Pañuelos en manooooo para el proximo capituloooooo
Samantha abre los ojos y se incorpora en la cama de golpe, mira hacia la ventana y nota que dentro de poco anochecerá; Izan y Felipe llegan a su cabeza. Las pulsaciones se disparan y Samantha quita la vía intravenosa, en eso la puerta se abre y entran Fabián y su hermano. Fabián llamó a Sergio y le informó que Samantha estaba en su clínica y que sabía el cáncer de Felipe. —¡Sergio! ¡Felipe…! — gritó aferrándose a los brazos de su hermano. —Shh, loquita. Calma, estoy aquí— agarra su rostro lleno de lágrimas, nunca pensó que la volvería a ver así de rota. Sonríe con melancolía tratando de darle un poco de ánimo—, ese cabezota no va a morir, confía en mí. —¿Tú…, tú lo sabías…? —Sam… Samantha se siente herida y lo empuja del pecho. —¡Malnacidos todos! ¡Aquí la única sin saber era yo! ¡Joder! —Samantha, no lo agarres con nosotros. No sabes cómo hemos intentado que se trate, pero no quiere, ha perdido mucho tiempo y necesita una intervención. —Fabián, dime todo. ¿Qué tipo de cáncer
Tres… tres semanas han pasado desde la transmisión en vivo, tres semanas desde que Felipe aceptó luchar, tres semanas donde han permanecido unidos como una familia. La segunda semana llegaron los resultados de la biopsia; Fabián maldijo dentro de sí mismo, tenía la esperanza de que el cáncer no fuese maligno, sin embargo, no flaqueo, llamó a dos especialistas con más campo que viajaron de Rusia a Boston. No permitiría que su hermano muriera, menos al verlo desesperado. Tenían que darle la mejor cara y positividad, Samantha se ha hecho cargo de sus empresas junto a Joseph, no continuó con su bufete, para ella eso podía esperar, sin embargo, Felipe y sus empresas que lo son todo para él, no.Todos están reunidos, esperando que busquen a Felipe para la intervención, es una operación riesgosa, no deja de ver Samantha y su hijo. No ha querido dormir, solo le pide que le hable sin cesar. Samantha acaricia su rostro que sé ve cansado y su hijo sostiene su mano y juega con sus anillos que va
La operación duró más de lo esperado; ocho horas en total, gran parte del tumor fue extraído, no obstante, la nueva masa no puede ser retirada porque lamentablemente estaba unida a una membrana del cerebro. Felipe tardó tres horas más en despertar y solo podía sentir una gran dicha al reconocer a la rubia que lo miraba con esa intensidad en sus ojos verdes cargados de amor. No la olvido y con eso le bastaba.Fabián comenzó días después con las quimioterapias, la segunda opción sería más agresiva.Los meses pasaron, Samantha bajaba de peso y se dividía de mil maneras en cuidar a Felipe, que para entonces se le administraban en conjunto la quimioterapia y radioterapia, tenía que manejar la empresa, estar con su hijo y volver cada día con una sonrisa en sus labios, a pesar de que cada parte de su cuerpo estuviera agotada no se detendría, tenía que verla fuerte, aunque su aspecto no dijera lo mismo.Tenía cinco meses y medio de embarazo de una hermosa princesa, había momentos que olvidab
Las semanas pasaron y Samantha continuaba con su rutina, no obstante, esta vez, permanecía en una silla fuera de la habitación, no entraba cuando él estaba despierto. Solamente cuando dormía, así tenía un momento para verlo sin que él se sintiera culpable o sintiera vergüenza de cómo el cáncer lo estaba consumiendo.Felipe caía en una depresión al no verla y no escuchar su voz, la quería y no la quería a su lado al mismo tiempo.Izan quiere ver a su padre, tiene dos meses sin ver su rostro. Samantha, para que se distrajera un poco, lo lleva junto con Alana a la empresa de su padre. Alana corre por las instalaciones con un hermoso vestido de color rosa y su cabello rubio suelto que cae en espalda baja, aunque ya no sea una niñita, ama sus vestidos e Izan los detesta porque según él parece una muñeca, y no tiene nada de lo angelical que quiere aparentar.Samantha está en la oficina de Felipe con ellos, Izan se acerca apoyando sus codos en el escritorio, su madre levanta la mirada entre
