Chris aprieta la hoja en su puño, arrugándola, haciéndola bolas, queriendo estar frente de él y matarlo. Reconoce que después de todo su madre tenía razón, dejarlo con vida era su mayor error, una vez más el peligro los acecha, pero principalmente a su hija.
«Debo hacer algo, no puedo permitir que Aimara caiga en su red, nunca me lo perdonaría»
Está tan sumergido en sus pensamientos que no escucha cuando Greta, su secretaria, entra a la oficina.
—Buenos días, señor, ya todo está dispuesto para que se encuentre en el restaurante con el cliente, está hecha la reservación y su chofer lo espera abajo —le informa.
—Gracias, Greta.
Agarra sus cosas y sale de su oficina para encontrarse con el cliente, aunque en ese momento lo único que quisiera hacer es correr hacia dónde está su hija y encerrarla en algún sitio donde Robert nunca pueda llegar a ella, pero sabe que eso es imposible, por lo que tendrá que buscar otra estrategia.
Luego de dos horas de intentar negociar con su cliente para que acepte su propuesta, tiene un nuevo contrato firmado, lo guarda en su maletín viendo la hora, su hija debe estar por llegar, han quedado en almorzar juntos.
—Vaya, vaya, pero miren a quién tenemos aquí, el hombre cuya empresa ha quedado en segundo lugar nuevamente —George se acerca a él con una gran sonrisa en sus labios.
—Puedo comprender que te sientas orgulloso de eso, un hombre que nunca había ocupado ese lugar y que esta vez lo haya conseguido por segunda vez. Disfrútalo, porque te aseguro que te durará poco.
—Según las estadísticas, no es lo que parece que va a ocurrir, pero no te seguiré echando a perder el día.
Aimara entra al restaurante y a lo lejos ve a su padre conversando con su rival, quedando sorprendida, pero a medida que se acercan y ve que la conversación no es nada agradable, decide hacer de las suyas, hacerle sentir a su padre el momento por el que ella paso.
—Buenas tardes caballeros —sonríe coqueta hacia el rival, ofreciendo su mano el cual él recibe— es un gusto poder conocerte finalmente, nunca había tenido la oportunidad.
—El placer es todo mío —le sorprende un poco que la hija de su rival lo trate de esa forma, aunque la mirada de reojo que eventualmente le da su padre, le da una ligera idea del por qué lo hace, así que le sigue el juego—, espero que en otra oportunidad podamos encontrarnos y tomarnos un café, apuesto que tendríamos conversaciones interesantes.
—Me encantaría —saca una tarjeta de contacto y se la entrega—, llámame y podremos disponer de un día para ese café.
Chris los ve interactuar con molestia, pero sabe cuál es el objetivo de ella, por lo que se traga sus palabras esperando a que su hija deje de comportarse de forma infantil.
—Ahora me despido, que tenga un buen día señorita.
Aimara lo ve partir con una sonrisa de oreja a oreja, hasta deja escapar un suspiro mientras se sienta frente a su padre.
—Un hombre guapo, bien hecho, uno así me gustaría tener.
—Si sigues por ese rumbo, terminarás en un convento —La amenaza molesto.
Aimara suelta la carcajada al ver que ha logrado su objetivo, lo ha molestado, ahora no es solo ella la que tiene que tragar grueso y seguir riendo.
Al llegar a casa del trabajo, Chris sigue pensando en aquella carta y lo sucedido luego con su hija y, es entonces, cuando una idea cruza por su mente, aunque le resulta que es una total y completa locura.
Al poner en una balanza los pros y los contras, prefiere verla casada con su rival antes que en las manos de Robert haciéndole daño.
Le escribe a su asistente pidiéndole que concrete una cita con George Damon, además de pedirle que eso se mantenga en secreto, solo lo van a saber ellos tres.
A la mañana siguiente, en hora de la tarde, su secretaria le informa que el señor Damon tiene disponible para verse con él dentro de una hora y le pasa a su jefe el número de teléfono de George.
—Damon, tenemos que hablar —es lo primero que dice apenas le contesta la llamada.
—Después de la conversación que tuve con tu hija, no esperaba recibir ninguna otra sorpresa, pero este interés que tienes por conversar conmigo en privado, se lleva el premio.
—Te enviaré la dirección de un pequeño restaurante a las afueras de la ciudad. Se cauteloso en salir. Allá te lo explicaré todo.
