Dentro del alcance de la percepción de Simón, siete —Bala de Insectos Venenosos— volaron directo hacia él.

A través de su Ojo Verdadero, Simón se dio cuenta de que las balas no solo apuntaban a las partes vitales de su cuerpo, sino que varias de ellas incluso bloqueaban posibles rutas de escape.

—Sin duda alguna, es un tipo con algo de poder...

—Podría compararse incluso con el primer francotirador de nuestra sede. Sin embargo, si solo tiene este nivel de habilidad y piensa que puede derrotarme, realmente me está subestimando demasiado.

Ante el ataque preciso de Gasparino, Simón sonrió con desprecio y concentró de nuevo el poder del rayo en la palma de su mano derecha.

Luego, levantó con fuerza la mano y lanzó su poder eléctrico como si fueran simples agujas voladoras, dirigiéndose directo hacia las veloces Bala de Insectos Venenosos que se aproximaban.

—¡Puf, puf!

Sin excepción alguna, cada uno de esos insectos fue clavado en el suelo con precisión por las agujas eléctricas de Simón,