—¡Mierda!—susurro Ellie, moviendo las piernas con urgencia, en verdad tenía que ir al baño, pero no estando el tipo ahí. ¿Qué pensaría de ella?No teniendo otra opción, se acercó al jacuzzi, por suerte las burbujas que este emitía, eran lo suficientemente escandalosas para evitar que viera a través de el agua, por lo que una vez cerca le toco el brazo con la yema de su dedo, en un principio Gilbert no reacciono, por lo que lo intento de nuevo. Nada.Por un instante, se asustó pensando que algo malo le había ocurrido, pero su pecho se expandía y contraía como quien esta durmiendo, por lo que lo intento una vez más, solo que un poco más brusco. Lo tomo por el hombro e intento sacudirlo, por supuesto no con mucha fuerza, puesto que el tipo que se supone debia cuidar de ella, era mucho más alto y fornido, por lo que le era imposible hacer un poco más de esfuerzo.Gil abrió los ojos lentamente, estaba muy cansado, pero mientras su vista se aclaraba vio una sombra frente a él y por un momen
Apenada por lo sucedido, Ellie salió de aquel elegante baño que posiblemente era mucho más bonito que su departamento y claro más grande, pero debido al grosor de la puerta de la habitación de Gilbert, no escucho la conversación, que padre e hijo mantenían en la sala de estar, así que salió sin pensarlo dos veces al ver el dueño de aquel bonito lugar no estaba por los alrededores.Cuando abrió la puerta sin previo aviso, el señor Goldsmith se volvió hacia la puerta, de la habitación de su hijo, había aparecido una hermosa chica, quizás no como las que él acostumbraba tener a su lado, pero de igual forma era hermosa, sin embargo, la joven tenía aspecto de no haber tenido una agradable noche, su rostro estaba pálido y tenía algunos ligeros raspones sobre el rostro, además de una pequeña curación que evidenciaba que aquella chica había sufrido algún tipo de accidente.—Gil—pronuncio su padre preocupado, estaba acostumbrado a encontrarse con chicas semidesnudas, en su departamento y al me
El hombre miró a Ellie, esta vez con sorpresa y confusión, ciertamente ella no era el tipo de chica para su hijo, pero no porque pensara que era muy poca cosa para su hijo, sino todo lo contrario. Pensó que Ellie era más de lo que esperaba para su futura nuera, era linda, tanto de cara como de cuerpo, pequeña y hasta en cierto modo tierna.En su mente había imaginado que su hijo elegiría una chica diferente, algo más sensual y ostentoso, pero, en cambio, había elegido a alguien de apariencia común, incluso se atrevió a pensar que había inspirado a su hijo, puesto que las mujeres que su hijo solía frecuentar eran más del tipo independiente, de las que se preocupaban por sí mismas, por su diversión y placer y no es que eso fuera malo, sino que una buena esposa y una buena madre, según su pensamiento, son las mujeres que siempre dan y que incluso se llegan a olvidar de sí mismas por el bien de su familia.Anhelaba que la esposa de su hijo fuese de esa forma, pero no para que fuera una si
—Te enviaré la invitación—dijo su padre mostrando una blanca dentadura. Se dio media vuelta y se encaminó hasta la puerta, pero Gil no podía permitir que eso pasara, no con ella.—¡Espera!—le dijo levantando la mano, miro de reojo a Ellie quien había causado todo un desastre, luego acorto la distancia que los separaba y se aclaró la garganta—¿No crees que es demasiado pronto para una fiesta? Ellie, no debería esforzarse tanto, después de ser atropellada.—Ya que lo dices de ese modo—respondió su padre meditando la excusa de Gil—hablaré con Archer del asunto, si él lo cree indicado, no haré nada.—Pero... pero... es que no creo que sea necesario hablarle, después de todo, tiene muchos asuntos pendientes en el hospital. ¿Por qué molestarlo?Su padre finalmente se giró, sospechando que su hijo algo le ocultaba, por lo que lo tomo por los hombros como cuando era un niño y estaba ansioso o nervioso. Gil se puso tenso y respiro profundamente, para calmarse entendió que su padre había notado
