—Entremos—dijo Gil sin notar que las mejillas de Ellie habían vuelto a ruborizarse, la tomo de la mano y ambos caminaron de vuelta a la fiesta.El choque de una pequeña cucharilla contra el vidrio de una copa irrumpió la celebración en el interior del salón de la residencia de los Goldsmith, ocasionando que todos buscaran el origen de aquel sonido.—Mis amigos—dijo el señor Goldsmith—el motivo por el cual estamos reunidos esta noche, es quizás la causa más importante, después de la fundación de mi empresa.Las personas que le conocían, se acercaron a la escalera donde se había situado para que todo el mundo lo viera.—Esta noche mis queridos amigos, celebramos el compromiso de mi querido y único hijo—expreso con una sonrisa mientras extendía la mano para señalar justo el lugar donde Ellie y Gilbert se encontraban situados.Ellie sintió una especie de nudo en el estómago, se sintió culpable por engañar a ese pobre hombre que parecía estar feliz por ver a su hijo comprometido, sin embar
Las mejillas de Gil estaban ruborizadas, pero no supo exactamente por qué, si se debia a la extrañeza que le había causado el besarse con una desconocida o si era porque todo el mundo lo había visto como se besaba con esa chica que supuestamente era su prometida.Algunas personas se acercaron a ellos para felicitarlos por tan estupenda noticia, pero otras personas solo observaron el espectáculo con interés, entre ellos, Olivia Jones, una muy vieja... conocida.Aquella mujer llevaba puesto un vestido de tafetán verde, estilo corte de sirena y con una abertura abierta para mostrar sus largas piernas, su cabello caía en una espectacular cascada en un tono color café chocolate y su piel bronceada irradiaba frescura, aquella era una chica segura de sí misma, inteligente y astuta, por lo tanto, no dudo en acercarse a Gil cuando se apartó de su prometida.—Gilbert—pronuncio su nombre acariciando cada letra. Gil reconoció su melodiosa voz y al volverse hacia ella, no pude sonreír, fue como ve
Al abrir los ojos, Ellie se alejó lentamente de Gil, sus mejillas estaba enrojecidas y su corazón latía enloquecido.—¿Por qué hiciste eso?—musito tratando de recuperar el aliento.—Ya te pagué, solo has lo que te digo—le susurro Gil al oído mientras fingía una sonrisa y bajaba lentamente las manos de su cintura, trazando su figura y llegando a sus glúteos para darle una ligera nalgada mientras él sostenía una sonrisa.—¡Ah!—dijo Ellie en cierto modo decepcionada, esbozo una sonrisa fingida y subió sus manos hacia su cuello entendiendo su mensaje, alguien ahí los observaba y con alguien supo que se trataba de una mujer, pero... ¿Quién?Ellie comenzó a juguetear con su cuello, primero un dedo que subía y bajaba lentamente por su piel, le sorprendió que aquella caricia provocara que se erizara, pero enseguida supuso que tan solo debia ser sensible al tacto, no porque ella lo excitara o algo por el estilo, así que para olvidar su desilusión, continuo solo para molestarlo.—¿Te gusta?—le
—¿Quieres quedarte quieta?—protesto Gil soltando el cuerpo de Ellie sobre la cama. Ella se había quedado dormida en el auto, por supuesto, nadie había dicho nada mientras salían, pero la vergüenza y la rabia le habían hecho arder las mejillas a Gil, esa mujer lograba sacarlo que quicio. Ellie no dijo nada, seguía riéndose, pero era el alcohol quien la obligaba a sentirse entre las nubes, en medio de un sueño. Gil quiso alejarse de ella, si bien no tenía la apariencia de una vagabunda que se había quedado a media calle insultando a los demás, odiaba verla así, tan risueña e inexplicablemente molesta. Ya estaba arrepintiéndose de su decisión, pero no quedaba de otra. Las piernas de Ellie de pronto lo aprisionaron para impedirle que se fuera y cuando él se volvió hacia ella para replicar su audacia, ella se aferró un poco más. Estando ebria se decía a sí misma que era un sueño, uno donde podía controlar todo lo que pasara a su antojo y lo que en ese momento deseaba era a ese atractivo
