Llega Tatiana, muy sigilosamente a su casa, de repente se enciende la luz y de inmediato, entra en pánico. —Ay mamá me asusto, pensé que era papá—reacciona Tatiana, con los nervios de punta. —Necesito hablar, muy seriamente contigo Tatiana Lagos—la mira su madre, con mucha seriedad. —¿Qué ocurre mamá? ¿Por qué me habla así? —se maravilla Tati enseguida. —Ven conmigo, vamos a la cocina aprovechando, que tu papá se durmió. Se dirigen juntas, a la cocina y Tatiana se halla, muy extrañada por la tónica de su madre. —¡Estás embarazada! Y no me mientas, que esta prueba lo confirma —va la señora Amanda directo al grano y le muestra, la prueba casera que, Tatiana inconscientemente había olvidado en el baño. —¡Rayos! —exclama Tati. —¿Quién es el padre Tatiana? —pregunta su madre, sin miramientos. —Por favor, mamá no quiero hablar de eso. —Pues tendrás que hacerlo, no te dejaré ir a tu cuarto hasta, que cuentes toda la verdad. Donde quedaron tus modales Tatiana y todo, lo que se te ens
Días después… Oh la bella Venecia, declarada patrimonio cultural de la humanidad. Su particular geografía así, como su milenaria historia, hace que ese lugar, sea uno de los más, impactantes y populares del mundo. —Este lugar es un sueño—expresa el apuesto, magnate Pierre Pinott, al llegar a la mágica cuidad. —Es muy hermoso, tu posada será todo éxito—indica Tatiana. —Claro que sí, y más siendo tú, quien llevas las riendas, de este ambicionado proyecto. Eres tan eficiente Tatiana—elogia sus aptitudes. —Gracias Pierre. —¿Y quién es el caballero que te acompaña? —Es mi mejor amigo Matías. —Ya veo—sonríe Pierre al percatarse, de cómo Matías es realmente. —Esta congeniando, muy bien con tu asistente—señala Tatiana, al ver la confabulación que, existe entre ambos. —Al igual, que lo hizo Erick—manifiesta Pierre y Tatiana, se pone muy seria de inmediato. —¿Son ideas mías o te pusiste celosa? —Seguro son ideas tuyas—trata rápidamente, de disimular su enojo. —¿Me permites un consej
Tatiana se internaliza en el trabajo, se toma muy en serio su labor, mientras que Benjamín la acompaña por los terrenos, donde se ejecuta la obra y repentinamente, siente un pequeño mareo: —¿Tati te sientes bien? ¡Estás muy pálida! Ven sentemos—indica Ben y la mira muy fijamente. —Si ya estoy bien. —Si quieres, puedes ir al hotel a descansar un poco. —No, estoy muy bien Ben—se levanta y sigue con su trabajo. Por su parte, Ben la mira con rareza. A la obra se incorpora Pierre, para constatar con van los avances de su posada. Enseguida se le arrima a Tatiana: —Todo está quedando de maravilla, ya en unos meses, el proyecto estará culminado. —Sí, todo marcha a pedir de boca. —¿Sola ejecutas todo? ¿Dónde está tu jefe? Si se le puede llamar así—arquea Pierre el entrecejo al referirse a Pierre. —No lo sé, seguro está por llegar. —Mira que, irresponsable no entiendo a que ha venido. Seguro a figurar, patiquines como ese sobran en este mundo—Tatiana lo mira de reojos. —Seguro tuvo un
Tatiana y Pierre, se dirigen juntos a embarcarse en una góndola, la toma de la mano y la ayuda a subir. Una vez instalados, comienza la conversación: —Ahora sí Tatiana, ¿me vas a decir, que es lo que tanto te atormenta? —Estoy embarazada—imprime Tati sin miramientos. Pierre, por su parte no se perturba, sino se conmueve. —Que grata noticia, felicidades querida. Maravilloso—la felicita velozmente—No entiendo tu angustia. —Son muchas cosas Pierre, a las que tengo que afrontar, por mi embarazo—manifiesta su congoja. —Ya me imagino ¿Se trata del padre de tu hijo? —pregunta Pierre. Sin embargo, intuye de quién se trata. —Sí y también está mi padre, me matará cuando se entere—responde Tati. —Entiendo, el siciliano es extremadamente conservador, supongo que te imaginó de blanco, entrando a un altar y sueña, con verte felizmente casada. —Así es. —No te aflijas que, ni has nada malo y, por tu padre no te preocupes, de unos cuantos ladridos no pasará—ambos se sonríen. —Gracias por tus