—Solo espero que no estés planificando matarme, después de todo, soy tu mayor rival.
—Nunca me mancharía mis manos con tu sangre, de querer derrotarte, preferiría hacerlo en el ámbito profesional.
—Bien, nos vemos allá.
Una hora después, se encuentra en aquel restaurante, Chris es el primero en llegar y pocos minutos después George, sus escoltas personales se quedan a una distancia prudencial, dándole el espacio que requieren sus jefes para que haya conversación.
—La situación es esta, en mi familia hay un viejo enemigo que resulta que es el tío de mi madre y, esta vez, ha aparecido para amenazar a mi hija, por lo que necesito de tu ayuda para ocultarla.
—¿Qué ganaría yo con esto? —no le importa lo que pueda pasarle a su familia, solo lo que ganara con ello.
—10% en las acciones de mi empresa —le propone, sintiendo el sudor helado correr por la espalda.
—Es muy poco a cambio de resguardar la vida de tu hija —se aprovecha, con una leve sonrisa en los labios.
—15% —suelta un poco el nudo de la corbata.
—¿Vale tan poco la vida de tu hija? —le da un trago a su café, tirando un poco más.
—¿Cuánto esperas obtener? —le pregunta molesto, sabiendo que solo se aprovecha de la situación.
—40% es lo justo, mantener a tu hija con vida en una situación como ésta, no será nada fácil, tú qué llevas años de casado debes de saberlo mejor que yo.
Chris se molesta al escuchar su cifra y lo que insinúa, pero se pone a pensar si tiene alguna otra alternativa y no es así, por lo que no le queda de otra que sacrificar semejantes suma de dinero a cambio de la vida de su hija.
—Bien, acepto. Más te vale que sepas cuidarla, no la enamores y mucho menos la embaraces.
Lo señala esperando que cumpla con su palabra.
Se quedan un rato más en el lugar poniendo por escrito ciertos acuerdos, cláusulas y demás. Ambos se quedan con una copia y se lo envían al abogado para que lo redacte para mañana mismo, ya que luego de firmarlo harán la pequeña ceremonia donde esperan, solo estar los implicados Laura y Cris y nadie más.
En cuanto Chris llega a casa, ve a su esposa e hija sentadas en la sala conversando pasando un buen momento y es consciente que está a punto de arruinarlo, es el momento de contarle lo que está sucediendo o al menos en parte.
—Hola, amor, ¿cómo te fue hoy en el trabajo? —Laura se pone en pie y le da un beso.
—¿Te pasa algo papá? estás algo pálido —le pregunta preocupada.
—Está pasando algo serio, lo cual me ha llevado a tomar una decisión drástica, solo espero que ustedes puedan entender y me apoyen sobre todo tu Aimara.
Baja la mirada, sin poder ver a su hija a la cara.
—¿Qué es lo que sucede ahora papá? —lo ve asustada.
—Tu vida está siendo amenazada en este momento, no puedo dar detalles de ello por la seguridad de ambas, por lo que he tomado la decisión de que mañana se va a firmar un acuerdo prematrimonial e inmediatamente después… te vas a casar.
Le cuenta finalmente escuchando las infinidades de preguntas por parte de ambas. Espera que se calmen un poco.
—¿Te has vuelto loco papá? ¿Cómo es que me voy a casar? ¿Con quién? —vuelve a preguntarle colocándose frente a él, asegurándose que la escuche.
—Te vas a casar con George Damon.
—¿Con George? ¿Tu rival empresarial? ¿Acaso esto lo estás haciendo por lo que hice ayer en el almuerzo? Después dices que la inmadura soy yo, no estoy dispuesta a casarme con ese hombre, ya me quitaste lo que más amo, no voy a permitir que también me quites mi libertad.
—No tienes libertad en este momento, te casas con él o muy probablemente termines…
Chris no le es posible terminar la frase, la sola idea de que su hija termine muerta, hace que le robe el aliento, tiene que impedirlo a toda costa así la tenga que obligar.
—Esto solo es una treta más, has acabado con mi vida, al parecer es tu misión.
Aimara corre escalera arriba encerrándose en su habitación, mientras que Chris se sienta en el mueble apoyando su cabeza de sus manos, sintiéndose cansado, angustiado, tan solo espera estar tomando la mejor decisión.
