El beso se prolongó por espacio de unos largos y deliciosos minutos durante los cuales Waylon debió hacer uso de todo su autocontrol para no sobrepasar los límites. No quería que fuera así, la chica se merecía más que solo un revolcón calenturiento y sobre todo tomando en cuenta que era su primera vez.

Inspiró profundo con los labios todavía sobre la delicada y blanca piel de Lara y rozó delicadamente su mentó con la punta de la nariz en un gesto tierno que ella no se esperaba.

— Waylon… — apenas susurró su nombre que a él le supo a poesía con sabor a miel en los labios de la chica.

— Regresé porque tengo algo que decirte… — Él dijo por lo bajo junto a su oído.

— ¿Y no podías decírmelo por teléfono?

— No. Quería hacerlo personalmente — Lara pudo descubrir un brillo especial en sus hermosos ojos.

— ¿Y eso tiene algo que ver con lo que está sucediendo ahora? — Tanteó con cuidado el terreno que estaba pisando.

Waylon se mordió el labio inferior y clavó su mirada gris sobre sus ojos clar