Olivia miró a Nathaniel y luego a su reloj: “No estoy tarde. ¡Todavía es temprano!”.

“La empresa le avisó a todos los miembros del personal que se reunieran en el laboratorio inmediatamente. ¿Dónde has estado?”, preguntó Nathaniel con el rostro furioso y un tono severo.

“Estaba durmiendo en casa”, dijo Olivia de forma asertiva. “¿De qué aviso hablas? No vi ninguno. Además, no leo las notificaciones del trabajo en horas no laborables”.

“¿Cómo te atreves a contestarme cuando cometiste una falta? Todos están trabajando duro para la empresa. ¿Y tú? ¿Crees que no te reprenderé porque tienes más tiempo trabajando aquí? Parece que Lily ha...”. Nathaniel dejó de hablar abruptamente, como si el nombre de Lily fuera tabú en la empresa.

“Olvídalo. Ve a revisar los aceites esenciales en el laboratorio. Comprueba si hay alguna diferencia con respecto a antes. Si lo haces bien, no te haré responsable por llegar tarde”.

Después de pensarlo un poco, Nathaniel pensó que solo Olivia podría saber l