—Ahora que estamos solos, ¿podrías explicarme qué te ha llevado a tomar esa decisión tan precipitada? —se sienta junto a él esperando a que responda su pregunta.
—Robert, él está en medio de todo esto, este acuerdo solo será por un año, mientras que resuelvo este problema. Lo siento si las defraudé, pero pienso que es la mejor alternativa para tener a nuestra hija a salvo.
Capítulo 2Temprano por la mañana comienza la pesadilla de Aimara.Su padre la ha hecho levantar temprano para pasar por una tienda y compre su vestido de novia, inmediatamente después de firmar el acuerdo, se realizará las pequeñas ceremonias y comenzar una vida nueva al lado de George.Laura busca el modo de ser la intermediaria entre ambos, pidiéndole a su hija que colabore y animándola, recordándole que solo será por un tiempo.—Aimara, escoge un vestido ya, se está haciendo la hora y no podemos llegar tarde —le muestra dos vestido, esperando que se decida.—No sé para qué tanto escoger si va a ser algo por contrato, no va a ser un matrimonio real —agarra un vestido cualquiera.—Esta decisión no fue para nada fácil para tu padre, deberías de saberlo muy bien, lo hace por tu bien.—Sí, claro —rueda los ojos entrando al probador.Le gusta cómo le queda, por lo que sale del probador con el vestido puesto.—Vamos a pagar, me lo llevo puesto.Su madre cancela y se van a donde ya se enc
Capítulo 3George, aunque se mantiene distante, puede ver a la familia sin problema, notando que a medida que avanza la conversación, empiezan a comportarse de forma más familiar, por lo que se va hasta ellos para interrumpir la conversación, hay demasiadas personas en el lugar y no es prudente.—Buenas noches, espero que estén pasando una velada agradable, ahora sí me disculpan, me llevo a mi esposa.Chris se siente tentado a decirle unas cuantas cosas, pero recuerda el porqué de todo esto y se controla.—Hacía tiempo que no te veía controlar tus emociones como lo has hecho en este momento —Laura se aprovecha y se burla de él, para luego dirigir la mirada nuevamente a dónde está su hija en el centro de la pista bailando con su esposo.—¿Les gustó tu nuevo cambio de look? —le pregunta pegándola más a su cuerpo.—Quedaron bastante sorprendidos, además de que a la primera no me reconocieron, es que ni yo misma me reconozco al verme en el espejo.—Si me permites decirlo, te ves más hermo
Capítulo 4Aimara traga grueso sintiendo que todos sus sentidos se han nublado, hasta que siente los labios de él rozando su cuello llevándola al límite, a uno que jamás pensó que existiría.Lo empuja temiendo de su propia reacción, nunca un hombre la había logrado descontrolar de aquella manera. Aunque no ha estado con muchos. Ni Miguel, que fue el hombre que amo con todo su corazón, la hizo sentir así.—Por supuesto que no, entre tú y yo nunca habrá algo más que ese contrato, jamás me tendrás en tu cama.Niega repetidamente sintiendo que necesita con urgencia poner distancia entre los dos.George puede notar sus pensamientos contradictorios, puede ver cómo su cuerpo reacciona a su tacto, a su voz.—Amo los retos. Me considero un hombre con instintos depredador y siempre consigo obtener mi presa, pero ¿sabes algo? te voy a respetar, no voy a incitarte nuevamente a que seas mi mujer, hasta que tú me lo pidas.Camina a su alrededor, muy cerca de ella, lo suficiente para que perciba su
Capítulo 5 Después de la noche que estuvieron George y Aimara, cada uno continuó con sus planes al día siguiente, aunque a ella le costó un poco más levantarse, pero el recordar la promesa que él le hizo el día anterior, la lleno de ánimos para salir de la habitación. —Buenos días señora, su desayuno está servido. Le indica una de las chicas del servicio. —Buenos días, gracias. Aimara se dirige al comedor a desayunar y mientras lo hace, revisa las noticias del día para buscar algo en que entretenerse mientras le consiguen lo que necesita para comenzar su día como debe. Todo marchaba bien hasta que una noticia en particular la deja fuera de sí, lee completa la nota de la prensa y enseguida llama a su padre para confirmar que no sea verdad. Su padre no le responde pese a su insistencia, por lo que llama a Greta esperando que conteste. —Greta, al fin, dime ¿es verdad lo que se dice en las noticias? ¿Qué está pasando ahora en la empresa? No puede evitar sentirse angustiada, se sup
