Después de lavarse las manos y volver a la sala de estar, Lily se sentó en el sofá para tomar un sorbo de agua. Miró la tableta a un lado y, tras una pausa, la cogió y la encendió.

Al abrir la interfaz de Twitter, bajó la cabeza, se puso los nudillos contra los labios y se concentró en las noticias de última hora. No se molestó en leer demasiado debido a su relación con Alexander, pero sabía que probablemente se trataba de ella, Nathaniel y Melanie cuando estaban en la universidad. Los tuits estaban fuera de contexto y los hechos que se reportaban estaban lejos de la verdad.

Sin embargo, le interesaba más la fuente de la noticia. No era ni de Nathaniel ni de Melanie, sino de alguien tomando declaraciones de terceros. Estas personas eran sus compañeros de universidad, sus supuestos ‘amigos’ en común.

Al principio, Lily estaba un poco enojada, pero su rabia se calmó tras un segundo vistazo. En su lugar, simplemente pensó que era ridículo. Los nombres de las personas solo le sonaban fa