—Te enviaré la invitación—dijo su padre mostrando una blanca dentadura. Se dio media vuelta y se encaminó hasta la puerta, pero Gil no podía permitir que eso pasara, no con ella.—¡Espera!—le dijo levantando la mano, miro de reojo a Ellie quien había causado todo un desastre, luego acorto la distancia que los separaba y se aclaró la garganta—¿No crees que es demasiado pronto para una fiesta? Ellie, no debería esforzarse tanto, después de ser atropellada.—Ya que lo dices de ese modo—respondió su padre meditando la excusa de Gil—hablaré con Archer del asunto, si él lo cree indicado, no haré nada.—Pero... pero... es que no creo que sea necesario hablarle, después de todo, tiene muchos asuntos pendientes en el hospital. ¿Por qué molestarlo?Su padre finalmente se giró, sospechando que su hijo algo le ocultaba, por lo que lo tomo por los hombros como cuando era un niño y estaba ansioso o nervioso. Gil se puso tenso y respiro profundamente, para calmarse entendió que su padre había notado
—¿Y tú?—cuestiono Gil levantando la cabeza hacia donde Ellie se encontraba, ella estaba parada justo en un estante cerca del muro en donde Gil colocaba los premios que había ganado desde que había ingresado a trabajar a la compañía de su padre.No necesitaba recibir todos esos premios para saber que él era el mejor de la ciudad en cuanto a negocios, pero a veces, cuando se le bajaba el ánimo, esos objetos se lo recordaban.—¿Yo qué?—dijo Ellie volviendo la mirada hacia él.—Dijiste que eres estudiante de enfermería, pero tu ropa... ¿Estabas de fiesta?—supuso, pero a Ellie se le ruborizaron las mejillas, no es que estuviera orgullosa de decir que trabajaba como bailarina en un centro nocturno, pero de cualquier forma no creyó que fuese a ver a Gil en otra ocasión después de eso.—No—dijo riéndose, quizás para afrontar la vergüenza, agacho ligeramente la cabeza y camino hasta uno de los sofás para sentarse frente a él.—¿Prostituta?—cuestiono Gil, alzando la ceja, aunque su ropa era muy
Ellie soltó una carcajada y mientras reía, negó con la cabeza confirmando que aquel hombre estaba más que loco, quizás hasta le faltaba un tornillo, pero al levantar la mirada hacia él, descubrió que Gilbert, en realidad mantenía una expresión sombría.—¿Bromeas cierto?—cuestiono mientras se limpiaba una lágrima imaginaria del rabillo del ojo.—Nunca en mi vida hablé más en serio—manifestó Gil mientras colocaba sus codos sobre su rodillas para inclinar el cuerpo hacia adelante. La miro con firmeza y seriedad, lo que obligo a Ellie a dejar de reír.—No voy a casarme contigo—dijo Ellie finalmente, levantándose de su lugar, con la idea de terminar aquella absurda conversación que no los llevaría a ningún lado.—Te pagaré si con eso te convenzo—dijo Gil soltando su primera oferta. Ellie se detuvo en seco y medito la propuesta. Tenía su trabajo, pero después de ese accidente, no podía volver a bailar, al menos en un buen tiempo, estaba de manos atadas.—¿A qué te refieres con que me pagara
—De acuerdo—dijo Ellie levantándose de su sitio con la intención de volver y recostarse un poco más, aunque se sentía un poco mejor, el cuerpo seguía doliéndole, sobre todo la cintura, sentía punzadas sobre ambos costados, por lo que pensó que ya se había forzado mucho al tener esa extraña aunque interesante conversación con ese hombre llamado Gilbert Goldsmith.Quería averiguar un poco más de él, saber por qué diablos tenía un departamento tan lujoso en un edificio que no estaba precisamente en un barrio común de las calles de New York. Estaba segura de que de aproximarse un poco más a ese enorme ventanal por el que comenzaba a entrar la luz del sol, se podía ver Central Park y quizás aquel edificio en realidad estaba en la quinta avenida, la calle más famosa de New York, conocida por ser entre muchas cosas, por ser la calle de los millonarios. Toda empresa que se considerara importante, tenía un local ahí, pero en ese mismo momento no estaba dispuesta a averiguarlo, quizás una vez q
