—¿Qué? ¡¿Le diste mi puesto?! —Nathaniel, que acababa de regresar de la ciudad, escuchó las malas noticias una vez que entró en la oficina.

—¿Por qué estás tan ansioso? Es solo un puesto de gerente de distrito para ese proyecto. ¿Tu visión es tan limitada? —Arianna dijo con frialdad, anticipando su reacción.

—Solo llevo unos días en este asiento. ¿Qué pensarán los demás de mí si lo dejo ahora?

—Mi querida hermana, si ni siquiera puedes dejar que me quede como gerente de distrito, eso significa que no tengo nada en contra de ese mocoso. Ahora estoy empezando a dudar de tu habilidad. —Tirando de su corbata, Nathaniel se burló.

Arianna tampoco estaba enojada. Ella respondió con calma:

—¿No crees que esta es una buena oportunidad para deshacerte de él?

—¿Qué quieres decir? —Nathaniel todavía estaba enfadado.

—Piénsalo. ¿Por qué Damian quiere tomar esta posición? —Arianna reveló una sonrisa burlona—: ¡Quiere llevarse el crédito! Sabe muy bien que, si logra algún logro en el p