Al día siguiente Alessio ordenó a sus hombres para que prepararan las cosas para que nos volvamos a la casa. Por supuesto la decisión tan repentina sorprendió a Filippo pero ninguno de los dos quisimos decirle porqué del cambio de planes ya que queríamos darles una sorpresa a todos con lo relacionado a la boda. Alessio esa misma mañana mientras organizaban nuestras cosas me ordenó básicamente que comenzara a buscar vestidos y todo lo necesario para una novia ya que quería que tuviera todo lo que quisiera y que no me falta absolutamente nada. Me había dejado claro una y otra vez que me daría todos los gustos y por supuesto aquello me alegró como nunca y me había puesto en campaña buscando todo lo que quería. De todas formas necesitaba ayuda, necesitaba a más mujeres que me ayudaran a ver las cosas y organizar parte de la fiesta. Aunque sería familiar y muy íntima tampoco es que sería algo así sin tanto trabajo, toda reunión lleva una preparación. Ya en el avión de regreso a la casa
A minutos antes de descender recibí la respuesta de Irina, directamente me había enviado un audio en mi celular ya que no lo podía creer. Se comprometía a volar apenas le diga dónde y cuándo llegaba el vuelo. Estaba muy contenta porque la necesitaba aquí cuanto antes, pero me tocaba esperar unas 8 horas para que llegara. — Amor, ya mi amiga me ha confirmado. Tú sólo dime cuándo y dónde ella deberá esperar y listo. — Me alegra princesa que tengas a tu lado a una amiga que esté para tí acompañándote en nuestro día. — Todo eso es gracias a tí. — Bueno le diré a Filippo que se encargue y pásale el contacto así puede estar al pendiente de ella en este tiempo, porque tú mi princesa estarás muy ocupada organizando todo lo que una novia necesita. Cuando llegamos a la casa todos estaban muy sorprendidos de vernos, ¿Cómo no? Luego de la escapada que nos dimos y volver así de improviso claramente no se lo esperaban. Mucho menos la súper noticia que les teníamos, las mamás de Alessio y Filip
— ¿Señorita Kozlova? — La voz de Filippo me sorprendió, había estado muy concentrada viendo algunas imágenes para la boda que no había escuchado cuando llegó. — Filippo, pasa pasa. — Le digo mientras me pongo en pie, me encontraba en el salón donde Alessio me había dicho que podía utilizar para bailar cuando lo necesitaba. Esta vez lo que me urgía era escaparme un poco de todas esas mujeres que me estaban ayudando con la boda. — Por favor no me digas señorita, tienes mucha confianza con Alessio porque son buenos amigos entonces también conmigo ¿Si? Solo dime Elena o Lena, como prefieras. — Está bien Elena. — Me responde sonriente ingresando a la habitación mirando todas las hojas que se encontraban en el suelo y las bebidas que Ana me había estado trayendo. — Quería avisarte que tu amiga está llegando, tu hermano hizo bien en contratar un vuelo privado para ella porque sino nuestro piloto recién estaría llegando a Rusia en estos momentos. — Así es, muchas gracias Filippo por encarg
La organización de la ceremonia estaba logrando que todos en la casa estuvieran como locos. Yo también estaba así, debíamos cuidar que nadie se acercara a la casa ni a ningún invitado para que nadie pudiera dañar nuestro gran día. Sé lo preocupada que Elena estaba con eso y no quisiera que tuviera esas cosas en mente cuando debería estar disfrutando de un gran día. Había estado en continuo contacto con Yuri para estar seguros que ninguna familia estuviera en peligro, nuestro fugaz escape logró que nuestros enemigos se volvieran locos buscándonos ya que ninguno se esperaba esa escapada. Gracias a eso logramos recaudar algunas informaciones importantes como también agregar a algunas personas más en nuestra lista de sospechosos. Elena no sabía, pero todos estábamos trabajando para poder lograr atrapar a estos individuos que nos quieren dañar, su propio hermano tuvo que volver a Rusia porque creía que su familia estaba en problemas. El matrimonio sería una gran ventana para que estas p
