Lucas—¿Crees que puedas recordar algo más? ——Solo que… cuando estuve aquí, en este preciso lugar, me sentí mal, y recuerdo que me parecía conocido y quizás algo sucedió aquí, porque me dio un ataque… pero no recuerdo exactamente qué fue— dice ella mientras volvemos a ese lugar en la floristería donde tuve el ataque de asma. Si bien todavía nos falta mucho por averiguar, es obvio que estamos teniendo avances, así que hemos estado volviendo en nuestros pasos para intentar reconstruir qué pasó en esos pocos días en donde ella regresó a New York, ¿qué intentaba Ernest que firmara ella? —Espera…— dice de repente cuando ya voy a dar marcha atrás y entrar en el auto, para continuar con nuestro camino.—¿Algo aquí te parece conocido? ——Sí pero no de mi pasado exactamente, es decir no de cuando yo vivía en el pueblo y él me trajo... sino de tiempo después, de hecho de hace pocos días— dice y subimos al auto.—Okay... ¿Quieres que demos una vuelta más? — Pregunto haciéndole señas a mi guar
Dalila Unos años atrás No puedo creer que me voy a casar, y mucho menos de esta manera. Sé que... no es lo que nadie hubiese pensado, ni el sueño de alguna mujer. Es verdad que yo a él lo conocí desde hace mucho tiempo, y de pequeña lo adoraba... e imaginaba de alguna manera estar con él. Luke era un niño precioso, amable, cariñoso que siempre estaba atento a mí. Y de repente yo tenía a un hombre ahora, enfrente de mí, totalmente diferente de alguna manera. No había que ser muy inteligente para saber que Lucas Dantes era un CEO poderoso, a veces frío, que daba algo de miedo, aunque conmigo era diferente. Y a la vez... había algo de ese pequeño niño, a veces en su mirada y en la forma en que tomaba mi mano. Nunca pensé que me iba a casar pero me hacía sentir bien que fuera con él. Lucas me presentaba a sus ayudantes y todos eran increíblemente amables conmigo. Tenía una sensación diferente, rara, entre emoción y expectativa. —Por supuesto que iba a haber un contrato, yo no vo
Lucas—Recordé nuestra boda... creo que había recordado un poco antes, pero no entendía bien qué pasaba. En ese momento me pareció algo extraña, pero ahora... recuerdo que quería casarme contigo, aunque todo era, inusual, digamos— dice ella mientras salimos a comer en una cena. Cada vez estamos más tiempo juntos y yo no me imagino tenerla lejos. Me propongo convencerla de que vivamos juntos de nuevo, sin contar que así me sentiré más seguro. Algo en ella ahora… me hace querer cuidarla más que nunca.—Mi amor... quería comentarte algo... obviamente es tu decisión, pero será importante que la tomaras en cuenta— digo y ella me mira atenta. —Owens ha traído pruebas de que hay alguien vigilándonos, varios hombres que parecen sospechosos han estado fuera del edificio en dónde estás y... yo temo que sean esos hombres a los que Ernest les debe dinero. Ellos podrán haber perdido sus bienes, pero este tipo de personas… estos mafiosos… van a hacer todo lo posible para sacarles el mayor provech
Dalila Hace años —¿Cómo que no vas a ayudarnos? ¿Qué demonios te crees mosca muerta?— me gritaba mi hermana. —Pues que… he decidido no hacer lo que tú pedías… no tengo intenciones de hacerle ningún daño a mi esposo— digo lo más segura que puedo. Mi hermana parece no salir del asombro. Lo había decidido desde que Luke me contó la historia de su padre, después de saber quién era él en realidad, y de conocer todas las cosas que había hecho Grupo Ferrero en el pasado. Éramos una vergüenza. Pero por supuesto, Claudia se lo tomaba mal. —¿Vas a ir en contra de tu familia? ¿Es en serio, Dalila?— decía furiosa. —Grupo Ferrero ha hecho mucho daño y… — respondo. —¡No me vengas con esas historias! ¡Yo sé exactamente qué es lo que ocurre aquí…! ¿Él te ha enamorado? ¡Y tu caíste como una completa tonta! ¡No me mientas!— —¿Qué demonios dices? ¡Tú misma me entregaste a él, sin ninguna preocupación!— grito en respuesta. —Ohhh si… ya lo veo claramente. Dantes es un hombre atractivo y prome
