Ellie soltó una carcajada y mientras reía, negó con la cabeza confirmando que aquel hombre estaba más que loco, quizás hasta le faltaba un tornillo, pero al levantar la mirada hacia él, descubrió que Gilbert, en realidad mantenía una expresión sombría.—¿Bromeas cierto?—cuestiono mientras se limpiaba una lágrima imaginaria del rabillo del ojo.—Nunca en mi vida hablé más en serio—manifestó Gil mientras colocaba sus codos sobre su rodillas para inclinar el cuerpo hacia adelante. La miro con firmeza y seriedad, lo que obligo a Ellie a dejar de reír.—No voy a casarme contigo—dijo Ellie finalmente, levantándose de su lugar, con la idea de terminar aquella absurda conversación que no los llevaría a ningún lado.—Te pagaré si con eso te convenzo—dijo Gil soltando su primera oferta. Ellie se detuvo en seco y medito la propuesta. Tenía su trabajo, pero después de ese accidente, no podía volver a bailar, al menos en un buen tiempo, estaba de manos atadas.—¿A qué te refieres con que me pagara
—De acuerdo—dijo Ellie levantándose de su sitio con la intención de volver y recostarse un poco más, aunque se sentía un poco mejor, el cuerpo seguía doliéndole, sobre todo la cintura, sentía punzadas sobre ambos costados, por lo que pensó que ya se había forzado mucho al tener esa extraña aunque interesante conversación con ese hombre llamado Gilbert Goldsmith.Quería averiguar un poco más de él, saber por qué diablos tenía un departamento tan lujoso en un edificio que no estaba precisamente en un barrio común de las calles de New York. Estaba segura de que de aproximarse un poco más a ese enorme ventanal por el que comenzaba a entrar la luz del sol, se podía ver Central Park y quizás aquel edificio en realidad estaba en la quinta avenida, la calle más famosa de New York, conocida por ser entre muchas cosas, por ser la calle de los millonarios. Toda empresa que se considerara importante, tenía un local ahí, pero en ese mismo momento no estaba dispuesta a averiguarlo, quizás una vez q
Era medio día cuando Ellie despertó víctima del hambre, aunque por supuesto, al abrir los ojos y encontrarse en un lugar que no era su pequeño departamento, la impacto un poco, había olvidado en donde se encontraba. Luego de recordar el cómo había terminado en ese lugar, se sentó sobre la orilla de la cama y miro su entorno con curiosidad, el lugar se veía más bonito de día y los muebles un poco más caros de lo que había visto antes, la alfombra era bastante gruesa, no era necesario ponerse pantuflas, de hecho pensó que esa misma alfombra debia ser más cómoda que su propia cama en la cual varias veces la había mandado al quiropráctico del barrio donde vivía y la pared al lado, le había ocasionado varios moretones por lo inquieta que solía estar al no estar acostumbrada a dormir en una cama individual y que esta estuviera tan pegada al muro. Definitivamente, esa habitación, era muy diferente de lo que estaba acostumbrada, por supuesto la decoración era sencilla, pues nadie había dormi
—Tengo hambre—se excuso mientras daba un primer bocado a un pedazo de pan integral que había encontrado en uno de los gabinetes, por supuesto, al probarlo, el sabor no le resultó muy agradable, no sabía a nada y la textura se sintió un poco áspera debido a los pequeños pedazos de trigo y avena que tenía sobre la cortesa como prueba de que si, era un pan vegano.—Deja eso nos vamos—le ordenó Gilbert aproximándose hacia ella, para quitarle el pan que no había entrado a su boca. Luego dejó las bolsas sobre la barra de la cocina y las empujó un poco hacia ella—vistete y arreglaste que no voy a estar paseando por todo New York diciendo que eres mi prometida si vas vestida de esa forma.—Aún no he aceptado el trato—se quejo Ellie colocando sus manos sobre su cintura, pero al ver el nombres que portaban las bolsas frente a ella, no pudo resistir la tentacion así que se asomo un poco, por supuesto, no bio nada debido al papel que protegía el producto de la vista de cualquier persona, asi que m
