Los secuestradores eran los que realmente habían sufrido, pero nadie en la habitación le creería.

“¡Cállate y no te muevas!”. Lily ni siquiera tuvo que fulminarlo con la mirada, ya que un oficial de policía ya lo había pateado por la espalda. Leonel tenía muchas ganas de llorar, y nunca se había sentido tan humillado.

“Vámonos. Tengo mucho miedo. No quiero quedarme más tiempo”. Lily ladeó la cabeza hacia Alexander y le habló en voz baja.

“¡De acuerdo, vámonos!”, aceptó él.

Alexander llegó allí con la policía porque había perdido el contacto con Lily e inmediatamente buscó la ayuda del departamento de policía de Westwood. En cuanto Lily llamó a la policía, se pusieron en contacto con él de inmediato.

Ahora que había sido rescatada, la policía solo necesitaría que Lily respondiera a algunas preguntas de rutina sobre el secuestro, y luego de eso podría irse. Sin embargo, a Alexander le preocupaba que Lily necesitara un tiempo para calmarse y estuviera cansada, así que