Habíamos hablado durante mucho tiempo queriendo ver la solución a los problemas que parecían no tener fin. Más que nada porque a todos les preocupaban sus familias, el asunto estaba en que Alessio se encontraba particularmente en una encrucijada con respecto a mí ya que yo me encontraba entre viajar o no a Rusia y él no quería dejarme ir sola. Decidimos que me quedaría con él durante un mes o dos, dependiendo como vaya la situación. Aprovecharemos a organizar los detalles de la boda ya que él estaba muy seguro que si me iba su madre aprovecharía y tomaría las riendas de todo y perderíamos la libertad de elegir. A pesar de que ya habíamos dormido juntos, aunque no había ocurrido más que eso, nos manteníamos en habitaciones diferentes con la intención de no dar que hablar y mucho menos defraudar a su madre. Pero se había vuelto habitual quedarnos a conversar hasta tarde en alguna de las habitaciones con la intención de conocernos mejor. — ¿Qué estás pensando? — me pregunta Alessio mi
El viaje fue bastante divertido, Alessio había hecho que las dos horas pasaran muy rápido con sus chistes y sus historias. Había visto ya hasta el momento distintas facetas suyas, pero hoy conocí su lado más relajado, divertido y competitivo. Durante las dos horas decidimos jugar algunos juegos de mesa, al parecer ambos éramos personas muy competitivas y a su vez muy justas ya que estábamos muy al pendiente de que ninguno hiciera trampa y que si el otro ganaba lo hiciera en condiciones. Hacía tanto tiempo que no me divertía de esta forma, olvidarme de todos los problemas que nos estaban rodeando centrándome solo en nosotros y nuestra diversión fue maravilloso, pensar que esto solo se logró en dos horas no podía imaginarme lo que podría lograr apenas pisemos tierra. — ¿Qué tanto piensas? Te noto como perdida en tus pensamientos. — Solo estaba disfrutando de los momentos que estamos creando juntos. Creo que soy afortunada porque mi hermano pudo encontrarme un prometido peor que tú.
Al aterrizar el avión un auto estuvo esperándonos que luego nos llevó hasta el hotel donde nos alojaremos por los días que durarían nuestras vacaciones. El lugar era un paraíso, realmente un establecimiento hermoso donde podríamos estar cómodos disfrutando de la calma que necesitamos. — Buenos días, reservación a nombre de D’Angelo por favor. — Buenos días señor, ya lo busco y le doy las llaves. Cuando miro a mi lado me encuentro con la dulce mujer que observaba todo con sus ojitos soñadores, no me había equivocado esta era una muy buena idea. Habíamos vivido muchas tragedias y necesitamos descansar nuestras mentes para enfocarnos en lo mágico de la relación que se había formado entre nosotros. Yo me encontraba eufórico, por completo extasiado como si estuviera viviendo un sueño hecho realidad, finalmente tenía a mi lado a la mujer más hermosa y que había sido dueña de mis sueños por mucho tiempo. Elena correspondía mis sentimientos, ahora que me había conocido mejor realmente est
Después de tomarnos un tiempo para descansar y que los muchachos pudieran estirar un poco las piernas nos decidimos de recorrer un poco la zona céntrica del lugar ya que debíamos comprarnos ropa y algunas otra cosas personales para nuestra estancia en este lugar. Elena como cualquier otra mujer estaba eufórica y muy emocionada por salir de compras, más porque no lo había hecho acompañada hace ya mucho tiempo y la podía ver realmente ansiosa de hacerlo junto a mi compañía. Antes de marcharnos había recibido una llamada de un ruso bastante molesto porque su hermana tenía el móvil apagado, lo había decidido así porque no quería que nadie la molestara. Yo también había querido hacerlo pero estaba seguro que los problemas nunca faltarían además, quería estar al pendiente de si ocurría algo. Con Yuri conversamos unos minutos bastante largos ya que al principio no estaba muy convencido de mi idea, estaba desesperado por conocer nuestro paradero pero no se lo hice saber. Finalmente logré c