Por un breve instante sus rostros se encontraron a una corta distancia, Ellie pudo sentir por primera vez su respiración sobre su piel, por poco aquel inusual calor casi le eriza la piel, pero pudo controlarse, pero de lo que si pudo contenerse fue del calor que produjo su cuerpo ante tal proximidad, sus mejillas se habían enrojecido, pero no sólo porque Gil la había tomado entre sus brazos, sino por ponerse en vergüenza frente a él y aún peor, por haber sid salvada precisamente por ese hombre cuando en realidad, su sentido común le advertía que debía alejarse.Gil trago saliva y con ella un insulto, Ellie lo había golpeado justo en la pantorrilla, por supuesto, no dijo nada porque pensó que él le había causado mucho más dolor y molestia a Ellie que incluso sintió que aquel golpe lo tenía bien merecido.De pronto y como si ambos hubiesen recordado que, debían ser enemigos mortales por el hecho de haberse conocido en una circunstancia tan grave, se alejaron el uno del otro.—¿Acaso no s
Gil se le unió poco después mientras arreglaba su traje. Forzó una sonrisa, la cual le dirigió a Ellie con cariño fingido, ella por supuesto noto lo mucho que se estaba esforzando en hacer parecer que entre ambos se conocía desde hacía mucho tiempo atrás y que él sentía cierta ternura hacia ella.La joven vendedora se aproximó a la pareja que a plena vista se notaban hechos el uno para el otro, ambos eran atractivos a su manera, el hombre era bien parecido, fornido y elegante, mientras que la chica a su lado tenía cierto aire de sexi inocencia, era hermosa. Ellie había hecho un estupendo trabajo con el maquillaje, para que sus golpes se desvanecieran como magia y las cortadas y raspones parecieran más bien una pequeña mancha casi imperceptible o pasara como un barro que estaba empezando a desaparecer.—Buenas tardes, señor Goldsmith, es un placer conocerlo—dijo la vendedora extendiéndole la mano hacia Gil, quien había llamado su atención y no era para menos, a Gil solía pasarle eso mu
—Es un hermoso lugar—dijo Ellie alzando un poco la vista hacia el techo para evitar verle el rostro a Gil, era claro lo que pretendía, la quería a ella, no como mujer, sino más bien como una mascota que pudiera sacar a pasear de vez en cuando, solo para apaciguar a su padre.—Si quieres ser puede ser tuyo—la tentó él caminando hacia la barra de la cocina, que no ser por ella, él se habría acercado un poco más, para evitar que la vendedora escuchara su conversación, ya que, los había seguido hasta ese lugar.—¿Qué les parece?—cuestiono la vendedora un poco desanimada por ser ignorada por Gil, ya quería irse y puesto que esos dos no parecían estar muy decididos en adquirir esa propiedad, pensó que sería todo.—Increíble—respondió Ellie juzgando aquella encantadora cocina.—¿Quieren ver el jardín?—propuso la mujer acortando el tour que por lo general daba a las personas que estaban interesadas en ver las casas—tiene un adorable estanque de peces japoneses...—Queremos ver las habitacione
—¿Y como me aseguras que me pagaras por este favor?—expuso Ellie sin atreverse a mirarlo, quizás por vergüenza a que pensara que era un arribista o una avariciosa, pero eso era lo que Gil necesitaba, que su codicia la venciera para poder tener mayor control sobre ella. Ellie no recibió una respuesta inmediata ay en vez de eso, solo escucho los pasos de Gil alejarse fuera del baño y hasta llegar a la habitación. —Disculpe—expreso para llamar la atención de la vendedora, quien entro sin dudar, hasta donde Gil se encontraba—podría traer los documentos, queremos la casa. —¿Qué?—alcanzo a decir la joven, estaba perpleja, no supo reaccionar de otra forma más que esa. —Queremos comprarla—le repitió Gil. —Bueno, puedo mandar a redactar el contrato ahora mismo, pero tardará al menos una hora, además necesito sus identificaciones para hacer—expreso la joven tratando de que los cables en su cabeza conectaran de una buena vez, pero era imposible, después de mucho tiempo, finalmente había con