Todos en el país conocían el temperamento del gran Erick Harris, pero nadie en ese hospital lo había presenciado antes. Erick no era un ser benevolente ni bondadoso antes de Sophia y no tenía pensado comer a serlo ahora que la tenía a su lado, embarazada de su primer hijo.

El doctor estaba conmocionado por ver al director del lugar, su jefe, temblando ante el esposo de la mujer que estaba atendiendo. Debía tener extremo cuidado para no ser despedido como la enfermera que mencionaron, no tenía idea de lo que había hecho pero estaba seguro que era algo sumamente estúpido.

Los esposos abandonaron el hospital cerca de la noche luego de recibir las indicaciones que la pelirroja debía seguir. Tras una rápida discusión donde Sophia se negó a llevar cualquier equipo médico a casa, el magnate terminó cediendo con la condición de contratar a la enfermera que les record