Elena. Pude darme cuenta como mis palabras la tomaron desprevenida porque su rostro pasó por todos los colores posibles. Tenía unas ganas inmensas de reírme a carcajadas pero debía admitir que me causaba mucho más hacerla sufrir por lo que mantuve mis facciones serias esperando que me dijera algo. Podía verla tragar duro cada vez que se había decidido en decirme algo pero en el momento de abrir la boca se arrepentía. Sabía mejor que nadie que esta situación para ella significaba algo muy vergonzoso, mucho más el que le haya dicho que los había visto la noche anterior. — Elena yo… — nuevamente se había quedado sin palabras y hasta ahí llegó mi maldad. Me reí mucho y podía ver su rostro desfigurarse nuevamente entre la sorpresa y la confusión para luego quedarse más calmada al verme sonreír y tomarle las manos. — Tranquila, perdón por hacerte sufrir tanto. — me disculpo mientras vuelvo a reír un poco más. — Simplemente quería divertirme un poco contigo. Pero ahora si hablando en se
Elena. Luego de acordar con Dimitri que luego de la visita del médico iríamos a dar un paseo me dediqué a investigar los documentos que trajimos del lugar. Sabía que podíamos encontrar más cosas en esos libros, por lo menos rastrear algún otro lugar de relevancia para la organización. Estaba muy segura que así como se habían infiltrado en una de las compañías podrían haberlo hecho en otra y mi idea era poder localizarlas para arruinar las cosas poco a poco al maldito que nos quiere ver muertos. — Buen día Elena, no esperé verte aquí con todo esto. Filippo ingresó al despacho de Alessio con una gran taza de café y unas ojeras monumentales, estaba claro que no había dormido nada la noche anterior. — No muy buenos a tí al parecer, ¿Anoche te has quedado trabajando hasta tarde? — Tú has logrado alborotar el avispero y eso significa mucho trabajo para mí. ¿Qué haces? Le mostré las anomalías en los libros que habíamos visto en la empresa junto con Dimitri donde gracias a eso pudimos d
Elena. Encontramos un pequeño lugar retirado e íntimo donde la multitud de personas turistas no llegaban. Los comensales de este pequeño café eran principalmente gente local que quizás acudían diariamente. Era el lugar adecuado para nuestra reunión. Dimitri se había encargado de que nadie nos estuviera siguiendo, de todas formas nos acompañaban dos vehículos más con cuatro hombres dentro armados y listos en caso de que ocurriera un imprevisto. Alessio había entendido que la salida se trataba de una reunión de amigas porque existía un triángulo amoroso entre su mejor amigo y mi hermano, pero con Yuri fue mucho más difícil despistarlo porque él sabía muy bien que Irina ya me había contado toda la verdad. Por suerte logramos que entendiera que una chica necesita de un momento de soledad junto con otra mujer para que pudieran pensar mejor las cosas y hablar libremente sin temer que tu suegra o las tías de tu marido te escucharan por ahí. Dimitri, el hombre de confianza de mi hermano
Elena. Luego de nuestra charla tuvimos que hacer una parada a un centro comercial para justificar nuestra salida de chicas, todos los hombres siempre creían que las mujeres cuando salían la finalidad era salir de compras, entonces para enmascarar lo que realmente fue lo hicimos. Al llegar a la casa me encuentro con la gran noticia de que Ana ha vuelto de donde sea que fue, por supuesto todos en la casa estaban emocionados porque era la única que cocinaba los platillos favoritos de la familia. Alessio es quien más feliz se encontraba, no estaba muy segura cómo reaccionaría si supiera que estaba investigando a la mujer que prácticamente lo crió, pero más segura estaba que le afectaría aún más saber que era quien los estaba traicionando. Estaba muy consciente que sería un gran golpe. — ¿Cómo les fue en su salida de chicas? — pregunta Alessio cuando me acerco a ellos luego de haber guardado todas las cosas que compré. — Bastante bien de hecho, fue muy esclarecedor. — digo observando