—¿Y tú?—cuestiono Gil levantando la cabeza hacia donde Ellie se encontraba, ella estaba parada justo en un estante cerca del muro en donde Gil colocaba los premios que había ganado desde que había ingresado a trabajar a la compañía de su padre.No necesitaba recibir todos esos premios para saber que él era el mejor de la ciudad en cuanto a negocios, pero a veces, cuando se le bajaba el ánimo, esos objetos se lo recordaban.—¿Yo qué?—dijo Ellie volviendo la mirada hacia él.—Dijiste que eres estudiante de enfermería, pero tu ropa... ¿Estabas de fiesta?—supuso, pero a Ellie se le ruborizaron las mejillas, no es que estuviera orgullosa de decir que trabajaba como bailarina en un centro nocturno, pero de cualquier forma no creyó que fuese a ver a Gil en otra ocasión después de eso.—No—dijo riéndose, quizás para afrontar la vergüenza, agacho ligeramente la cabeza y camino hasta uno de los sofás para sentarse frente a él.—¿Prostituta?—cuestiono Gil, alzando la ceja, aunque su ropa era muy
Ellie soltó una carcajada y mientras reía, negó con la cabeza confirmando que aquel hombre estaba más que loco, quizás hasta le faltaba un tornillo, pero al levantar la mirada hacia él, descubrió que Gilbert, en realidad mantenía una expresión sombría.—¿Bromeas cierto?—cuestiono mientras se limpiaba una lágrima imaginaria del rabillo del ojo.—Nunca en mi vida hablé más en serio—manifestó Gil mientras colocaba sus codos sobre su rodillas para inclinar el cuerpo hacia adelante. La miro con firmeza y seriedad, lo que obligo a Ellie a dejar de reír.—No voy a casarme contigo—dijo Ellie finalmente, levantándose de su lugar, con la idea de terminar aquella absurda conversación que no los llevaría a ningún lado.—Te pagaré si con eso te convenzo—dijo Gil soltando su primera oferta. Ellie se detuvo en seco y medito la propuesta. Tenía su trabajo, pero después de ese accidente, no podía volver a bailar, al menos en un buen tiempo, estaba de manos atadas.—¿A qué te refieres con que me pagara
—De acuerdo—dijo Ellie levantándose de su sitio con la intención de volver y recostarse un poco más, aunque se sentía un poco mejor, el cuerpo seguía doliéndole, sobre todo la cintura, sentía punzadas sobre ambos costados, por lo que pensó que ya se había forzado mucho al tener esa extraña aunque interesante conversación con ese hombre llamado Gilbert Goldsmith.Quería averiguar un poco más de él, saber por qué diablos tenía un departamento tan lujoso en un edificio que no estaba precisamente en un barrio común de las calles de New York. Estaba segura de que de aproximarse un poco más a ese enorme ventanal por el que comenzaba a entrar la luz del sol, se podía ver Central Park y quizás aquel edificio en realidad estaba en la quinta avenida, la calle más famosa de New York, conocida por ser entre muchas cosas, por ser la calle de los millonarios. Toda empresa que se considerara importante, tenía un local ahí, pero en ese mismo momento no estaba dispuesta a averiguarlo, quizás una vez q
Era medio día cuando Ellie despertó víctima del hambre, aunque por supuesto, al abrir los ojos y encontrarse en un lugar que no era su pequeño departamento, la impacto un poco, había olvidado en donde se encontraba. Luego de recordar el cómo había terminado en ese lugar, se sentó sobre la orilla de la cama y miro su entorno con curiosidad, el lugar se veía más bonito de día y los muebles un poco más caros de lo que había visto antes, la alfombra era bastante gruesa, no era necesario ponerse pantuflas, de hecho pensó que esa misma alfombra debia ser más cómoda que su propia cama en la cual varias veces la había mandado al quiropráctico del barrio donde vivía y la pared al lado, le había ocasionado varios moretones por lo inquieta que solía estar al no estar acostumbrada a dormir en una cama individual y que esta estuviera tan pegada al muro. Definitivamente, esa habitación, era muy diferente de lo que estaba acostumbrada, por supuesto la decoración era sencilla, pues nadie había dormi