Luego de desayunar juntos y en un cómodo silencio acordamos que nos veríamos para el almuerzo. Yo tenía algunas cosas pendientes de algunos negocios que debía atender, además teníamos algunos asuntos que terminar de cuadrar con Yuri ante la inminente alianza. Para recompensar el hecho de dejarla sola durante mucho tiempo le obsequié una laptop que tenía guardada en caso de necesitar una nueva. También le di un celular nuevo para que pueda contactarse con sus conocidos ya que probablemente estarían preocupados por haber desaparecido tanto tiempo. Ella había estado muy feliz por eso, tanto que en la puerta de habitación antes de despedirse se colocó en puntillas dándome un beso pequeño en una mejilla. Aquello me alegró, pero no me había dado tiempo a reaccionar porque fue tan rápida que desapareció detrás de su puerta. Mi mañana resultó un caos total, luego del ataque de anoche muchos miembros de la organización llamaron para conocer el motivo de dicho ataque y preguntando contra qui
Lo vi bastante curioso durante todo el almuerzo, pero se había abstenido de preguntar aunque cada tanto lo veía mirarme fijamente mientras mantenía una conversación con sus familiares. Conocer esa parte suya me demostraba un poco más la clase de persona que era, estaba bastante lejana a la idea que yo tenía sobre él. Apenas terminamos la comida la mayoría decidió que tomarían el postre en el jardín por lo que podríamos conversar tranquilamente. Algo que había descubierto que me encantaba y fascinaba de sobre manera era el famoso gelato, un postre que no solo nunca lo había probado sino que creía que era lo mismo que un helado, pero ¡No! Gran error decirlo frente a los italianos porque comenzaban con una gran explicación entre la diferencia entre una y otra. ¡Y Santa mierda! Tenían razón, esto era una verdadera maravilla para el paladar. Además habían servido uno de mis sabores favoritos, frutilla. Estaba encantada, lo estaba disfrutando como nunca, ya luego podría matarme con los ej
Mi prometido ese día no me había fallado, esta misma tarde Ana me había encontrado en el jardín leyendo un libro, en sus manos traía una caja con un gran moño que según ella era uno de mis trofeos por ganar esa mañana la carrera hasta la casa. Cuando escuché eso salté de la emoción porque sabía de qué se trataba, cuando abrí la tapa de la caja me encontré no solo con las zapatillas de ballet sino también con unas mallas nuevas, medias y un par de zapatillas de media punta. Algunos otros accesorios necesarios para una bailarina también venían dentro. Me quedé sorprendida, era mucho más de lo que habíamos acordado. Apenas lo tuve en mis manos le pregunté a Ana en ese momento donde se encontraba Alessio para agradecerle el gesto. Ella un poco triste me dijo que Alessio y Yuri tuvieron que salir pero que regresaría antes de la noche.Triste porque no pude verlo para agradecer el hermoso regalo fui hasta mi habitación para poder probarme las cosas y de paso aprovechar en mandarle un men
Habíamos llegado al teatro y éramos lo que todos se detenían a ver. Era tan extraño estar del otro lado del escenario no interpretando un personaje sino a mí misma junto a mí prometido. Lo gracioso y extraño por primera vez es que nadie se detenía a saludarme a mí o tratar de congraciarse conmigo, todos los lamebotas iban directo a Alessio.Aunque para mí público soy Lena y no Elena Kozlova, básicamente por esa razón cuando estoy fuera del escenario nadie sabe exactamente quien soy yo por lo que nunca me interesó el pasar desapercibida, sin embargo esta noche la vibra era diferente. No solo no existía sino que simplemente no era nadie interesante, obvio hasta que Alessio me presentaba y ahí es cuando una gran luz se encendía sobre mí cabeza. Patético. Me estoy dando cuenta del alcance que este hombre tiene en la sociedad, era simplemente estúpido como de un momento a otro las personas me veían a su lado como si hubiera aparecido de repente, y solo porque él me presentaba como su pr