— Quiero saber una cosa, tu amiga ¿Me odia o algo por el estilo? — ¿Por qué preguntas eso? — Elena me mira con una sonrisa en su rostro divertida por mí. — Has visto como me mira, como si estuviera esperando que hiciera algo mal. ¡Vaya amiga que tienes! Elena suelta una gran carcajada y enreda sus brazos alrededor mío para luego comenzar a repartir suaves y pequeños besos por todo mi rostro hasta llegar a mi boca. — ¿Acaso me dirá el Don D’Angelo que se siente cohibido por una rusa que apenas conoce? Mmmm sus enemigos que podrían pensar de usted mi señor. — Elena… no juegues conmigo. Princesa dime una cosa, todo esto — digo señalando el jardín con la carpa y todos los arreglos florales que están siendo ingresados dentro junto con las sillas y las mesas — ¿De verdad te gusta? Quizás mi madre tenga razón y hubiéramos esperado un tiempo más para casarnos. Sabes que podrías tener una mejor organización, mejores cosas no sé, quizás alguna otra cosa que te hiciera feliz. — A ver señor
Yuri. Encontrarla aquí tan alegre, tan jovial como lo era siempre y con esa sonrisa en su rostro que volvía loco a todo mi ser, la verdad no me hacía muy bien. Debí de imaginar que cuando mi hermanita se casara ella estaría presente, cuando Lena me había dicho que había hablado con Irina esperando que viniera para ayudarla con todo, no perdí el tiempo y busqué la forma para que estuviera con ella lo más rápido posible. Fue cuando la volví a ver después de mucho tiempo, no había recordado lo intensa de su mirada y el poder tan hipnótico que tenía su voz. Al parecer ella si me había logrado olvidar porque al verme ciertamente no la ví reaccionar de forma extraña, como si solo fuera un tipo más. Debo admitir que soy un idiota. Si la perdí fue mi culpa, si hizo su vida nuevamente es porque es una mujer hermosa con derecho a hacerla, pero maldita sea que me dolía saber que andaba con ese tipo que no era más que un petardo de hombre, la había utilizado y engañado. Yo nunca la pude olvi
Irina. ¿Cómo fue que dijo? ¿Acaso escuché bien? ¡Por supuesto que sí! ¡Ay maldito seas Yuri Kozlov! ¿Cómo se atreve? — Eres un idiota cuando te lo propones ¿Lo sabías? ¿Cómo se te puede ocurrir espiar mi vida privada de esa forma? — Sí admito que soy un idiota pero no me grites de esa forma. No te espíe solo… — Solo ¿Qué? Me seguiste e investigaste acerca de con quien estaba saliendo en ese momento. Yuri eso está mal. Sé que probablemente estábamos acaparando la atención de todos porque nos estaban mirando con sus caras llenas de sorpresa, pero ¿Cómo callarme después de saber esto? Yo estaba consciente que Yuri Kozlov era capaz de muchas cosas, pero jamás me creí que fuera a seguirme como para saber cosas tan particulares de mí y mis relaciones. — Irina me gustas desde la primera vez que te ví, mi hermana es tu mejor amiga y fue una de las razones por las que no podía acercarme a tí. Después al conocerte más me dí cuenta que no podría permitir que formaras parte de esta vida, es
La organización para la boda ya estaba terminada, la familia ya se encontraba en la casa, los más mínimos detalles también ya se habían resuelto. Todo parecía estar listo para que los dos diéramos los pasos hasta el altar y finalmente nos dijéramos el sí quiero frente a todos nuestros seres queridos. Estaba muerta de los nervios, a pesar de haber sido parte de cada decisión, de estar acompañando a todas las mujeres para ver todo lo relacionado para esta noche. Parecía no estar lista y no creer que finalmente se cumpliría, una cosa fue decirlo y otra muy distinta es vivirlo. Estaba muy segura que cuando llegara el momento estaría más que preparada y lo estoy, pero eso no me quitaba los nervios que sentía porque hoy daría el sí para toda la vida a un hombre que me había cautivado como nunca antes nadie lo había hecho. Mi gran miedo, ese del que había estado huyendo por mucho tiempo porque mi madre no paraba de recordármelo, hoy finalmente se cumpliría. Alessio me había prometido que