Ingresa Pierre, atormentado a su lujosa habitación y se tumba, inmediatamente en la cama, está a punto de colapsar mentalmente, tiene los nervios de punta, por lo que evidenció en Erick. Rápidamente se levanta, quita su camina y se mira, al espejo musitando: —Dios mío, no puede ser que Erick, tenga la misma marca que, caracteriza a la dinastía Pinott. Será él mi hijo, esta vez debo de actuar, con mucha cautela, para hallar una pronta respuesta—la dudas y la incertidumbre, lo acobijan intempestivamente. Toma el teléfono y pide, un servicio especial de whisky a la habitación, ya que siente que lo precisa. Por otra parte, llama a Dina de inmediato. Para que, lo ayude con lo que, tiene en mente: —Querida, en treinta minutos nos vemos en el lobby. —Perfecto—responde ella, acuciosamente y cuelgan la llamada. Al cabo de unos minutos, llega el joven mozo con la bebida que ordenó, sin mesura coge la botella y se la empina. El chico, queda maravillado y le dice: —Permítame y le sirvo señ
Se han regresado todos a la capital italiana, Esteban esperaba con ansias, a su hija y está llega de sopetón. —Tatianita hija, cómo te extrañe—la abraza y la chequea completamente—Tatiana estás más gordita, para el pico hija—menciona con gracia y su madre, quién conoce toda la verdad traga saliva. —Estoy exhausta, pero fue un buen viaje—manifiesta Tati. —¿Cómo está Pierre? —Ese fue a su pent-house papá. —Supongo que, no te dejo a solas con Erick, ¿verdad? —pregunta con recelo y Tatiana lo mira de reojos. —Ya viejo, no atosigues a la niña—rápidamente interviene su cariñosa madre. —Gracias mamá, me voy a descansar. —En un rato subo mi amor—apunta Amanda. De inmediato, Esteban le menciona a su mujer: —Vieja Tatiana está rara, no se la veo distinta—intuye algo extraño en ella. —Tú siempre viendo, cosas raras en donde, no las hay Esteban. —¿Me ocultan algo? —Por Dios Esteban—frunce Amanda el ceño. —Lo siento querida, con los años me estoy volviendo paranoico. —No nos hemos da
Pent-house de Pierre. Tiene Pierre, el sobre en sus manos con los resultados, de la prueba de ADN. Esteban centra su mirada, en el sobre y su ansiedad entra en aumento, aunque dice que no le gusta el chisme, pero por lo visto lo entretiene, su cara de asombro se muestra, ahora muy caricaturesca ja, ja, ja. —Pierre por Dios, abre ese fulano sobre, me tienes con los nervios de puntas—señala y pone su mano en su mandíbula. —Voy—musita Pierre. Velozmente lo abre, lee con cautela y Esteban se le arrima. —¡Pierre! —exclama Esteban maravillado. —No hay dudas siciliano, Erick es mi hijo—arruga Pierre el entrecejo y rueda, su mira de un lado a otro. —Válgame Dios. Siempre insinué sin saber claro, que no era hijo de Salvatore, por lo presumido y mal educado, que es Erick. Aunque a ti tampoco, se parece habrá salido a... —se calla Esteban al ver a Pierre, quien se pierda entre la nada, por un instante y enseguida indica: —Debo de hablar, con Mónica inmediatamente. —¿No ibas a usar la prud
Mansión DiNozzo. Suben velozmente, Aníbal y Marlon para consolar a Erick, mientras que Virginia, espera bajo con el niño. Entran a la habitación. Se hallaban Erick, pensativo en su cama y a su costado, estaba su madre. —¿Hermano dinos cómo te sientes? —pregunta grácilmente Marlon. —Confundido, justo ahora me siento muy afligido, no es fácil sopesar que, mi padre no es el que, realmente toda mi vida imaginé—expresa Erick, con la voz entrecortada. —Sabes qué, cuentas con nosotros, con tus hermanos—señala Aníbal y presiona su hombro. —Finalmente, todos son mis hijos—apunta Mónica, acariciando a Erick y Aníbal, la mira de reojos. —Mamá perdóname, que te lo diga, pero tú cinismo no tiene límites, dónde quedaron tus modales, que falta de respecto, tan grande y de consideración con tus hijos—enfatiza Aníbal con discernimiento. —Aníbal por favor basta, ya no es momento para reclamos. Lo hecho, hecho está—determina Erick, con la mira caída. —Tiene razón Erick, Aníbal nada ganaremos, co