Lucas—Ella me contó todo y ahora pareciera que todas las piezas caen en su sitio. Ernest había sido ese hombre quien le había dicho daño cuando teníamos poco tiempo de casados. Él la había amenazado y ella tenía mucho miedo, juro que no puedo creer todo lo que ella ha sufrido, sin duda no merece nada de lo que ha pasado— le cuento a Owens y Octavio que me escuchan asombrados.—La señora poco a poco está recordando, seguramente va a tener que hablar con ella en detalle de otras cosas— dice Octavio y es obvio que sí.—Lo tengo planeado para hoy mismo en la noche. Necesito que no haya más secretos y es obvio que ella está empezando a confiar mucho más en mí. Cada vez que recuerda algo bueno o ma
Dalila—¿Embarazada? No, no, no puede ser——Sí señora, esos son los resultados y coincide totalmente con los síntomas que describe, debo decir— me decía la doctora. Me enseñaba los análisis y no lo podía creer. Lucas había insistido tanto en que viniera el médico que había terminado de volver a la doctora a la que él me había llevado cuando nos encontramos, y ahora me daba estas noticias totalmente inesperadas. Es cierto que yo le había dicho que quería tener una familia con él, se lo había dicho hace pocas noches, y era realmente algo que yo deseaba de corazón, y también que habíamos estado… como desesperados desde hace días, prácticamente sin soltarnos cada noche. Pero de repente todo esto era muy repentino.—Es solo que… mi esposo pareciera que tiene problemas de fertilidad… ya estuve embarazada de él una vez… una segunda, parece…——Si ya estuvo embarazada de él, pues eso demuestra que es posible. Usted misma había mencionado los síntomas: mareos, buen apetito y a la vez cansanci
Lucas Desde el momento en que estos hombres habían entrado a mi casa sabía que mi destino estaba sellado. —¿Qué demonios? ¿Cómo se atreven a entrar así? —decía yo a los gritos mientras la policía entraba por la puerta de mi casa empujando a Victoria como si ella no existiera. —¿Quiénes son ustedes? ¿Con qué derecho entran a mi casa?—preguntaba mientras me colocaba enfrente de ella y la alejaba de todo este embrollo que se comenzaba a formar. Los policías ni siquiera me contestaban pero desde atrás sobresalía una voz que ya yo conocía muy bien. —Señor Dantes... — —¿Detective Fernández? —preguntaba asombrado. Había visto al hombre ya unas cuantas veces y si bien no suponía que me fuera a prestar una atención más dedicada, me sorprendía que viniera así, sabiendo él lo que sucedería si se metía conmigo. Especialmente de él y todos sus problemas, demasiado oscuros para un personal de la policía. —¿Podríamos hablar en un lugar más tranquilo? —pregunta él y le hace señas a sus hom
DalilaYo lloraba desconsoladamente por todo lo que había pasado, simplemente en mi cabeza no entraba la idea de que esto había sucedido. Mi objetivo había sido que yo iba a llegar, iba a contarle la buena noticia, nos íbamos a reír y quizás llorar. Luego pensar en cómo sería nuestro futuro y que íbamos a hacer. —Tiene que haber una forma de que podamos solucionar esto... yo temo que mi hermana y Ernest estén metidos en todo esto, haciendo lo posible para sacar lo peor de esta situación. —Lo sé, señora... el señor no quiere que usted actúe, los abogados ya están hablando y se han presentado en la comisaría, pero... sabemos que su hermana y ese hombre son capaces de cualquier cosa, de lo peor. Pero el señor insiste en que usted se quede de lado— me decía Octavio. —¡Pues no lo voy a hacer! —digo y empiezo a actuar. Parecía mentira pero el lugar más seguro de la casa no era el estudio de mi esposo ni su caja fuerte, sino ese pequeño espacio en mi clóset donde yo había dejado la llave