Tal como lo había pronosticado Mariam, tan pronto llegaron nuestros padres fuimos acribillados a preguntas que no daban tiempo ni de respirar para no perder el hilo de sus comentarios.

—Nos pueden decir ¿Por qué no contestan los teléfonos?, si fuera una emergencia no sobreviviríamos en lo absoluto.

— ¿Qué no piensan replicar nada de lo que le preguntamos?

—Con hijos como ustedes no necesito enemigos, me dejan fuera de sus vidas cada vez que se les da la gana, y…

— ¡Basta! No voy a seguir soportando que vengan a mi casa a gritarme de esa manera, ya hemos tocado este tema muchas veces, pero no les queda claro. Si regrese fue a poner las cosas sobre la mesa, no para que me digan lo que tengo que hacer por conveniencia de ustedes o de la empresa.

— ¡Hija!

—Las cosas como son madre, ya saben lo que pienso y no voy a cambiar de opinión porque ustedes están aquí. No tengo la menor idea de dónde sacaron esa información que solo conocíamos los que estamos presente, ya pueden empezar hablar y d