Capítulo 928
Al observar el comportamiento ansioso de Lily, sus pensamientos dispersos y desabotonarse apresuradamente la camisa, Alexander no pudo evitar reírse de su nerviosismo.

Sosteniendo suavemente su mano, él la tranquilizó:

—El agua no estaba tan caliente. ¿Por qué estás tan ansiosa? No te preocupes.

—Oye, si tienes tiempo para hablar, ¿puedes desabrocharte? Las quemaduras pueden ser graves. ¡Esto no es una broma! —Lily estaba a punto de expresar su frustración. ¿Cómo podría no saber cuidarse a sí mismo?

—¿Qué dijiste? —Alexander arqueó las cejas y sonrió. Sus dedos bajaron por su camisa, desabotonándola uno por uno.

Si bien fue una acción simple, Lily sintió una sensación cálida mientras observaba sus dedos trabajar en cada botón. Lentamente, la camisa se abrió, dejando al descubierto su piel. Ella miró y tragó inconscientemente.

—¿Te gustaría... —Su expresión cambió por completo. Alexander se rio entre dientes y, justo cuando estaba a punto de burlarse de ella, le arrancaron
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