Era medio día cuando Ellie despertó víctima del hambre, aunque por supuesto, al abrir los ojos y encontrarse en un lugar que no era su pequeño departamento, la impacto un poco, había olvidado en donde se encontraba. Luego de recordar el cómo había terminado en ese lugar, se sentó sobre la orilla de la cama y miro su entorno con curiosidad, el lugar se veía más bonito de día y los muebles un poco más caros de lo que había visto antes, la alfombra era bastante gruesa, no era necesario ponerse pantuflas, de hecho pensó que esa misma alfombra debia ser más cómoda que su propia cama en la cual varias veces la había mandado al quiropráctico del barrio donde vivía y la pared al lado, le había ocasionado varios moretones por lo inquieta que solía estar al no estar acostumbrada a dormir en una cama individual y que esta estuviera tan pegada al muro. Definitivamente, esa habitación, era muy diferente de lo que estaba acostumbrada, por supuesto la decoración era sencilla, pues nadie había dormi
—Tengo hambre—se excuso mientras daba un primer bocado a un pedazo de pan integral que había encontrado en uno de los gabinetes, por supuesto, al probarlo, el sabor no le resultó muy agradable, no sabía a nada y la textura se sintió un poco áspera debido a los pequeños pedazos de trigo y avena que tenía sobre la cortesa como prueba de que si, era un pan vegano.—Deja eso nos vamos—le ordenó Gilbert aproximándose hacia ella, para quitarle el pan que no había entrado a su boca. Luego dejó las bolsas sobre la barra de la cocina y las empujó un poco hacia ella—vistete y arreglaste que no voy a estar paseando por todo New York diciendo que eres mi prometida si vas vestida de esa forma.—Aún no he aceptado el trato—se quejo Ellie colocando sus manos sobre su cintura, pero al ver el nombres que portaban las bolsas frente a ella, no pudo resistir la tentacion así que se asomo un poco, por supuesto, no bio nada debido al papel que protegía el producto de la vista de cualquier persona, asi que m
Por un breve instante sus rostros se encontraron a una corta distancia, Ellie pudo sentir por primera vez su respiración sobre su piel, por poco aquel inusual calor casi le eriza la piel, pero pudo controlarse, pero de lo que si pudo contenerse fue del calor que produjo su cuerpo ante tal proximidad, sus mejillas se habían enrojecido, pero no sólo porque Gil la había tomado entre sus brazos, sino por ponerse en vergüenza frente a él y aún peor, por haber sid salvada precisamente por ese hombre cuando en realidad, su sentido común le advertía que debía alejarse.Gil trago saliva y con ella un insulto, Ellie lo había golpeado justo en la pantorrilla, por supuesto, no dijo nada porque pensó que él le había causado mucho más dolor y molestia a Ellie que incluso sintió que aquel golpe lo tenía bien merecido.De pronto y como si ambos hubiesen recordado que, debían ser enemigos mortales por el hecho de haberse conocido en una circunstancia tan grave, se alejaron el uno del otro.—¿Acaso no s
Gil se le unió poco después mientras arreglaba su traje. Forzó una sonrisa, la cual le dirigió a Ellie con cariño fingido, ella por supuesto noto lo mucho que se estaba esforzando en hacer parecer que entre ambos se conocía desde hacía mucho tiempo atrás y que él sentía cierta ternura hacia ella.La joven vendedora se aproximó a la pareja que a plena vista se notaban hechos el uno para el otro, ambos eran atractivos a su manera, el hombre era bien parecido, fornido y elegante, mientras que la chica a su lado tenía cierto aire de sexi inocencia, era hermosa. Ellie había hecho un estupendo trabajo con el maquillaje, para que sus golpes se desvanecieran como magia y las cortadas y raspones parecieran más bien una pequeña mancha casi imperceptible o pasara como un barro que estaba empezando a desaparecer.—Buenas tardes, señor Goldsmith, es un placer conocerlo—dijo la vendedora extendiéndole la mano hacia Gil, quien había llamado su atención y no era para menos, a Gil solía pasarle eso mu