Ya en el hotel aprovechamos a descansar un momento, Elena estaba tan exhausta de todo el recorrido que apenas entramos a la habitación fue directamente a la ducha. Mientras se relajaba hice una llamada, había pensado en un lugar que estaba seguro le encantaría y para eso necesitaba de un buen amigo y un favor de su parte. — Bien, entonces vamos a esa hora. Te agradezco mucho Arturo, nos vemos pronto. — ¿Alessio? — la voz de Lena me sobresaltó — ¿Con quién hablabas? — Estaba hablando con un amigo, una sorpresa que tengo para tí. Esta noche luego de nuestra siesta ponte algo lindo que tengo algo preparado para los dos. — Como que tienes amigos por todos lados ¿No? — me dice sonriendo y yo simplemente me encojo de hombros. — Estoy muy ansiosa con que sea la noche. Ambos caímos rendidos en la cama, el recorrido por el centro de compras y luego recorriendo algunos lugares turísticos que nos quedaban de paso nos había dejado por completo exhaustos. Escaparnos de la villa en la madrugad
— Princesa, deberías ir cambiándote. Tenemos la sorpresa que te había dicho antes. — Está bien, me iré a duchar ¿Quieres acompañarme? Sabía que lo estaba provocando podía ver en sus ojos una llamita encenderse y hacerse cada vez más y más grande. Me deseaba de eso no había dudas, pero no se retractaba de sus palabras y eso me sorprendía de él, era un hombre de palabra. — Eres maliciosa, una pícara. — Es una propuesta indecente, nada más.— Es una propuesta que cuando seamos esposos, no lo dejaré pasar. Me acerqué a él, rozando mis labios suavemente apenas tocando su piel, desde el labio hasta la oreja para susurrarle. — Lo anhelo con ansías. Luego de eso simplemente me levanté de su regazo y me fui a ducharme. Había pensado en que cosa vestir esa noche, me había dicho que fuera algo lindo y elegante. Menos mal había comprado algo bonito, un mono negro con detalles con piedras que me encantaban. Terminé de ducharme y vestirme para luego comenzar a ver como maquillarme, generalm
Al llegar me sorprendí bastante ya que en realidad no se trataba de un restaurante con luces y carteles luminosos, al contrario nos encontrábamos frente a una enorme mansión donde un portón negro de hierro se abría paso para que podamos recorrer el corto sendero de entrada. El lugar era hermoso, contaba con un bello jardín delantero muy bien conservado y con luces tenues que iluminaban pequeños sectores del mismo. La mansión era de color blanca con detalles en negro, como las ventanas y las puertas que por cierto eran enormes. Quien sea que viva dentro tenía un lugar muy amplio donde perderse y nunca aburrirse, o quizás sí. — ¿Aquí vive tu amigo? ¿Qué tipo de amigos tienes? — pregunté sonriendo pero en sí bastante curiosa de conocer esa respuesta. Me generaba bastante curiosidad conocer al amigo de Alessio, además no comprendía porqué nos había traído aquí cuando según él tendríamos algo romántico y había dicho que vistiera algo hermoso. Había creído que me llevaría para cenar a un
Me sorprendió bastante conocer la temática de este lugar, jamás había vivido una experiencia como esta. Realmente era algo nuevo, bastante sorprendente para el comensal y bastante ingenioso de parte del Chef, ahora tenía la duda de si Arturo tenía alguna discapacidad o simplemente había sido algo que se le ocurrió. Ya lo preguntaría más tarde, ahora solo esperaré y disfrutaré de esta nueva aventura. Luego de las debidas presentaciones nos preguntaron que queríamos de beber, por supuesto ambos dijimos que queríamos deleitarnos con un buen vino la diferencia fue que yo preferí un vino blanco y dulce, Alessio sin embargo prefirió un tinto. A pesar de no ver nada lo estaba disfrutando bastante ya que habían puesto una canción de fondo bastante linda y tranquila, la conversación con Alessio era amena y muy fresca. — Les queremos anunciar que en breve vendrá el primer plato, el mismo chef Arturo les servirá y se presentará ante la señorita Elena. — ¡Wow! Gracias. — Vaya, al parecer le g