Liam asintió, agradecido por la comprensión y el apoyo de su amigo.—Gracias, Jack. Quiero hacer las cosas bien esta vez. No puedo permitir que el pasado siga interfiriendo en mi vida —expresó Liam con firmeza. —Ella decidió quedarse en la finca, y yo no me opuse, además su cercanía me hace bien, solo deseo recuperar lo que tuvimos en el pasado.Jack asintió y comenzó a tomar notas y a darle la asesoría legal adecuada para ambos asuntos.—Vamos a empezar con el divorcio. Necesito algunos detalles y documentos de tu parte, y luego podemos proceder con la finca. Quiero asegurarme de que todo esté legalmente protegido para ti y para Fiore —avisó Jack, mostrándose diligente y profesional.Liam se tomó un momento para pensar antes de añadir otra petición importante.—Jack, hay algo más. Quiero iniciar los trámites para reconocer a Leo como mi hijo. Sé que he llegado tarde a su vida, pero quiero hacerlo bien ahora. Quiero que sepa que siempre estaré para él —dijo Liam, con la voz cargada de
Aiden y Liam, desesperados, seguían buscando, llamando a los niños a medida que se adentraban más en el bosque. La angustia cada minuto aumentaba, estaba oscuro, y había barrancos, los niños podían caer y quedar heridos.—¡Leo! ¡Fiore! —continuaban gritando, sus voces resonaban en el silencio del bosque.Aiden se detuvo un momento, su respiración era agitada y su rostro lleno de lágrimas. Liam la vio y se acercó, colocando una mano reconfortante en su hombro.—Aiden, los vamos a encontrar. Sanos y salvos, te lo prometo —expresó Liam con firmeza, mirándola a los ojos—. No dejaremos de buscarlos hasta que estén de vuelta con nosotros.Aiden, con lágrimas en los ojos, asintió, tratando de encontrar consuelo en las palabras de Liam.—Tengo tanto miedo, Liam. Pueden estar en peligro —balbuceóLiam la atrajo hacia sí, abrazándola con fuerza.—No les va a pasar nada malo, Aiden. Los encontraremos y estarán bien. Sé fuerte, por ellos y por nosotros —susurró, dándole valor.Aiden tomó una prof
Aiden, harta de la discusión, los interrumpió con un grito.—¡Basta los dos! Yo iré con mi hijo.Liam asintió, aunque su corazón se rompía al no poder acompañar a Leo. Corrió a la casa, agarró un abrigo para Fiore y la cubrió con cuidado. También agarró una manta y la llevó en la camioneta, mientras Fiore seguía sollozando.—Todo estará bien, Fiore. Vamos a seguir a la ambulancia —avisó Liam, tratando de calmarla mientras conducía hacia el hospital.Mathew los siguió en su auto, preocupado por Aiden y Leo. Mientras conducían, cada uno en su propio vehículo, todos compartían la misma esperanza: que Leo estuviera bien y que esta pesadilla terminara pronto.Cuando llegaron al hospital, Aiden ya estaba adentro con Leo.Liam llevó a Fiore directamente al área de urgencias, para que la revisaran. Se encontraron con Aiden, que los esperaba con una expresión de preocupación y agotamiento.—Leo está siendo atendido. Los médicos están haciendo todo lo posible —susurró Aiden, su voz temblorosa.
