Parecerá una broma, pero ellos lo hicieron varias veces esa noche. Se detenían para comer, descansar o hablar, pero ambos saciaron su hambre durante toda la noche. Hubo tregua cuando Alessandra ya no pudo más y cayó dormida en el pecho de Dereck. Él no era un mal hombre, solo había sido engañado durante muchos años. Conoció a la mujer que un día amó, a los 16 años y un mes después de haberse conocido, se fueron a vivir juntos. Se casaron cuando cumplieron 21 y casi 20 años después, todo se fue al pique con el engaño de su mujer. Él ya se había curado de la infección que le dejó, pero la traición lo llevó a lo que era el día de hoy. Un hombre frío, que le huye a los sentimientos. Él tenía 36 años y no podía creer que había caído en la tentación de una italiana que estaba más rota que cualquier ser humano en el mundo. Acarició su mano al verla dormir tan tranquilamente. No parecía que ella hubiese sufrido tanto y mucho menos, que fuera alguien perteneciente a la mafia.—¿Cómo te saco
Alessandra y Dereck habían empezado una especie de relación, solo que decidieron no darle nombre. Para empezar, ella no encontraba la manera de poder decir —pareja—, porque sí, la última persona que estuvo con ella fue asesinada. No cometería el mismo error dos veces.Por otra parte, estaba Dereck. Él no debía mezclar el trabajo con placer y lamentablemente, ya había cruzado esa línea y conocía, perfectamente, el cuerpo de Alessandra. Al igual que varias de sus manías.Alessandra ya no lloraba tanto por las noches, los analgésicos hacían efecto y la culpa solo estaba por el día. Podía centrarse en trabajar y no tener que pensar en Thomas. Ninguno de los dos se arrepintió porque era lo que ellos querían en ese momento. Aún quieren estar juntos y sí, también lo hacen en secreto.—¿Estás bien? —le preguntó Dereck, entregándole un café helado, ellos, en las últimas semanas se habían ido conociendo mucho más. —El supermercado es algo muy arriesgado para seguirlo haciendo —le comentó, toma
A Dereck lo habían llevado a la mansión del Capo para ayudar a Fabrizio en lo que necesitaran. Miró a Cristal y a Aysel, que tampoco entendían la situación. Todos fueron llevados a la habitación de tortura y entendieron rápidamente lo que iba a suceder. Dereck ya manejaba suficiente información para destruir la organización de raíz y, aunque sería la primera reunión con sus superiores, no quería contar nada. Le daba asco la manera de actuar de la mafia, pero solo pensaba en que Alessandra se quedaría sola y simplemente, no podía.—Trajiste hasta las chicas que contrató Ale. Supongo que he hecho algo muy grave esta vez —miró a Fabrizio—. No sé qué le dije a mi hermana, pero creo que...—Ata sus manos, Collins —el guardaespaldas lo miró sin entender—. Es solo una lección, tranquilo.Sin comprender la situación, Dereck lo obedeció. Su rostro le dió risa a Alessandro porque sabía que no era su culpa. Colaboró, al ver que él no se doblegaría a nadie que no fuera el Capo. Si un día llegaba
Durante los minutos que duraron en llegar a la mansión De Santis, Alessandra no hizo más que suplicarle a su hermano que no acabara con la vida de Andrea. El pobre italiano estaba que reventaba de la ira por lo que había tenido que pasar su hermana en Alemania. Jamás imaginó que ella pudiera sufrir tanto y él, jugando y creyendo que solo era una malcriada que quería atención. A Dereck se le ordenó quedarse en la entrada de la mansión cuidando a las doctoras. No iba a permitir que alguien muriera si tenía información importante que darle al mafioso. Alessandro llegó a su casa disparándole a todos los guardaespaldas, ella veía a su hermano gritando y llamando a sus padres. Solo miró la masacre que estaba haciendo... La sangre no la vió, así que podía aguantar un poco más.—Hija, habla con tu hermano y dile que se detenga... —le suplicó su madre, cuando él la lanzó al suelo. —No tienes permitido hablar con ella, mamá —la miró con rabia.—¿Qué está sucediendo? Fabrizio estaba hablando c
