La llamada se conectó muy rápidamente como si Nathaniel la estuviese esperando.

—Señor Lodge, ¿cómo está? ¿Está satisfecho con los regalos que le di?

—Por supuesto, estoy satisfecho. ¡Jaja! —Henry se rio—. Sin embargo, tengo curiosidad, ¿cómo conseguiste estas cosas?

—Vivimos en una sociedad moderna donde todo el mundo es un hombre de negocios sin secretos. Solo esté atento, investigue y observe más. Es fácil. Regresó demasiado rápido. Si vino preparado, no es difícil encontrarlo.

Mientras aumentaba la confianza de Henry, Nathaniel hábilmente evitó discutir dónde encontró la información.

Henry, con el rostro radiante, quedó impresionado por estas palabras.

—¡Genial! Seamos amigos. Espera hasta que los elimine. En el futuro, tu problema será mi problema.

Nathaniel dejó escapar una risa suave, anticipando la respuesta arrogante.

—Entonces esperaré tus buenas noticias.

—Espera un minuto, ¿a quién le has dado esta información además de a mí? —De repente, Henry recordó a