Simón dio un fuerte grito, agitó con fiereza su lanza de batalla, y un haz de energía cortó ferozmente el látigo, pero una fuerza inmensa lo empujó hacia atrás decenas de metros.

Mientras tanto, la gente de abajo, que no tenía la resistencia tan firme como Froilán, estaba completamente sumida en la desesperación total, algunos incluso comenzaron a llorar de forma desconsolada, sin poder controlarse.

Ellos estaban solo en los límites de la presión espiritual de Simón, si estuvieran en el centro, tal vez ya estarían muertos.

Froilán golpeó a Simón y sin detenerse corrió directo hacia él.

Aunque todavía estaba afectado por la herida de la desesperación, gracias a su poderoso cultivo y a su dominio regio, el Destructor, manifestado en su forma verdadera, pudo minimizar por completo el gran impacto al mínimo.

Y su dominio regio también aumentó en gran manera su fuerza a un nivel extremadamente aterrador, un nivel sagrado común ni siquiera podía acercarse a él, mucho menos soportar un feroz