Al llegar a su destino un chofer los esperaba para llevarlos hasta el hotel para dejar sus cosas y cambiarse para la reunión. Era casi la hora del almuerzo así que el empresario pidió algunos platillos al restaurante que solía visitar cada vez que iba a esa ciudad.
-La comida llegará en unos veinte minutos así que tienes tiempo para darte un baño si quieres
- No tardaré más de diez
Mientras las pelirroja estaba en la ducha se sentó en un sofá y aprovechó para llamar a Vicente y consultarle sobre algunos arreglos pendientes
-¿Está todo listo?
Sophia asintió con la cabeza pero luego lo miró interrogante, ¿cómo sabía él acerca de su vestido? Gabriela le había anticipado alguna cena elegante con el director y había sugerido un vestido, pero bien podía ir con un traje de dos piezas algo informal, no tenía porqué ser un vestido.- ¿Porque supones que traigo vestido?- ¿No traes? – la miro de reojo por unos segundos- Si, pero..- Te escuche hablando con mi secretaria anoche- ¿Me estabas espiando? – se escandalizó ante la posibilidad- Cariño, dos mujeres hablando por teléfono mientras arman una valija para solamente una noche, no es algo
Las primeras impresiones suelen ser algo engañosas, no siempre logramos captar la verdadera esencia de las personas luego de interactuar con ella unos minutos, aunque en realidad nunca llegamos a conocerla por completo. Algunas veces logramos conectar de forma inmediata con esa persona y muchas otras nos cuesta un poco más porque debemos descubrir un poco más de su personalidad. La primera impresión que se llevó del hombre que tenía delante fue muy mala, Erick portó de una forma arrogante, soberbia y con esa actitud de rey del mundo que tanto la había irritado. Pero hoy, después de casi tres meses podía decir que se había equivocado, compartir sus días en la oficina y empezar a convivir con él, le habían dado una mejor visión de lo que realmente era: un hombr
El plan de Sophia era que su novio asumiera que estaba dormida cuando la viera acostada en la cama con los ojos cerrados y se fuera a su habitación, agradecía mentalmente Gabriela por haber reservado una suite doble a pesar de que una pareja no necesita dos habitaciones para dormir, menos una que esta conviviendo.Pero su plan no había funcionado y las cosas se habían salido de control, no solo no se había ido sino que se había sentado en la cama y empezó a acariciarla mientras le explicaba porque le gustaba su cuerpo. Había soportado todo lo que le fue posible pero fue inevitable que escuchara sus gemidos, sus manos acariciando su vientre y escucharlo hablar sobre una vez que se había dado placer imaginando que era ella quien lo tocaba fue demasiado. Abrió los ojos u su mirada era oscura y brillante a la vez, deseosa pero anhelante–Erick… –su nombre sonó
La noche paso de forma lenta y placentera, Erick había planeado que volviera a su ciudad al otro día después de la hora del almuerzo así que no tenían ninguna prisa por interrumpir su burbuja de amor. Cerca de las cuatro de la mañana Sophia continuaba despierta acostada junto al hombre que le había regalado una noche inolvidable, desde la maravillosa vista desde el restaurante, hasta los incontables organismo que le había regalado haciéndola perder todas las dudas acerca de su cuerpo.El calor que le brindaba el cuerpo se Erick empezaba a ser sofocante así que se le antojo beber algo de agua y comenzó a desenredar el nudo que eran las piernas de ambos para poder salir de la cama. Su novio sintió el frío que dejo su ausencia y se movió en busca de calor dejándole el camino libre para levantarse sin temor a despertarlo.Sentada en el sofá que tenían en la pequeña sala de estar que unía las dos habitaciones pensaba sobre el sobre que Erick le había entregado durante la cena
El miércoles por la mañana cuando llegó a la empresa, Gabriela la estaba esperando con una sonrisa que ocupaba toda su cara. La secretaria estaba ansiosa por saber si el plan de su jefe había dado resultados, nunca había tenido que planear algo así porque era Emily quien se encargaba de las reservaciones y arreglar horarios en otras sucursales, pero sabía que este vez era especial porque además había organizado una especie de escapada romántica para el jefe y su amiga.– Buen día – saludos a todas las secretarias pero cuando vio la cara de Gabriela no pudo evitar sonrojarse – El señor Reed va a venir por la tarde a hablar con Erick así que les pido que
Erick asumió que entró a la oficina porque estaba deseosa por saber sobre lo que estaban hablando– Cariño, no puedes – cuando vio su cara se dio cuenta de que estaba pasando algo – ¿Que sucede?La pelirroja le entrego el móvil y comenzó a leer y mientras lo hacía la rabia iba inundando todo su ser– Maldita sea – habían avanzado a un punto excelente y ahora Vanessa salía con esto y podía volver arruinarlo todo – Cariño quiero que sepas que no estuve con ella, no pase ninguna noche en su casa ni en ningún lugar con ella desde que volví al paísEthan estaba viendo la situación sin entender que estaba sucediendo pero las palabras del hombre sentado frente a él le dieron una idea de lo que podían estar leyendo en el móvil. Se lo quito de las man
Cuando las manos del hombre comenzaron a tirar levemente de la camisa de la mujer, la puerta volvió a sonar y Patrick volvió a interrumpir el momento. – Voy a dar la orden de que no te dejen entrar más a esta oficina, todas nuestras conversaciones serán por teléfono o videollamada – Reed me ha llamado para contarme y coordinar el comunicado de cada empresa, ¿cuando pensaban decirme? – Acabamos de enterarnos Patrick – la pelirroja volvió a su tarea con el hielo
Luego de unos minutos y una merecida ducha, Sophia se dio cuenta de lo que había hecho y el color rojo comenzó a teñir su cara. – No te preocupes que ya no queda nadie afuera, todos se han ido y Vicente ha impedido el paso a cualquiera que quisiera entrar Eso en lugar de tranquilizarla le dio aún más vergüenza, ahora era demasiado obvio lo que estuvieron haciendo – Tranquila cariño que nadie piensa que puedes estar pidiendo que muerda tus senos en la oficina, todos creen que eres demasiado profesional para eso – sonrió, le encantaba molestarla – ¡Erick! – se tapo la cara con las manos – No pasa nada cariño, nadie piensa mal de ti y tampoco se animarían a decirlo en voz alta – intentab