Lucas Sabía que lo que le estaba pidiendo no era fácil e inclusive parecía contradictorio a lo que yo siempre había clamado: que tenía que protegerla y cuidarla. Y ahora la colocaba al frente, en la primera fila, contra nuestros enemigos. Le había pedido que se probara ante mí, lo que había dicho era cierto, honestamente no tenía idea y parte de mí esperaba que realmente ella estuviera de mi lado. Pero ya me había cansado de las traiciones y necesitaba al menos una prueba de lo que ella decía era verdad. Estaba seguro, eso sí, de que Ernest tenía un plan terrible del que ella siempre había formado parte, sea consciente o no. Quería aprovecharse de las Ferrero, y cada vez estaba convencido de que venía desde hace años. Dalila no parecía tan convencida de esto, aun cuando había aceptado demostrar que no me había traicionado, de que no era la persona que yo creí, que aunque hubiese encontrado esas pruebas en el teléfono... ella realmente no había formado parte de esto. Luchaba po
DalilaHoy me había sentido como un simple juguete. Había actuado como una mujer que tiene el esposo perfecto, que por supuesto no era tal cosa... y luego me había reunido con un hombre aún más perverso. Era sin duda una de las noches más bizarras que había tenido en mi vida, de las que por lo menos me acordaba. Cada vez estaba más convencida que debía salir lejos de aquí, que cuando todo esto terminara tenía que buscar un poco de paz. Ernest parecía ser peor, incluso de lo que imaginaba. Me había tratado como un objeto, como si yo hubiese sido alguien sin cerebro, que él puede manipular como le plazca, y eso me había llegado a lo más hondo de mi corazón. Él sin duda intentaba manipularme y ahora estaba asustada preguntándome en qué rayos me estaba metiendo. Pensé que había mejorado de alguna forma, que ahora tenía algo de poder, que podía inmiscuirme las cosas de mi familia y de la empresa. Pero la realidad es que no tenía nada. Después de reunirme con Ernest, él se había ido y
Lucas —Vaya vaya… esto ha sido realmente sorprendente. Debo reconocer que tienen agallas tú y ella… meterse en la boca del lobo directamente así… ¡Guao! Simplemente… ¡Guao!...me quito el sombrero con esto— me decía Carter riéndose contento, quien me visitaba en mi oficina mientras caminaba viendo todo, que al parecer era muy serio para su gusto. —Era lo que teníamos que hacer… ya lo sabes, no confío en esa tal Mabel… es demasiado lanzada para mi gusto…— digo recordando ese episodio con ella. No, jamás confiaría en esa mujer. —Qué lástima… en realidad todas las mujeres son de mi gusto, tú sabes…— dice y creo que parece agregar: todas, pero especialmente mi esposa que no quiere volver conmigo. —La cuestión es que tenemos un plan entre manos… y es dentro de unos días— le señalo. —Pues…supongo que habrá otra forma, ¿no? No hacer lo que Smith pide— me dice. —¿A qué te refieres?— —Pues que… me parece poco prudente exponer a Dalila así… ¿No lo crees? Ella sola…— me dice y se me qu
LucasHace 10 años atrás Mi día se concentra en trabajar y trabajar. Después de haber tenido una vida relativamente cómoda, mi familia, mi futuro... había prácticamente desaparecido. Con la muerte de mi padre tuve que dejar la escuela, era un buen alumno y mi padre siempre decía que yo iba a poder estudiar lo que quisiera. Pero, en cambio, estoy en esta construcción haciendo el trabajo duro, cargando bolsas de cemento, moviendo lo que se me pida, no importaba si cuando comencé era un simple adolescente. — Vamos vamos Luke... te estás tardando demasiado— me decía mi jefe, el encargado de la obra. Llegué siendo un muchacho flaco y alto, así que tenía que hacer un gran esfuerzo para lograr estar al nivel de mis compañeros, unos hombres maduros y fornidos. Pero lo intentaba. Y ya habían pasado tres años y me iba haciendo cada vez más fuerte.No tenía de otra opción, yo mismo le había rogado que me diera trabajo luego de estar en las calles por unas semanas. El trabajo era increíbleme
