Capítulo 4
Aimara traga grueso sintiendo que todos sus sentidos se han nublado, hasta que siente los labios de él rozando su cuello llevándola al límite, a uno que jamás pensó que existiría.
Lo empuja temiendo de su propia reacción, nunca un hombre la había logrado descontrolar de aquella manera. Aunque no ha estado con muchos. Ni Miguel, que fue el hombre que amo con todo su corazón, la hizo sentir así.
—Por supuesto que no, entre tú y yo nunca habrá algo más que ese contrato, jamás me tendrás en tu cama.
Niega repetidamente sintiendo que necesita con urgencia poner distancia entre los dos.
George puede notar sus pensamientos contradictorios, puede ver cómo su cuerpo reacciona a su tacto, a su voz.
—Amo los retos. Me considero un hombre con instintos depredador y siempre consigo obtener mi presa, pero ¿sabes algo? te voy a respetar, no voy a incitarte nuevamente a que seas mi mujer, hasta que tú me lo pidas.
Camina a su alrededor, muy cerca de ella, lo suficiente para que perciba su presencia
—Jamás te lo pediré, así que ni te molestes en esperarlo.
Niega molesta de su juego.
—Claro que lo harás y más de una vez, te sentirás frustrada, deseosa de que comparta la cama contigo y solo entonces, te complaceré, te llevaré a conocer cada uno de tus límites hasta que no puedas reconocerte.
Subo sale ronca con tan solo imaginar lo que será de ambos aquella primera vez.
—Síguelo diciendo hasta que te convenzas de ello, ya veremos quién termina teniendo la razón.
George la ve subir las escaleras, sabe que la tiene donde la quiere, tan solo es cuestión de tiempo para hacer que ceda y entonces allí jugará su mejor carta.
Los días siguientes George manda que le lleven flores, chocolates e incluso le pide a la encargada de la cocina que prepare una cena romántica en el jardín, en donde ella suele pasar últimamente las tardes, por lo que sin que Aimara se dé cuenta, poco a poco va agarrando terreno en su corazón.
Aimara se regaña diciéndose a sí misma que debe controlarse, debe ser fuerte, no puede dejarse seducir por él.
—¿Qué tal ha estado tu día? —le pregunté mientras espera a que le sirvan la cena.
—¿Realmente es necesario que aprenda a hablar ruso? siento que ese idioma va a acabar con mi poca cordura.
Se queja frustrada porque no logra pronunciar ni en el idioma.
—Hace mucho que tu cordura te abandonó y eso es lo que más atrae de tu personalidad.
Desvía su pregunta a otro rumbo haciéndola enojar y es que verla de esa manera le resulta excitante.
—No te rindes fácilmente ¿cierto? —achina los ojos hacia él negando lentamente, cada vez que tiene oportunidad saca el tema.
—Por algo soy muy bueno en los negocios, rendirse no está en mi vocabulario, siempre luchó hasta conseguir lo que quiero.
—¿Que es lo que realmente quieres? —le pregunta esperando que no vuelva a utilizarlo para dirigirse al plano sexual.
—A ti en mi cama, demostrándote lo que un verdadero hombre es capaz de hacer.
La mirada de George se torna oscura llena de deseo haciendo que esa simple mirada desestabilice a Aimara.
—Eres demasiado transparente y con mujeres como yo, te va a costar llegar a tu objetivo.
—¿Sabes lo que hace un depredador cuando tiene hambre?
—No, ¿qué hace?
—Estudia su presa, se acerca con sigilo confundiéndola, acorralándola, tan solo esperando la oportunidad perfecta para atacar sin que esta logre escapar.
Aimara se le queda viendo sin saber si debe temer por su vida o si tan solo es un chiste de mal gusto.
Aimara mantiene la boca cerrada al sentir a las chicas del servicio salir al jardín para servir la comida George aprovecha la oportunidad para servir un poco de licor esperando que el alcohol ayude un poco a que ella se relaje.
—Cuéntame un poco de ti, sé que tus padres son Rusos, pero ¿por qué ellos están allá y tú aquí?