El Jeque Rashid permanecía en silencio observando a los niños cómo creaban su coche, aunque su atención estaba más en la niña, le gustaba ver como llevaba el mando en todo. Sin embargo, Izan lo dejaba asombrado también por el gran conocimiento que tenía en cada una de las piezas.Alana reía y miraba a Izan, se debatían en el color, y todavía no llevaban ni medio coche. Los diseñadores le ayudaban con su conocimiento también, no faltaron risas y frías miradas del Jeque que poco a poco se suavizaba su rostro.—Alana, añade las ruedas del F8 Tributo. Es el más potente— ordena Izan. —Recuerda que es un coche para una dama— suelta con altanería Alana y busca otras ruedas—, añade las del FXX-K Bugatti, sin duda ese bebe de color blanco perlado y ruedas de color rosa será lo mejor.—Negras, Alana no hay de color rosa— gruñe Izan y cambia el color de las ruedas, Alana frunce sus labios y los cambia otra vez cruzándose de brazos.Los diseñadores se miran entre sí y deciden intervenir.—Se pue
Las horas pasaron y sin darse cuenta era casi la media noche, Izan dormía en el sofá. Samantha apaga el computador y sus ojos se fijan en la pila de documentos que ha revisado y firmado, entre ellos los pagos extras de algunos trabajadores de confianza que se ocupan cuando no logra llegar. No puede creer como Felipe podía con todo, piensa que tal vez exagera, pero es muy difícil, son muchas sucursales.Se pone de pie y recoge sus cosas, se coloca sus zapatillas y deteniéndose un momento observa su vientre en el inmenso ventanal que da vista a la ciudad, una lágrima se desliza por su mejilla y le pide perdón a su criatura, que aguante un poco más.Izan abre sus ojos y siente una opresión en su pequeño pecho.—Esperaste que me quedara dormido para no ir a ver a mi padre ¿Verdad? — le riña y se sienta en el sofá restregándose sus ojos.Samantha sonríe levemente y se pone en cuclillas, apartando su cabello de su frente y deja un beso en su pequeña nariz.—No amor, solo dejé descansar al p
Felipe en ese momento dejó su corazón y él poco de cordura que podía tener, sus piernas se sentían adormecidas por el tiempo que tenía sin caminar. Al salir, Sergio lo detiene y le pide que vea a Samantha que entrará a cirugía. Al llegar y verla con su rostro pálido, y esa máscara de oxígeno, le es inevitable contener sus lágrimas, muerde sus labios y pasa su mano por su cabello dejando un suave beso, sintiendo como su corazón se quiebra mucho más. Un doctor se acerca.—Sr. Ribeiro… Sé que no está listo para esto, pero necesito saber a quién salvar si llegara a ver a una complicación; la bebe tiene sus pulmones casi madurados, sin embargo, es prematura solamente un sesenta por ciento que sobreviva y la madre ha perdido mucha sangre está muy débil y puede observar que la sangre administrada no logra retenerla— el doctor le habla y Felipe permanece en silencio con sus ojos llenos de lágrimas viendo cómo se llevan a la mujer que ama con toda su alma, que ha sufrido lo inimaginable a su
Felipe llega a la sala de espera y Joseph y Sergio no dudan en darle un fuerte abrazo. Con sus ojos a punto de desbordarse le pregunta a su amigo. —Dime que están vivos… —Feli… —¡Maldición, yo lo dejé con vida, por ellos, por mí, por…! Grita golpeando la puerta que está a un lado de él. —Están vivos, sin embargo, Izan está en coma y la bebe…— Felipe no escucha lo demás y camina a pasos rápidos a cuidados intensivos y golpea el vidrio con fuerza al ver su hijo entubado y con todas esas máquinas en su pequeño cuerpo. Fabián al verlo pasar llega a su lado dándole apoyo. Felipe se desmorona cayendo de rodillas. —Hermano, sigue creyendo en el señor…—musita con voz gélida provocando que su hermano se quiebre y no logré pronunciar ninguna palabra. Fabián se pone en cuclillas y coloca su mano en su hombro cerrando sus ojos, es la primera vez que lo intenta ha tenido meses en una guerra entre la carne y el espíritu. —Señor, estamos aquí delante de ti, pidiéndote una segunda oportun