La organización era una locura esa noche. Dereck estaba sorprendido con la rapidez que trabajan y acusaban a alguien. Nadie sabía qué había sucedido en la familia De Santis, pero el secuestro de Andrea y los golpes de Alessandro y Dereck, cayeron como anillo al dedo. Era un ataque hacia la mano derecha del Capo y por supuesto, iban a investigar.Nadie encontraría algo, pero una farsa debía mantenerse y ellos eran expertos en el tema.A Alessandra la iban a llevar al hospital, pero prefirieron alejarla de todo. Fabrizio sabía el daño que había sufrido mentalmente y la envió lejos de la mafia.Dereck sería el encargado de todo sobre Alessandra y le informaría al Capo cualquier novedad que apareciera. No podían salir del país por el momento, pero estarían al norte de Italia en silencio. Alessandra amaba Bolonia, solo que en su adolescencia pudo ir tres veces. La arquitectura y gastronomía la deslumbraba. Casi dos horas después, se encontraban en una casa de una planta y un jardín hermos
Tenían casi un mes viviendo al norte de Italia. Los cambios en Alessandra eran notorios y eso la hacía sentir relajada. Dejó de tomar las pastillas para dormir, sus pesadillas se detuvieron y sí, también aumentó de peso. Los vecinos eran personas jóvenes con hijos y eran muy amables con ellos. La mayoría creía que eran una pareja de recién casados y a ninguno le molestaba ese trato que le daban. Llevaban una vida normal y aburrida. Alessandra vagamente pensaba en su pasado, pero siempre le venía a la mente su bebé. Ella no había tenido noticias sobre la organización, su hermano o Andrea. En cambio, Dereck, no paraba de informar sobre ella a Fabrizio. Andrea no quería hablar, así que Alessandro estaba por asesinarlo. El mayor de los De Santis, había acabado con todas las personas que apoyaban a Andrea y cada día le llevaba una muestra a su padre, para que viera lo solo que estaba. Dereck estaba siendo presionado por sus jefes y ya no sabía que más hacer para posponer la reunión. El t
Volvieron a casa como si nada pasara, aunque a Dereck le pasaba de todo. Alessandra fue a tomar un baño caliente, ya que empezaba el clima frío y él, sacó su ordenador y revisó lo que había en el pendrive. Toda la información de Andrea De Santis se encontraba en ese pequeño objeto. Su jefe quería que se lo enviara a Fabrizio, a cambio de la cabeza de la persona que llevaba el supermercado.Así trabajaban ellos, un infiltrado conseguía información y se intercambiaban por cualquier cosa. Andrea tenía muchos delitos que la policía internacional quería y estaban negociando una cabeza por otra, al perder el rastro de Andrea.—¿Cómo se lo digo? —le envió la información a Fabrizio, como le fue ordenado y suspiró. Él había prometido encontrar a Thomas y eso hizo. Sabía en donde estaba el cuerpo del hombre que más había amado Alessandra y tenía miedo. No por él, realmente tenía miedo de saber la reacción de ella. Probablemente, Alessandra querría ir rápidamente por él y olvidar lo que ellos e
No había nada peor para ellos que el sentimiento que tenían en ese momento. Alessandra creía que tal vez, estando juntos una última vez, él se llevaría un recuerdo de lo que habían vivido. No podía decir libremente como se sentía, ella sentía terror de admitir algo fuera de sus límites. Recordaba a la perfección cada palabra de Dereck cuando hacía referencia a los sentimientos. Ella también había pasado demasiado y sí, ellos habían superado sus diferencias, pero al ver la actitud de su guardaespaldas, supo rápidamente que las cosas iban a cambiar.—Siento que esto no está bien, Alessandra —Dereck se detuvo y se sentó en la cama.—¿Acaso no me deseas? —se volvió a poner la camisa y se sentó en la cama también—. ¿No quieres estar conmigo?Ella sintió una punzada en el pecho al escucharlo decir su nombre completo. Una raya más para el dolor que estaba empezando a aflorar.—¿Cómo se te ocurre pensar esas cosas? —señaló el bulto que sobresalía en su pantalón de pijama—. No puedo hacerlo cu