Josh contesta cada una de sus preguntas mientras comen estando atento de llenar su copa cada vez que la deja vacía mientras que él aún sigue con la primera.
Después de acabar con la cena llega el postre una rica torta de chocolate que le canta a ella. Entonces se prepara para retomar aquella conversación.
—Ambos sabemos que no vamos a durar todo un año sin saciar nuestros deseos, no entiendo porque te cohibes.
—Además del placer, ¿qué ganaría yo con esto? —decide poner las cartas sobre la mesa ya que no pretende suplicarle ni mostrarse desesperada para estar con él.
—Diversión, aventura, adrenalina, además de mucha experiencia, créeme que en medio de lo que estás viviendo, esto sería tu momento de escape.
—No lo sé, eso me haría sentir como si fuera tu zorra personal —se muestra dudosa pero tan solo es una treta para sacarle más así como ella supone que hizo con su padre para que le diera el 40% de las acciones.
—Imagínate si tu padre se entera, eso lo enloquecería.
Aquella vez que nos vimos en el restaurante, pude notar que la relación entre ustedes no estaba del todo bien —le recuerda hace varias semanas atrás.
—Para mi desgracia, soy su única hija, por lo que es natural que él espere que yo sea su sucesora en la empresa, pero estar en una oficina no es lo mío.
—Es el arte de pintar, estár rodeada de obras en un museo —continúa por ella, ha logrado descubrir unas cuantas cosas sobre sus pasatiempos y en qué ha estado aprovechando su tiempo.
—¿Cómo lo sabes?
Se queda sorprendida ya que su padre se ha encargado de que esa información no llegue a ser de dominio público, por lo que solo su familia estaba enterada a que iba cuando viajaba a Francia o París.
—Cuando alguien me interesa la investigo, para hacer un buen depredador hay que conocer a la presa.
Vuelve a hacer esa comparación que Aimara le resulta un tanto desagradable, él lo nota y lo disfruta.
—Lo cierto, es que mi sueño es tener mi propio taller de arte, poder apoyar en el museo de Francia cada vez que se necesite restaurar alguna obra, hacer del Arte, mi vida.
Le explica sin poder ocultar la pasión que siente por ello.
—Puedo ayudarte con eso y mucho más, tan solo si aceptas mi propuesta, un intercambio de intereses ¿es lo justo no?
Aimara se lo piensa, sabe que costear todos esos gastos no se le será nada fácil y quién sabe qué medidas tomará su padre después que todo esta locura pase.
Ya se encuentra hasta el cuello debido a un contrato que no busco ni planificó, qué más da si hace un trato de este tipo, ¿qué sería lo peor que pudiera pasar?
—No seré tu esclava, quiero que se dé de forma natural —es su condición.
—Para ello tendríamos que compartir cuarto, camas, para hacer que las cosas se den —le explica sin poder editar esa sonrisa de satisfacción de lograr su objetivo aunque realmente quería verla suplicar.
—Trato hecho.
—Después de todo, no es tan difícil hacer un trato contigo.
—Quiero que primero seas tú el que cumpla su parte del trato, mientras tanto, le pediré a la ama de llave que pases tus cosas a mi habitación.
Le pide desconfiando un poco de él, un hombre no suele aceptar así de fácil las condiciones de una mujer, por lo general suele protestar para ser el único beneficiado.
—Dale al jefe de seguridad una lista detallada de lo que necesitas para empezar y yo me encargaré del resto.
—Recuerda, no se vale enamorarse y mucho menos embarazarme, no sé qué tan enérgico seas, pero para mayor seguridad es mejor usar doble protección.
Ese detalle le preocupa mucho no está listo para ser madre y mucho menos que un hombre del que después de un año no volverá a ver nunca más.
—Descuida, aunque quiera, no podré embarazarte. Un accidente de niño me dejó estéril, pero por suerte mi compañero hace un excelente trabajo.
Le aclara al ver su cara confundida y luego sonríe al verla aliviada al saber que eso no le va a impedir disfrutar de una buena noche.
