Por un breve instante sus rostros se encontraron a una corta distancia, Ellie pudo sentir por primera vez su respiración sobre su piel, por poco aquel inusual calor casi le eriza la piel, pero pudo controlarse, pero de lo que si pudo contenerse fue del calor que produjo su cuerpo ante tal proximidad, sus mejillas se habían enrojecido, pero no sólo porque Gil la había tomado entre sus brazos, sino por ponerse en vergüenza frente a él y aún peor, por haber sid salvada precisamente por ese hombre cuando en realidad, su sentido común le advertía que debía alejarse.Gil trago saliva y con ella un insulto, Ellie lo había golpeado justo en la pantorrilla, por supuesto, no dijo nada porque pensó que él le había causado mucho más dolor y molestia a Ellie que incluso sintió que aquel golpe lo tenía bien merecido.De pronto y como si ambos hubiesen recordado que, debían ser enemigos mortales por el hecho de haberse conocido en una circunstancia tan grave, se alejaron el uno del otro.—¿Acaso no s
Gil se le unió poco después mientras arreglaba su traje. Forzó una sonrisa, la cual le dirigió a Ellie con cariño fingido, ella por supuesto noto lo mucho que se estaba esforzando en hacer parecer que entre ambos se conocía desde hacía mucho tiempo atrás y que él sentía cierta ternura hacia ella.La joven vendedora se aproximó a la pareja que a plena vista se notaban hechos el uno para el otro, ambos eran atractivos a su manera, el hombre era bien parecido, fornido y elegante, mientras que la chica a su lado tenía cierto aire de sexi inocencia, era hermosa. Ellie había hecho un estupendo trabajo con el maquillaje, para que sus golpes se desvanecieran como magia y las cortadas y raspones parecieran más bien una pequeña mancha casi imperceptible o pasara como un barro que estaba empezando a desaparecer.—Buenas tardes, señor Goldsmith, es un placer conocerlo—dijo la vendedora extendiéndole la mano hacia Gil, quien había llamado su atención y no era para menos, a Gil solía pasarle eso mu
—Es un hermoso lugar—dijo Ellie alzando un poco la vista hacia el techo para evitar verle el rostro a Gil, era claro lo que pretendía, la quería a ella, no como mujer, sino más bien como una mascota que pudiera sacar a pasear de vez en cuando, solo para apaciguar a su padre.—Si quieres ser puede ser tuyo—la tentó él caminando hacia la barra de la cocina, que no ser por ella, él se habría acercado un poco más, para evitar que la vendedora escuchara su conversación, ya que, los había seguido hasta ese lugar.—¿Qué les parece?—cuestiono la vendedora un poco desanimada por ser ignorada por Gil, ya quería irse y puesto que esos dos no parecían estar muy decididos en adquirir esa propiedad, pensó que sería todo.—Increíble—respondió Ellie juzgando aquella encantadora cocina.—¿Quieren ver el jardín?—propuso la mujer acortando el tour que por lo general daba a las personas que estaban interesadas en ver las casas—tiene un adorable estanque de peces japoneses...—Queremos ver las habitacione
—¿Y como me aseguras que me pagaras por este favor?—expuso Ellie sin atreverse a mirarlo, quizás por vergüenza a que pensara que era un arribista o una avariciosa, pero eso era lo que Gil necesitaba, que su codicia la venciera para poder tener mayor control sobre ella. Ellie no recibió una respuesta inmediata ay en vez de eso, solo escucho los pasos de Gil alejarse fuera del baño y hasta llegar a la habitación. —Disculpe—expreso para llamar la atención de la vendedora, quien entro sin dudar, hasta donde Gil se encontraba—podría traer los documentos, queremos la casa. —¿Qué?—alcanzo a decir la joven, estaba perpleja, no supo reaccionar de otra forma más que esa. —Queremos comprarla—le repitió Gil. —Bueno, puedo mandar a redactar el contrato ahora mismo, pero tardará al menos una hora, además necesito sus identificaciones para hacer—expreso la joven tratando de que los cables en su cabeza conectaran de una buena vez, pero era imposible, después de mucho tiempo, finalmente había con
