Lo primero que hizo Lily al llegar a casa fue darse una ducha. Después de una hora, Lily salió por fin del baño en pijama cuando se sintió satisfecha de lo bien que olía de pies a cabeza, gracias a la mezcla de jabón corporal y aceite esencial fragante que ella misma había creado.

Alexander ya se había duchado en otro baño, y se acercó con una toalla que tenía preparada cuando vio salir a Lily.

“¿No te secaste el pelo?”. Se dio cuenta de que Lily no tenía la costumbre de secarse el pelo después de la ducha. Aunque había una secadora en el baño, siempre salía con el cabello mojado.

“No me gusta la sensación del aire caliente soplando en mi cuero cabelludo”, explicó Lily y estiró la mano para coger la toalla de Alexander. Sin embargo, él la evadió y le cubrió la cabeza con la toalla. Luego, le puso las manos sobre los hombros y dijo: “Siéntate”.

“Yo… yo…”.

Lily no pudo convencer a Alexander de que se detuviera, así que no tuvo más opción que hacerle caso, sentándose obedientemente.