Dalila Hay días en que termino con dolor de cabeza luego de revisar tanta información. Me la paso leyendo los archivos que me dejó Celeste, así como los documentos de Grupo Ferrero, que me presentan en reuniones en donde no entiendo nada. A veces creo que la información está ahí en mi cabeza, pero que simplemente no puedo acceder, como si estuviera enterrada, hundida. Me la paso en mi computadora buscando y buscando en este mar de datos. Muchas veces me mantengo ocupada simplemente para no estar con él, para no tener que verlo. Sé que él se ha acercado a mi cuarto, se queda en la puerta, viéndome... pero al verme ocupada se va. Y yo creía que eso era lo mejor. —Señora... ¿Qué cree? El señor la ha invitado a una cena... ¿Qué le parece colocarse este vestido?— me dice Victoria un día. Estamos cerca a la fecha de mi reunión con Ernest... y aún hay mucho que definir, por lo menos Lucas no me ha dicho nada más. Y que yo tenga entendido no había ninguna cena importante como parte d
LucasLa noche había sido fantástica, inclusive creo que mejor que en el yate. Tenía tantas ganas de explorar el cuerpo de ella, creía que no había sido justo con ella antes. Y ella… había respondido tan fantástico a mí. Por dios… podría satisfacerla cuanto quisiera. Tocar cada centímetro de su piel, probar todo su cuerpo, nuevas posiciones… lo que quisiera. Temía que me fuera rechazar, la había seducido, la deseaba. Sabía que las cosas entre nosotros no estaban bien… pero ella, tenía esa pasión que me hacía perder la cabeza. Tenerla así me había enloquecido, yo quería que una parte de ella entendiera que... quizás no todo estaba perdido, que ella y yo... teníamos algo que solo el resto de los mortales soñarían con tener. Ella estaba en mis brazos, y es lo que necesitaba. Para mí había quedado claro con mis besos y caricia… que yo la quería. Me desesperaba el sentimiento… pero yo la quería, como mi esposa, como mi todo. Por Dios… solo de pensar en su piel, en sus piernas, en cómo
DalilaNo había vuelta atrás, por más que quisiera. Tenía el estómago revuelto del estrés y del miedo. Pero hace unos días había hablado con Celeste y había revisado la información, y cada vez que entendía algo me daba cuenta… de que mi ex estaba involucrado en las cosas más horribles. Me costó creerlo al inicio, pero… Ernest no era nada de lo que yo alguna vez pensé. El hombre que me cuidó y me ayudó… a veces era extraño, pero atento conmigo.Le habían hecho un daño tremendo, a muchísima gente, comenzando por Celeste, los demás trabajadores, habían destruido empresas y dejando a la gente en la quiebra, había constancia de abusos y otros horrores. Y yo simplemente no podía darme la vuelta y seguir como si nada. Así que tenía que hacer esto… así fuera lo último que hiciera en la vida.— Yo he tomado la decisión— le contestaba a Lucas y lo escuchaba maldecirla y agitar sus manos en el aire, era como si él de repente se diera cuenta de que todo esto era mucho más de lo que habíamos i
Lucas — ¡Ese maldito imbécil me las va a pagar!— Desde que ella había ido caminando al muelle sin despedirse de mí, me había quedado viendo el punto en donde ella desapareció como un tonto. Y desde el primer momento todo había empezado mal, Ernest la lastimaba, la tocaba sin que ella quisiera, la trataba como si fuese una cosa. Y peor aún, él estaba convencido de que ella no valía nada y que era de él. —¡Es un desgraciado imbécil y lo voy a moler a golpes!— gritaba yo mientras Carter me intentaba controlar. — Ella lo está manejando muy bien... ¡ Contrólate Lucas!— me decía sujetándome. Tenía razón, por supuesto que sí, mi ataque de molestia no estaba ayudando a nadie, pero creo que ustedes entenderían que me era muy difícil controlarlo. Me sentía culpable, yo le decía que él era un bastardo, pero entonces... ¿Yo qué era? El rubio estúpido había dicho cosas terribles, pero también había hablado de una vida casi de ensueño con ella. Y me daba cuenta de que ella tenía sueños