Gil la llevo a un restaurante al que solía asistir de vez en cuando, era un agradable sitio, elegante, distinguido, con buena comida y por lo general, la mayoría de la gente que le conocía solía ir ahí. Supuso que debia empezar actuar como un hombre comprometido, ser amable, servicial y entre muchas cosas, romántico, con aquella chica.Eran las tres de la tarde, la hora pico para la comida, pero a pesar de ello, el lugar estaba medio vacío a excepción de un par de mesas en el frente, donde un par de hombres charlaban con un tono de voz apto para aquel sitio, su plan no le había salido como él planeaba, pero cuando llegó la comida a su mesa, dio gracias al cielo de que nadie la viera con ella.No es que Ellie no supiera comer correctamente, solo que no conocía el tipo de modales que personas como Gil, solían tener en la mesa. Esas mañas las había aprendido de una de sus niñeras, una mujer inglesa muy suntuosa que prácticamente se creía de la realeza y que había adiestrado a Gil tan bie
—¿En dónde te habías metido, encanto?—cuestiono la rubia admirando su rostro— no me llamaste y tampoco me enviaste ningún mensaje. Pensé que la habíamos pasado bien.Gil frunció levemente el ceño y en el tiempo que duro su silencio trato de recordar quien era esa chica, es decir, recordaba su rostro y su cuerpo desnudo, pero no su nombre.—Perdóname, he estado ocupado—le dijo un tanto molesto por haberlo tomado desprevenido y también por arrugarle el cuello de la camisa.Su mirada instintivamente buscó a la chica sentada del otro lado de la mesa, Ellie parecía asombrada, pero no de una buena forma, quizás estaba molesta por la interrupción y por la forma tan descarada de hablar de la chica.—Tan ocupado para no tomar el teléfono. ¿Acaso te tienen de manos atadas?—expreso siguiendo la mirada de Gil y es que la mujer no se había percatado de la presencia de Ellie, así que una vez que la vio frunció el ceño molesta entendiendo por qué Gil no se había dignado a comunicarse con ella—¿Quién
—¿Un par?—cuestiono Ellie sin creer en sus palabras—por favor, no me engañes, se nota a simple vista que no eres más que un mujeriego de oficio.Gil quiso sentirse ofendido, pero Ellie había dicho la verdad, él no era hombre para solo una mujer y si había tenido chicas especiales, había sido porque las conocía de años atrás o simplemente eran buenas en la cama, pero Gil aún no conocía a la mujer que lograra dominar sus ansias de salir en busca de otra chica y claro, no es que realmente se dedicara a eso, esa reputación se la había ganado con los años.—Puede que tengas razón, pero es un asunto que no te incumbe, solo has tu trabajo, así como lo hiciste hace un momento—replico Gil, algo incómodo por haber sido descubierto precisamente por ella, una bailarina exótica.—De acuerdo—se resignó a decir viendo que al menos esa tarde no obtendría nada de Gilbert. Pocos segundos después llego un mesero para retirarles los platos para servirles una especie de estofado de cerdo, el cual se veía
—No me siento muy bien—dijo Ellie cerrando los ojos tratando de soportar las punzadas que le aquejaban. Intento alzar la vista, pero incluso ese leve movimiento le causo malestar.—Será mejor que regresemos, no quiero que te desmayes en este lugar—expreso Gil levantándose, pero cuando Ellie intento hacer lo mismo, el dolor la regreso a su lugar—¿Te sientes tan mal?—Idiota—musito Ellie—si no lo recuerdas un imbécil me atropello ayer. ¿Cómo quieres que me sienta después de eso?—Perdona—expreso Gil recordando la tragedia que había ocurrido por distraerse—permíteme ayudarte.Avergonzado por su poca o mejor dicho nula comprensión, se acercó a Ellie y la tomo del brazo para después tomarla por la cintura como apoyo. El camarero que los atendía observo que la pareja necesitaba ayuda, pero al aproximarse Gil se negó con la cabeza, creyó que no era necesario hacer tal escena en ese sitio. Por suerte aquella chica que le había reclamado su infidelidad no había vuelto y sus amigas tampoco, per