recorrido mientras Michael estaba hablando con sus hermanos de temas de negocios, las cuñadas estaban poniendo orden en las habitaciones donde dormirían todos. La casa tenía bastantes habitaciones y podríamos acomodar a cada uno con sus propios hijos.—Bien, ahí estamos ambos viviendo las mieles del matrimonio. —le respondí con una gran sonrisa.— ¿Y se ha portado bien, Redford? ¿No ha liado con nada? —preguntó Daryl arqueando una ceja. —Está todo bien. —contesté.— ¿Entonces la lámpara y la mesa auxiliar que está en el contenedor de basura no ha sido él
Mia Redford Hotel Four Seasons, New York Michael me había despertado esta mañana con el periódico digital donde mostraba una foto de nosotros dos y el anuncio de nuestra boda, después de eso, sexo mañanero y sexo en la ducha, fue algo raro ya que suprimí cualquier ruido para evitar que nos escucharan tan temprano teniendo acción. Y aunque él decía que estaba la habitación insonorizada, no quería arriesgarme a que nos escucharan. A la hora, todos estábamos partiendo de regreso a la ciudad para empezar a prepararnos para la boda que empezaba por la tarde, al caer el atardecer para ser exactos. —El maquillista llega en diez minutos, hija. —dijo Chelsea asomándose por la puerta de la habitación. Habíamos llegado hace una hora al hotel Four Seasons, Michael había alquilado todo el último piso para su familia y para nosotros para tener mayor privacidad, estaba custodiado todo el piso así como el control del elevador para subir o bajar. “Nora lo tenía bastante inquieto” había pensado cu
Michael RedfordHotel Four Seasons, New YorkSuite Presidencial"Te amo" Eran dos palabras que me hicieron vibrar y estremecer. Los besos de Mia me volvían loco, quería hacerla venir en mi mano para que los nervios se disiparan, su cuerpo lo sentí tenso, pero era por todo lo de la boda, detuve el beso, de un movimiento la puse con su espalda contra su puerta y ella jadeó, le hice una seña de que no hiciera ruido y ella asintió a toda prisa. —Será rápido—susurré cuando rocé mis labios con los suyos, levanté la tela de la bata de seda que cubrió sus piernas y luego deslicé mi mano entre sus muslos, ella entreabrió sus labios y noté como el iris azul de sus ojos se dilataron, "Ella me desea" me dije mentalmente, tiré de su braga de encaje hacia a un lado para entrar en su parte íntima, mis dedos encontraron una humedad que eso me hizo sonreír y ella se dio cuenta.—Así me tienes. —susurró apenas ya que de una movimiento, entré en su interior tibi y húmedo. Sus dedos se quedaron aferrado
Mia RedfordHotel Four Seasons, New York.Repasé una y otra vez a la persona que había acompañado al maquillista, ¿Pudo haber sido Caroline? No lo sabía pero lo sospechaba, nadie más había entrada a la habitación más que ellos dos. Mi corazón latió apresurado cuando todos desaparecieron de la habitación quedándose solamente Michael pidiendo ayuda para que los dos vestidos que se habían llevado para mandarlos de regreso a Italia, detuvieran el proceso y regresaran cuanto antes al hotel. Miré el vestido y lo destrozado que estaba.—Tranquila, tranquila, me van a llamar en cinco minutos para confirmarme que ha pasado con los vestidos. —susurró Michael detrás de mí, dejó su barbilla en mi hombro y suspiró. — ¿Estás bien?—Sí, —acaricié sus brazos cuando me rodeó por la cintura desde atrás. —Es solo que no vi cuando ella entró a destrozar el vestido. Estaba tan concentrada en el maquillaje y peinado que no vi siquiera que fuese ella.—Eso quedará para después, en estos momentos tenemos qui
Mia RedfordHotel Four Seasons, New York.— ¿Qué? —balbuceé, el corazón latió rápidamente. — ¿Einar es mi…padre? —pregunté como si aquellas palabras que salieron de la abuela, fuesen sido mi imaginación, solté una risa irónica y luego la miré. —Por eso Abigail quería que me hiciera una prueba de sangre para saber si era una King.—Sí, al parecer tiene sus dudas desde hace mucho. Se ha acercado a mí para ayudarla y evitar que salga a la luz la verdad.— ¿Tanto así para que nadie sepa que soy su hija? —pregunté con furia y los dientes tiritando.—Es más esto: Si se entera Einar que tuvo una hija y consigue la verdad que es de él, no la va a perdonar, perdería todo privilegio que se le ha dado por años, las comodidades se irían, Einar cuando enfurece, es dinamita. Y con eso, saldría otra verdad a la luz.— ¿Cuál? —pregunté inquieta.—Qué no eres de los Rochester. Que no eres parte de su familia, pero, lo que más me preocupa es nuestra familia, ¿Perdonarán el saber que no eres una Rochest
Michael Redford Hotel Four Seasons, Terraza. — ¿Mia?—la llamé cuando noté lo pálida que se había puesto, sus ojos azules cruzaron con los míos. —No lo sé, solo presiento que ya lo sabe. Es algo que no puedo explicar. —Bueno, confirmaré eso en este momento, iré a verlos y veré que puedo averiguar. —dijo la abuela, luego afirmé e igual Mia, ella nos esquivó y se fue con su hombre de seguridad que siempre estaba con ella, le ayudó en todo momento acercarse al elevador desocupado cuando todos ya se iban en el otro. Mis cuñadas y mis hermanos se acercaron a nosotros al ver que no teníamos intención de irnos aun. — ¿Pasa algo?—preguntó Oliver de la mano de Peggy, al igual que los demás de mis hermanos con sus esposas. —Sí, sí, vayan al salón, en un momento vamos. —ellos asintieron y se marcharon hasta que quedamos solamente Mia y yo, miré hacia el paisaje nocturno, el atardecer había sido perfecto cuando dijimos "Acepto" pero mi atención se fue a ella que seguía aferrada a mi mano c