En el hospital: Aiden se acercó a Liam.—Liam, lleva a Fiore a la casa a descansar. Yo me quedaré a cuidar a Leo —propuso ella.Liam negó con la cabeza.—No, Aiden. Tú has estado con él todos estos años. Déjame quedarme junto a mi hijo esta vez. Necesito empezar a ganarme su cariño. Llévate a Fiore a la casa y descansa. Yo estaré aquí con Leo —respondió con determinación.Aiden dudó por un momento, pero luego asintió, viendo la sinceridad en los ojos de Liam.—Está bien. Pero por favor, mantenme informada de cualquier cambio —solicitó con la voz temblorosa.Liam llamó a un taxi y acompañó a Aiden y a Fiore hasta la salida del hospital. Cuando el taxi llegó, ayudó a subir a la niña, que estaba dormida, y le dio un beso en la frente antes de cerrar la puerta del taxi. Luego se giró hacia Aiden, sus miradas se encontraron, y por un momento, el pasado y el presente se entrelazaron.—Cuida de Fiore y descansa. Yo me ocuparé de Leo —dijo, antes de inclinarse y darle un beso suave en los lab
Aiden, notando el enfado de Liam, intervino con rapidez.—Liam, deja que Fiore se quede aquí conmigo. Es mejor que ella esté cerca de Leo mientras se recupera —sugirió, tratando de calmar la situación.Liam la miró, visiblemente molesto.—Es mi hija. No necesito que te hagas cargo —respondió con brusquedad.Aiden lo agarró del brazo y lo llevó al pasillo.—Por favor, comprende. Solo quiero lo mejor para Fiore y Leo —expresó Aiden, su voz suplicante.Liam la miró, con su furia aún presente.—No hay nada que comprender, Aiden. No confío en Mathew y menos en ese perito. Pero está bien, cuida de Fiore. —dijo finalmente, cediendo un poco, regresó a la alcoba, se despidió de los niños y se fue.Aiden lo observó mientras se alejaba, sabiendo que la situación con la finca y Mathew sería un desafío mayor de lo que había anticipado.****Mientras tanto, en la finca, Mathew llegó con el perito, un hombre de aspecto profesional y atento que llevaba un maletín lleno de documentos y herramientas pa
Liam enfocado en proteger lo que era suyo y asegurarse de que Mathew no lograra sus objetivos, sabía que tendría que estar más alerta que nunca, por lo que enseguida, entró en su despacho, su mente aún estaba llena de la rabia y la frustración por el encuentro con Mathew. Sabía que las cosas no estaban bien y que tenía que tomar medidas para proteger lo que era suyo. Se dirigió a un cajón y comenzó a buscar entre sus papeles, sus manos se movían a través de los documentos.Hasta que, encontró lo que buscaba: el documento del préstamo que había hecho en el banco años atrás para comprar la finca. Lo examinó con cuidado, recordando el esfuerzo y la dedicación que había puesto en ese sueño.—Esto es lo que costó la finca — murmuró para sí mismo, pasando los dedos por el papel.Luego, buscó el documento de la transferencia de dinero que le había hecho Edward, una cantidad que no llegaba ni a la mitad de lo que él había invertido inicialmente.—Edward, siempre confié en ti —murmuró en voz b
Leo aún seguía en el hospital, recuperándose de sus heridas. Mientras tanto, Liam decidió aprovechar el tiempo para hablar con su amigo y abogado, Jack. Necesitaba orientación sobre cómo manejar la situación con la finca y los informes contradictorios del perito.Liam llamó a Jack y acordaron reunirse en un café cercano al hospital. Cuando llegaron, se sentaron en una mesa apartada para poder hablar con tranquilidad.—Jack, necesito tu ayuda —comenzó Liam, su voz reflejaba la urgencia de la situación—. Mathew trajo a un perito a la finca y me dijeron que está en decadencia, que necesita una inversión enorme para salir adelante. Sé que Mathew está jugando sucio, pero necesito saber qué hacer.Jack frunció el ceño, escuchando con atención. Sabía que su amigo estaba en una situación complicada y que necesitaba una estrategia clara para proteger sus intereses.—Liam, primero que nada, necesitamos un informe independiente de un perito de confianza. No podemos basarnos en lo que dice Mathew
Salieron del hospital y caminaron hasta un restaurante cercano. La cena fue tensa, casi no hablaron, cada uno inmerso en sus propios pensamientos. Fiore, ajena a la incomodidad de los adultos, disfrutó de su comida, haciendo pequeños comentarios que rompían el silencio de vez en cuando.Después de cenar, regresaron al hospital. Leo seguía durmiendo profundamente, y Aiden decidió quedarse con él esa noche.—Liam, yo me quedaré con Leo. Necesito estar aquí con él —avisó, mientras acomodaba una silla junto a la cama de su hijo.Liam asintió, aunque su rostro mostraba preocupación.—Está bien, Aiden. Pero antes de que te acomodes, necesito hablar contigo —advirtió Liam, llevándola a un rincón apartado de la habitación—. No quiero a Mathew cerca de Leo. No confío en él y no creo que sus intenciones sean puras.Aiden sintió una ola de ira subir por su pecho. Había confiado en Mathew durante años, y no podía entender por qué Liam desconfiaba tanto de él.—Mathew es de la familia, Liam. Ha es