Capítulo 6 George estaciona frente a la casa de los Walker, que es donde se encuentra en este momento toda la familia reunida. —Cada vez que pasa algo importante, todos vienen a casa de los abuelos —ve los carros estacionados de la familia, solo faltan Leticia y Jann. —¿Acaso eso es malo? —le pregunta un poco sorprendido. —Es solo que mis abuelos están algo mayores para este tipo de situaciones, en lugar de eso, deberían permitir que nosotras nos involucremos, se sorprenderán de lo que podemos hacer. —Estoy de acuerdo contigo —le es imposible no sonreír por sus palabras, ver una chica fuerte detrás de esa fachada de princesa. —¿Acaso dije algo gracioso? —Frunce el ceño— ¿te burlas de mí? Porque aunque no lo creas, nosotras también podemos enfrentar situaciones difíciles. Se sorprenderían de lo lejos que podríamos llegar si nos sacaran de la bola de cristal —Es solo que, cada día hay algo nuevo que me sorprende de ti, no creía que serias una chica dispuesta a ensuciar sus manos y
Capítulo 7 George se levanta temprano y se mete a la ducha. Tiene mucho que hacer y poco tiempo para dejar todo listo antes de que la información llegue a ido de sus padres. Tiene los ojos cerrados disfrutando de la sensación del agua correr por su cuerpo, cuando siente que la puerta del baño es abierta abruptamente y sin tiempo a nada, la ve allí, parada del otro lado de la ducha con su cara de asombro. Recorre su cuerpo con la mirada, viendo perfectamente los moretones después de aquella noche intensa que ambos vivieron. —¿Qué sucede que no podías esperar a que yo me terminara de duchar? —se gira escondiendo su espalda de ella. —¿Qué significa ese halcón que tienes tatuado en tu espalda? —le pregunta metiéndose en la ducha para detallarlo, pero se lo impide. George resopla molesto, por lo que ignora su pregunta aclarándose la piel para ya salir. Aimara no pierde detalle, desde la forma en que reacciona al preguntarle por el tatuaje hasta la manera de comportarse para que ella
Capítulo 8 George está llegando a casa cuando recibe el mensaje de su suegro, haciendo que sus ánimos caigan en un estado poco agradable. Antes de entrar a casa, se pone en contacto con uno de sus hombres para que investigue. Al salir del carro, ve alguien a lo lejos, por lo que se dirige allí sin esperar a que uno de sus hombres le indique, confiando en que no permitirían que lo ataquen dentro de su territorio. —Es un poco tarde para las visitas, en este momento lo que más deseo es estar con mi esposa en lugar de estar aquí con un desconocido —mete sus manos en los bolsillos como señal a sus hombres que empiezan a llegar. —Es precisamente por ella que estoy aquí, tengo unos meses siendo su protector, básicamente para eso fui entrenado —le explica, dejando entrever quien es—. Ya él lo sabe todo, solo me gustaría saber qué vas a hacer al respecto. —Me importa muy poco que seas el protector o no de ella, es mi esposa y si está en peligro, seré yo quien se encargue de su protección
Capítulo 9 —Supongo que eres la causante de todo esto —se acerca Griselle, la madre de George, molesta. Aimara, al ver sus ojos convertirse en dos pozos negros y tenebrosos, retrocede dando un paso atrás tragando grueso. —Madre, por favor —se interpone en su camino al ver la reacción de Aimara. —Al menos ten la decencia de presentarla —exige Deivis, su padre. George se acerca a Aimara tomándola de la mano para llevarla al frente de sus padres. —Roxana Damon, mi esposa. Aimara se sorprende de que la presente con su nombre falso, al ser sus padres, lo más lógico es que les cuente la verdad. «¿Será que no son de fiar?» se pregunta metiéndose en su papel. —Ellos son mis padres, Griselle y Deivis Damon —Es un placer para mí al fin conocerlos —responde amable, pese a que sus suegros solo quieren desaparecerla o al menos, esa es la impresión que le da. —Nosotros no podemos decir lo mismo, toda la información que nos han dado sobre ti, no es nada buena —escupe, arrepintiéndose de no