La cena, maravillosa. La compañía, espectacular. La vista, magnífica. La noche, mágica. Me había divertido como nunca antes, jamás me imaginé que una primera cita podría ser tan especial. Entre risas y risas las horas habían pasado volando y no me había dado cuenta. No estoy muy segura en qué momento me dormí, lo único de lo que sí estoy muy consciente es de la fragancia tan masculina que llegaba a mis fosas nasales e invadía todo mi sistema respiratorio. Cuando intenté moverme me di cuenta que estaba rodeada de unos brazos que me sostenían fuertemente. Fue en ese momento que abrí grande los ojos asustada porque no sabía donde me encontraba, cuando me despabile me di cuenta que nos encontrábamos en el coche supongo que rumbo a la casa y que me encontraba rodeada por los brazos de Alessio quien también dormía con la cabeza recostada sobre el asiento. Traté de zafarme pero era imposible porque me sostenía con fuerza. Podía escuchar muy bien el latido de su corazón, nos encontrábamos
No había querido sonar como un presumido, porque lo que estaba diciendo era simplemente la verdad. Planeaba besarla hasta que ambos no podamos respirar más, hasta que nuestros pulmones griten por más aire. No tenía la más mínima idea de lo mucho que había fantaseado con tenerla tan cerca como en estos momentos, sentirla de la misma manera en que la siento ahora.Hace solo unos segundos había percibido como temblaba con mi tacto sobre su piel e incluso con mis palabras. Esta mujer se había convertido en una auténtica tentación para mí.— Entonces Alessio D’Angelo, sé mi Dios griego.Aquellas palabras acabaron con lo último de mí, no podía parar la tenía que besar, la necesidad me invadía y era muy fuerte, abrasadora sin lugar a dudas.Tomé su rostro con ambas manos y la besé con ímpetu, con ganas y con todo el deseo de mi alma. El beso era desesperado, embriagador y posesivo, mis manos pasaron de sus mejillas a recorrer segundo a segundo cada parte de su bello rostro para luego descend
El plan era algo por completo una locura, no tenía idea de cómo saldríamos de aquí pero de algo si estaba seguro, sacaría a mi prometida de aquí como sea. — Alessio ¿Qué harás? No me dejes sola. — Escucha bonita, debes quedarte aquí y estar atenta mientras nos abro un margen de tiempo para poder escapar. Por nada del mundo salgas sola, por nada del mundo te vayas con otra persona si no soy yo, Filippo o en todo caso tu hermano que está de camino. Ella solo asintió y tratando de respirar tranquila tomó mi rostro con sus dos manos que se encontraban heladas, y acercó sus labios con los míos en un beso algo tembloroso pero que me hacía jurar que volvería por ella. — Cuídate. Había recordado que en todos los vehículos contábamos con armamento pesado, mucho más teniendo en cuenta lo sucedido en Rusia, aquella vez nos habíamos salvado gracias a eso y desde entonces veníamos cargados. El plan era simple, los malditos han gastado gran cantidad de municiones al dispararnos a pesar de sab
El maldito esperó a que terminara de hablar para terminar la comunicación, en ese momento Yuri y su gente había llegado. Le indiqué que hacía falta un último barrido por lo que nos desplegamos y fuimos en busca de los que habían logrado escapar y de paso rescatar alguna cosa que nos pudiera indicar quién diablos estaba detrás de todo. — Quiero que me digan si reconocen a algunos de los hombres que aún mantienen sus rostros. Necesitamos ubicarlos, recojan todo lo que parezca importante para poder tratar de dar con quien sea que esté detrás de esto. Necesitamos más información. — Diablos Alessio, has logrado una maldita masacre en cuestión de minutos. Pero has sacado a mi hermana de aquí. — No estaba muy seguro si funcionaría, creí que estaban mejor preparados pero no es así. Aunque me temo que a partir de ahora habrá que redoblar la seguridad cuando salgamos y mismo en la casa, estoy muy seguro que ya saben que cuento con armamento pesado en el auto. — Gracias a eso pudieron salir