“¡Suéltame, Nate!”, dijo Lily con frialdad.

“¿Qué quieres decir con eso? ¡Sé más específica!”. Nathaniel se negaba a dejarla ir tan fácilmente. Todavía tenía muchas preguntas que necesitaban respuesta.

“Lo que estás haciendo en este momento se considera acoso. Señor Hall, le aconsejo que deje...”, dijo Lucas, pero Nathaniel lo interrumpió con furia. “¡Cállate! Lily, será mejor que aclares las cosas. ¿Le hiciste algo a la fórmula? ¡¿Es falsa?!”. Nathaniel fulminó a Lily con la mirada. Sintió que un escalofrío le recorría la columna vertebral al pensar en esa posibilidad.

Lily no respondió. En su lugar, miró fijamente la mano con la que Nathaniel la sujetaba. Luego dijo con frialdad: “Lo diré por última vez. Suéltame, o haré que esto termine como la última vez”.

Sus palabras hicieron que Nathaniel recordara el incidente del callejón, así que soltó a Lily inmediatamente. Todavía recordaba haberse sorprendido por las habilidades de pelea, la velocidad y la fuerza de Lily.

“¡Señor Hall