Nathaniel se sorprendió de que el hombre fuera el abogado de Lily y no quien originalmente sospechaba.

“Lily, ¿tenías que llegar a medidas tan extremas? ¿Por qué no podemos simplemente sentarnos y hablar?”. Nathaniel se inclinó hacia adelante y fijó sus ojos en Lily, esperando una respuesta.

Por su parte, Lily mantuvo la mirada en su teléfono y dijo con ligereza: “¿Extremas? ¿No quedé en reunirme contigo? Si esto es extremo, ¿cómo llamarías a tus tácticas sucias? Además, ¿no fuiste tú quien me demandó primero? Tener a un abogado aquí como testigo sería más bueno que perjudicial. ¿No es eso lo que preferías?”.

“Te dije que retiraríamos la demanda. ¿Por qué sigues haciendo todo tan difícil? Una vez fuimos compañeros de escuela y amigos. Incluso si ya no somos amigos, no seamos enemigos”. Nathaniel estaba intentando hacer entrar en razón a Lily, pero ella permanecía callada y seguía usando su teléfono.

Melanie frunció los labios y comentó con suavidad: “Lily, sé que sigu