Alessio. Odiaba la condición en la que me encontraba, detestaba sentirme débil cuando debía estar fuerte y entero para cuidar de mi familia. Lo peor era saber que ocultaban información por temor a que tuviera alguna recaída, desde hacía unos días me había percatado de la actitud de Elena, sabía que algo estaba ocultando pero no sabía con certeza que era, incluso había recurrido a preguntarle a su hermano directamente pero ni siquiera Yuri sabía que traía su hermana entre manos. Luego de la explosión y de mis heridas mi querida esposa demostró ser una mujer muy capaz de defender a los suyos, una mujer fuerte capaz de enfrentarse a quien fuera y sin temor a nadie. Realmente verla en ese plan me sorprendió aunque sabía que si debía sacar las garras lo haría, solo recordaba aquella primera vez que la vi, el día que la rescatamos. — Alessio — la voz de Yuri hizo que volviera de mis pensamientos — ¿Has visto a Elena? La he estado buscando pero no la veo por aquí. — La había visto conver
Elena. Esa m*****a mujer lo sabía, era alguien muy inteligente tenía que concederle eso. Al parecer no supe disimular mejor mi desconfianza porque lo supo o simplemente alguno de sus tantos espías habría escuchado parte de nuestra conversación esta mañana o la vez que lo conversé con Filippo. De todas formas ahora ya no interesaba, estaba atacando nuestra familia y nuestro hogar, eso era ir muy lejos. Ver como el corazón de Alessio se partía en dos al enterarse de la verdad, me destruyó. Sabía cuánto le afectaba porque esa mujer significaba mucho en su vida, incluso lo había cuidado con más esmero que lo que lo cuidó su madre. Desde que la duda se instaló en mi mente, hasta ahora solo había una cosa que no me dejaba tranquila ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué ese odio con la familia D’Angelo y los Kozlov? No podía comprender y no encontraba una respuesta coherente. — Por favor hermosa, ten mucho cuidado. Sabemos que está consumida por el odio y ya logró separarme de mi padre, no quier
Alessio. Elena era una mujer con mucha valentía, lo había descubierto el día que la rescaté de aquel horrible lugar donde la tenían cautiva. Amaba eso de ella, realmente aquello me había encantado de ella en aquel mismo momento, pero situaciones como esta solo lo podía detestar con toda mi alma. No podría tolerar perderla, no después de todo lo que hemos pasado juntos. No hemos podido disfrutar de este matrimonio como una pareja normal porque nos han ocurrido un sin fin de cosas, si algo malo llegara a ocurrir ahora simplemente me moriría con ella porque no podría vivir con la amargura de no tenerla. — Tu hermana no escucha razones. — le digo al hombre a mi lado que también mantenía la respiración de los nervios que mi hermosa esposa le estaba causando. Su hermano la amaba y sabía muy bien lo terriblemente mal que se estaba sintiendo en estos momentos al no poder hacer nada porque todo estaba en manos de ella mientras se enfrentaba cara a cara a la mujer que nos había hecho tanto d
Alessio. Después de escuchar a Elena un gran silencio nos invadió, pero de a poco íbamos recuperando el aliento. Al que podía ver muy tenso y totalmente sorprendido aún era Yuri, al hombre lo había tomado muy por sorpresa enterarse de todo eso, como todos él también creía que su hermana era una mujer frágil que odiaba el estilo de vida que tenía su familia y que consiguió alejarse solo porque su papel en la familia no era tan importante como lo era el suyo propio como el heredero de su padre. — Hermano ¿Cómo estás? — pregunté sin despegar mis ojos de Elena que a pesar de todo seguía estando frente a frente al enemigo. — Estoy bien, solo un poco confundido. — rápidamente su semblante cambió y volvió a ser el hombre fuerte y rudo que siempre demuestra. Ese momento de vulnerabilidad que he visto, aunque pasajero, me demostró cómo un jefe con todo el poder que pudiera tener puede desarmarse en cuestión de segundos de todas formas. — ¿Qué espera esa maldita mujer? Mi hermana ya le ha d