Capítulo 5 Después de la noche que estuvieron George y Aimara, cada uno continuó con sus planes al día siguiente, aunque a ella le costó un poco más levantarse, pero el recordar la promesa que él le hizo el día anterior, la lleno de ánimos para salir de la habitación. —Buenos días señora, su desayuno está servido. Le indica una de las chicas del servicio. —Buenos días, gracias. Aimara se dirige al comedor a desayunar y mientras lo hace, revisa las noticias del día para buscar algo en que entretenerse mientras le consiguen lo que necesita para comenzar su día como debe. Todo marchaba bien hasta que una noticia en particular la deja fuera de sí, lee completa la nota de la prensa y enseguida llama a su padre para confirmar que no sea verdad. Su padre no le responde pese a su insistencia, por lo que llama a Greta esperando que conteste. —Greta, al fin, dime ¿es verdad lo que se dice en las noticias? ¿Qué está pasando ahora en la empresa? No puede evitar sentirse angustiada, se sup
Capítulo 6 George estaciona frente a la casa de los Walker, que es donde se encuentra en este momento toda la familia reunida. —Cada vez que pasa algo importante, todos vienen a casa de los abuelos —ve los carros estacionados de la familia, solo faltan Leticia y Jann. —¿Acaso eso es malo? —le pregunta un poco sorprendido. —Es solo que mis abuelos están algo mayores para este tipo de situaciones, en lugar de eso, deberían permitir que nosotras nos involucremos, se sorprenderán de lo que podemos hacer. —Estoy de acuerdo contigo —le es imposible no sonreír por sus palabras, ver una chica fuerte detrás de esa fachada de princesa. —¿Acaso dije algo gracioso? —Frunce el ceño— ¿te burlas de mí? Porque aunque no lo creas, nosotras también podemos enfrentar situaciones difíciles. Se sorprenderían de lo lejos que podríamos llegar si nos sacaran de la bola de cristal —Es solo que, cada día hay algo nuevo que me sorprende de ti, no creía que serias una chica dispuesta a ensuciar sus manos y
Capítulo 7 George se levanta temprano y se mete a la ducha. Tiene mucho que hacer y poco tiempo para dejar todo listo antes de que la información llegue a ido de sus padres. Tiene los ojos cerrados disfrutando de la sensación del agua correr por su cuerpo, cuando siente que la puerta del baño es abierta abruptamente y sin tiempo a nada, la ve allí, parada del otro lado de la ducha con su cara de asombro. Recorre su cuerpo con la mirada, viendo perfectamente los moretones después de aquella noche intensa que ambos vivieron. —¿Qué sucede que no podías esperar a que yo me terminara de duchar? —se gira escondiendo su espalda de ella. —¿Qué significa ese halcón que tienes tatuado en tu espalda? —le pregunta metiéndose en la ducha para detallarlo, pero se lo impide. George resopla molesto, por lo que ignora su pregunta aclarándose la piel para ya salir. Aimara no pierde detalle, desde la forma en que reacciona al preguntarle por el tatuaje hasta la manera de comportarse para que ella
Capítulo 8 George está llegando a casa cuando recibe el mensaje de su suegro, haciendo que sus ánimos caigan en un estado poco agradable. Antes de entrar a casa, se pone en contacto con uno de sus hombres para que investigue. Al salir del carro, ve alguien a lo lejos, por lo que se dirige allí sin esperar a que uno de sus hombres le indique, confiando en que no permitirían que lo ataquen dentro de su territorio. —Es un poco tarde para las visitas, en este momento lo que más deseo es estar con mi esposa en lugar de estar aquí con un desconocido —mete sus manos en los bolsillos como señal a sus hombres que empiezan a llegar. —Es precisamente por ella que estoy aquí, tengo unos meses siendo su protector, básicamente para eso fui entrenado —le explica, dejando entrever quien es—. Ya él lo sabe todo, solo me gustaría saber qué vas a hacer al respecto. —Me importa muy poco que seas el protector o no de ella, es mi esposa y si está en peligro, seré yo quien se encargue de su protección