Ellie abrió los ojos con pereza, no había bebido tanto, pero lo que habían servido en la fiesta de anoche había logrado una resaca digna de un vikingo. Se levantó de su sitio, aún llevaba puesto el vestido de la fiesta, lo malo era que lo había arrugado tanto que no sabía si podría volver a usarlo, pero enseguida supuso que la mujeres del estatus de Gilbert no debían usar la misma ropa dos veces. No había más remedio. Se dirigió al baño, una habitación similar a la de su futuro esposo, no se digno si quiera a mirarse al espejo, puesto que era probable que su maquillaje estuviera embarrado en todo su rostro y prefería evitar contemplar el desastre, pero al momento de agacharse un ligero mareo la invadió, tuvo que apoyarse sobre el mueble del lavabo para no perder el equilibrio y así permaneció un par de minutos. En ese momento recordó a su amiga Olivia, era muy curioso que se llamara igual que aquella chica que había conocido la noche anterior, sin embargo, la diferencia que había ent
—¿Qué estas haciendo? —preguntó Gil con cierta soberbia mientras caminaba por la estancia sin apartar la vista de ella.—Hablaba por teléfono—admitió ella sospechando que de cualquier forma lo sabría.—¿Con quién?—comenzó el interrogatorio mientras sacaba su teléfono móvil para revisar sus notificaciones, ya habían transcurrido varios días sin que pudiera ir a trabajar adecuadamente, aún no confiaba plenamente en Ellie como para dejarla sola, al menos no mientras no estuvieran casados y por ello había limitado su horario de trabajo a tres horas, tiempo suficiente para revisar algunos documentos y asistir a una reunión para estar al tanto de lo que acontecía a la empresa,pero lo que restaba a lo demás, Masón se encargaba de darle los detalles por correo.—Una amiga—respondió ella con la mirada agachada mientras jugueteaba con sus dedos, era un gesto demasiado infantil y tímido para alguien de su edad, pero no estaba acostumbrada a dar explicaciones de sus acciones, aunque se debía a qu
Ellie tamborileo sus dedos sobre la mesa mientras alzaba el cuello de vez en cuando, un tanto exasperada. Oliv no era el tipo de persona que llegaba tarde, ella era muy puntual, pero llevaba veinte minutos de retraso.Al mirar por tercera vez el reloj en la pantalla del televisor donde estaban emitiendo un noticiero, Oliv apareció por la puerta, tenía las mejillas rosadas y el cabello alborotado, la frente sudad y la respiración agitada, parecía que había corrido desde su casa hasta la cafetería.Alzó la mirada y busco el paredero de Ellie y al verla sobre un rincón se acercó a ella y dejó caer su trasero sobre la silla a su lado.—¿Porque llegas tan tarde?—se quejo Ellie, aunque sabía que estaba exagerando, veinte minutos no eran nada, pero como había perdido su teléfono en el incidente, no podia comunicarse con ella.—Lo siento—dijo Oliv con dificultad mientras trataba de meter aire a sus pulmones, había corrido varias manzanas para llegar a ese lugar, aunque técnicamente, se habia
—¿Estas realmente segura?—dijo su amiga no muy convencida de lo que decía—ni siquiera sé cómo es él, si es una buena persona, si realmente te merece.Ellie se quedó en silencio mientras meditaba sus palabras, no le quedaba más opción que mentir puesto que no conocía del todo a su futuro esposo, lo único que sabía de él era que vivía en un edificio muy lujoso y que prácticamente ya le había pagado por fingir ser su esposa un año, ningún hombre que la mereciera debía pagar por su compañía, así que probablemente Gil no era el tipo indicado por muy atractivo que fuese.—Es un hombre bueno—mintió—no te preocupes por eso.—¿Realmente puedo confiar en él?—Por supuesto—Ellie apretó su puño por debajo de la mesa para no morderse la lengua.Oliv se quedó en silencio y con el ceño fruncido mientras meditaba lo que Ellia le decía, estaba enojada o quizás más que eso, estaba furiosa por lo que Ellie había hecho, con Oliv a su lado era como tené una mamá todos los días, ni Oliv y Ellie tenían tiem