Capítulo 9 —Supongo que eres la causante de todo esto —se acerca Griselle, la madre de George, molesta. Aimara, al ver sus ojos convertirse en dos pozos negros y tenebrosos, retrocede dando un paso atrás tragando grueso. —Madre, por favor —se interpone en su camino al ver la reacción de Aimara. —Al menos ten la decencia de presentarla —exige Deivis, su padre. George se acerca a Aimara tomándola de la mano para llevarla al frente de sus padres. —Roxana Damon, mi esposa. Aimara se sorprende de que la presente con su nombre falso, al ser sus padres, lo más lógico es que les cuente la verdad. «¿Será que no son de fiar?» se pregunta metiéndose en su papel. —Ellos son mis padres, Griselle y Deivis Damon —Es un placer para mí al fin conocerlos —responde amable, pese a que sus suegros solo quieren desaparecerla o al menos, esa es la impresión que le da. —Nosotros no podemos decir lo mismo, toda la información que nos han dado sobre ti, no es nada buena —escupe, arrepintiéndose de no
Capítulo 10 Aimara baja las escaleras y le pide a su chofer que la lleve por las cosas de la lista para su taller. Griselle la escucha, por lo que interviene, aprovechando la ocasión para hacer de las suyas. —Te acompaño, la verdad que pasar todo el día aquí sin hacer nada no es mi estilo y una vez que termines con tus cosas puedo presentarte a unas amigas. Aimara abre mucho la boca asombrada por su atrevimiento, ve a su chofer y guardaespaldas que está igual de sorprendido que ella, pero cómo ha sido suficiente de batalla el día de hoy, decide hacer las paces, pensando que el tener un tiempo con ella las ayudará a llevarse mejor. Llegan a la tienda, por lo que escoge un caballete, lienzos, pinturas y todo lo que ve que le podrá ser útil para trabajar. Por otro lado Giselle, solo ve la cuenta, precios y todo lo que poco a poco va sumando. —¿Realmente sabes utilizar estas cosas o simplemente estás malgastando el dinero de mi hijo? —frunce el ceño no muy convencida de que ella ten
Capítulo 11 Aymara junto a su suegra, llegan a un restaurante. Puede ver la mesa a dónde se dirige su suegra, hay dos mujeres de la edad de la señora Griselle. —Hace mucho que no sabíamos de ti, que gusto verte de nuevo —la abraza la pelinegra. —Nos enteramos que tú hijo se casó, quedamos decepcionadas al no recibir invitación de su parte —le reprocha la castaña dándole un abrazo. —Lamento informarles que ustedes no fueron las únicas a las que no invitaron ni siquiera nosotros, que somos sus padres, asistimos a la boda. Griselle ve de soslayo a Aimara, reprochandole una vez más que los hayan dejado a un lado. —¿Ella es? —pregunta la pelinegra viéndola de arriba abajo sin disimulo. —Minerva, Natalia les presento a mi Nuera, Roxana Damon. Minerva, la pelinegra, y Natalia, la castaña, se ven entre ellas y luego a Aimara. —Cuéntanos de ti, ¿De qué familia vienes? —le pregunta Minerva sin perder detalles de la chica. —Tienen mucho tiempo que no se ven, ¿de verdad les interesa sabe
Capítulo 12 Chris sale del despacho de su padre y se encuentra a su hermana en la sala. Por la forma en que lo mira, puede deducir que lo estaba esperando, por lo que aún no se ha acabado los interrogatorios familiares, solo falta que Marcus también intervenga —He estado llamándote todos estos días y nada que me respondes, cosas han estado pasando que han preocupado mucho a mamá y pareciera que a ti te vale poco nuestra opinión. Así que, ¿podrás al fin explicar qué sucede? Maite se cruza de brazos esperando que su hermano hable, esta vez, no dejara que escape fácilmente. Solo espera que Marcus no llegue y lo arruine. —No pensé necesario explicarlo, ya es de conocimientos familiar que estamos siendo severamente atacados y, no por cualquier persona, Robert sabe lo que hace y ha sabido jugársela. Me he esforzado durante todos estos días en acabar con el problema de raíz, pero como ya debes de saber, sacar a Robert de todo esto no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, ll